El cine independiente norteamericano a veces nos depara sorpresas muy agradables. Son películas de muy bajo presupuesto y que es más que probable que tengan una muy limitada distribución internacional pero eso no quita que estén bien hechas, que traten temas interesantes y que la gente que participa en las mismas haga muy bien su trabajo. Durante el festival de cine de las Palmas de Gran Canaria vi Goodbye Solo, película que no tiene fecha de estreno para España y que no creo que nunca la consiga.
Un julay se quiere suicidar y se le pega un ladilla que se empeña en devolverlo al camino del señor
Un hombre solitario hace un trato con un taxista para que en dos semanas lo lleve a un lugar en el que no hay nada y sin decirlo, se entiende que se quiere suicidar allí. El taxista, un senegalés con una vida llena de problemas se hace amigo del hombre y durante esos quince días intentará por todos los medios hacerle cambiar de idea y que desista de sus planes.
Hay momentos de esta película muy poéticos, instantes en los que la magia de la amistad brilla como una supernova. Son esos momentos los que tocan algunas fibras en tu corazón que te hacen revolverte incómodo en tu butaca. Por desgracia, están muy espaciados y entre ellos tenemos minutos y minutos que llenaron estirando un par de ideas y que se podrían haber suprimido sin que se note demasiado. La amistad entre los dos hombres, algo imposible a primera vista, es muy interesante pero lo que la rodea no lo es tanto. Tenemos uno que está acabando su vida, que cierra todos los flecos pendientes porque ha elegido morir y otro que ha llegado a los Estados Unidos y ve su futuro brillante y lleno de esperanza. Pese a la reticencia de ambos, se necesitan y en esos quince días que están juntos descubrirán que la amistad puede cambiar nuestras vidas para siempre.
Una lástima que no fueran muy consistentes porque esta podría haber sido una obra maestra. Aún así, es una película muy interesante que deberíais intentar ver.