Grandes esperanzas – Great Expectations


Los grandes clásicos de la literatura son objeto fácil para el ataque de directores que no se cansan de versionearlos. Hemos visto de todo, con adaptaciones fieles a las novelas y otras en las que cambian el tiempo, el espacio y hasta la vidilla de los protagonistas para hacerlos parecer más contemporáneos. Hoy tenemos una película basada en una historia muy conocida de Charles Dickens que doy por sentado que todos hemos leido (y si no es así, por favor ahorradme el disgusto y que sepáis que estáis embrutecidos con tanta Telajinco y Antena Tristres). Se trata de Great Expectations, la cual solo se puede titular en español Grandes esperanzas ya que ese es el nombre de la novela. Esta película llegará a la cartelera española la semana que viene.

Un julay de Jinámar se encoña de una chama más borde que Karmele y así le va

El joven Pip está destinado a ser herrero y vive con su hermana y su tío. Por circunstancias de la vida ayuda a un preso que se ha escapado y posteriormente acaba como asistente de relaciones públicas de una ricachona medio chiflada. Allí conoce a una chica de la que se encoña profundamente. Su vida cambia cuando un benefactor anónimo lo manda a Londres para que se convierta en un caballero. ?l sospecha que es la ricachona. En Londres se olvida de la mierda de vida que llevaba y se lo pasa bomba, aunque sigue encoñado de la chama. Su vida trascurre entre penas y glorias y en algún momento de la misma descubre que su benefactor es el presidiario. Entre eso y algún que otro disgusto, el chaval recibe lo que se merece.

Las historias de Dickens siempre son fascinantes. Se basan en los personajes, en lo que piensan, sienten, sufren y padecen y todo eso enmarcado en una sociedad muy encorsetada y estricta. En esta película tenemos un buen ejemplo. La historia sigue más o menos el relato del libro y es un gustazo ver que la han ambientado en la época correspondiente, con la gente medio hedionda y Londres como la gran urbe del mundo. Me gustó mucho la interpretación de Jeremy Irvine, chaval que ha encadenado un trío de películas con las que he disfrutado bastante y al que pienso poner en mi lista de actores a seguir. Aún más fascinante resulta la interpretación de Ralph Fiennes como el convicto que mantiene a Pip. En sus escenas brilla un montón. En este caso, el histrionismo habitual de Helena Bonham Carter juega a su favor y hasta hace que parezca que su interpretación es muy buena, algo de lo que no estoy muy seguro ya que siempre la veo en papeles de hembra desquiciada por culpa del uso de los tampones por el orificio equivocado, algo que espero que algún día pueda solucionar y así se le acaben sus problemas de estreñimiento. La película está muy bien rodada, el guión lo conocemos todos y tiene el empaque y la gracia de las grandes producciones británicas. Falla en algunos momentos en los que pierde fuelle y el director no supo atajar el problema. Seguramente debería haber usado la tijera y recortado unos minutos. Aún así merece la pena.

Totalmente prohibida para los miembros del Clan de los Orcos ya que el exceso de diálogos puede afectar sus frágiles cerebros. Para el resto, algo que merece la pena ir a ver a un cine.


2 respuestas a “Grandes esperanzas – Great Expectations”

  1. Yo creo que vi otra versión hace unos 14 años en la que salía Robert De Niro. O quizás lo he soñado.