Hace cosa de un mes que tenía yo el cuerpo de antojo y me apetecía ir a ver una comedia y en el erial veraniego en el que todos son super-hiper-mega-héroes o películas de animación, no parecía haber gran cosa. Controlando la cartelera del cine película a película, al final di con una que inicialmente me hizo pensar que habían rodado mi autobiografía, ya que lo de Amigos con niños es el pan nuestro de cada día después de que todas las hembras entraron en edad de no desechar el producto de la ovulación. Por desgracia, que nadie se haga ilusiones que todavía no se ha rodado mi biografía, la cual en inglés seguro que tendría un título como The One y en España el distribuidor la cambiaría por algo más pachanguero como El más chimpún. Regresando al tema de hoy, la comedia que fui a ver se titula Friends with Kids y en España no tiene ni es previsible que tenga fecha de estreno así que imagino que irá directamente a alquiler, venta y televisión.

Dos julays quieren tener un churumbel y pese a no estar juntos tendrán que ponerse la pierna encima porque no saben que en Camboya y Malawi hay tiendas que los venden

Un grupo de amigos de toda la vida se juntan siempre en plan cuchipanda y parece que esto va a durar toda la vida pero desde que a la primera chama le hacen un bombo, se va todo al carajo. Cuando el resto ha caído en el malvado influjo de la maternidad, los dos últimos deciden arrejuntarse un par de noches, follar y compartir gastos, gestión y mantenimiento de lo que quiera que salga del potorro nueve meses más tarde. Esta modernidad tan enorme y asombrosa provocará dudas, envidias y recelos entre el resto y acabará por pasar factura a los dos amigos.

Todos conocemos el género de la comedia romántica, sus reglas y sus tópicos y aquí se fueron por una ruta alternativa y más bien crearon un antídoto para este tipo de cine. La idea original es buena pero en algún punto alguien se olvidó de la parte cómica y hay demasiado drama y faltan las risas. El guión quiere pero no puede y siempre se quedan cortos. Varios de los actores secundarios tienen tramas por las que los odias, no te ríes con ellos, solo quieres que salgan de la pantalla y los dos protagonistas no parecen tener química entre ellos, además de ser dos desconocidos (para mí). Se trata de Adam Scott y Jennifer Westfeldt y entre las demás actrices, la única que conocía es Megan Fox, la cual era la chocha que también follaba en las películas de aquellos cacharros enormes hechos de metal y que parecen coches.

Lo dicho, que no va a llegar a España y tampoco os perderéis gran cosa. Un experimento fallido que pasará a la historia del cine sin pena ni gloria. No es el tipo de cine que atraiga a la banda al completo del Clan de los Orcos y sí que es el tipo de película que repele perfectamente a los intelectuales de Gafapasta. Ahórrate la guita y empléala en otra cosa.