Idealmente


La semana pasada, básicamente, me pegué los cinco días laborables dedicando la mayor parte de mi tiempo a preparar dos correíllos electrónicos. Para escribirlos, tuve que investigar un montón y aunque los tenía escritos desde el lunes, los iba retocando, ajustando, cambiando, modificando, mejorando hasta que ya el viernes llegué a la conclusión que no podía hacer más y dejé esas versiones, que con mínimos ajustes, enseñé a mi jefe el lunes al mediodía.

Su veredicto al leerlos fue: tengo curiosidad por saber como responderán y claro, a menos que seas truscolán, podemita o suciolista, sabrás a quién se refiere en el como ese. Según los vio y me lo dijo, los mandé. Uno era un proyectil directo a un pavo, el que en realidad me interesaba y el otro, lo llevaba a él, a sus dos mejores amigos amarillos y a mi jefe y lo escribí, tras muchas versiones, en plan poético y con espacios vacíos entre frases. Por razones parapsicológicas, no voy a poner el original por aquí, así que tenemos una versión desvariada.

Queridos sanes

Por la gloria de la Chochona y de la Rosaura.

Estoy aquí, en la desembocadura del río, ese río que nace donde el sol naciente.

Este maravilloso río, que llega a Europa desde Asia, viene cargadito, cargadito de agua.

El agua apesta. Apesta que no veas. No veas como apesta. Me voy a potar.

Me pongo de rodillas y su-sos lamo las uñas negras de los pies rogándoos que tengáis a bien de oír mis clamores.

Si el agua apesta, que no veas como apesta, el pestazo tiene que haber sido añadido en algún lugar del recorrido del río.

Según ustedes, queridos sanes, el agua es cristalina en el naciente del río.

Yo sus creo porque la belleza de sus almas se refleja en las arrugas de sus jetas.

Si el agua apesta, que no veas como apesta, en la desembocadura, algo malo sucede en el camino.

Si el río, sale del país del sol naciente y llega al país del queso de plato y no tiene ni afluentes ni ná de ná, el agua apestosa tiene que venir del país del sol naciente, seguramente muy cerca del naciente del río.

¿Qué podemos hacer aquí en la desembocadura? Ya he probado a ponerme una pinza en la nariz. Apesta igual.

Rezo para que con ese gran conocimiento que algún dios no católico les ha dado, tengan a bien responderme.

Me despido deseándoles todo lo mejor, siempre y que recuerden que truscoluña no es nación.

Su súbdito que se dobla como junco, el Elegido

El martes no tenía respuesta alguna, ni a este ni al otro mensaje, algo que yo esperaba, que contaba conque primero intentarían el truco de la muñeca de vudú y pondrían una foto mía en la susodicha y le clavarían alfileres. Después de eso supongo que contactarían con la pitonisa Chán para que me eche un mal de ojo amarillo y me ponga encima uno de esos espíritus que se te agarra a la chepa y te amarga la vida. O algo así.

El miércoles, cuando menos lo esperaba, llegó la respuesta del pavo, con sus dos compinches, mi jefe y como quince amarillos más añadidos de pasajeros al correíllo:

Requetequeteque-queridísimo Elegido-san,

No puedo ni quiero decir que lo que tú has dicho está equivocado.

Idealmente, tú tienes razón.

Lo tuve que leer ochenta y tres veces, buscando la trampa. ¡Me han dado la razón! La mielda viene de allí y he conseguido acorralarlos, arrinconarlos y obligarlos a reconocer que yo no puedo hacer nada aquí, que lo tienen que resolver allí. Esto lo vamos a celebrar a lo grande y yo ya he pedido que me hagan camiseta con la respuesta para que sea mi uniforme de este año. Esto es un éxito absoluto. Por descontado, tengo a tres amarillos que probablemente me tienen una tirria que no veas, pero ahora tendrán que buscar la fuga de mierda y taponarla y no podrán tirar la piedra a este lado del mundo y decir que es culpa nuestra, como han estado haciendo, al parecer, en los últimos seis años.

Para que después me digan que me paso el día tocándome los mondongos y tirando de ellos para ponerlos a la altura de las rodillas.

,

4 respuestas a “Idealmente”

  1. Impresiona la cortedad de la respuesta, yo me inclino a pensar que alguna clase de trampa hay….:)
    Salud

  2. La verdad que tus mondongos sí que deben llegarte a las rodillas, porque majo, llevas ahí dos días y ya estás dejando clara la mierda en la cara de quien la lleva? Buah. Hasta los tobillos diría yo que te llegan.

  3. Tengo una lista de agujeros más que negros, casi negrísimos dentro de la compañía que saca las vergüenzas de muchos al aire y o las arreglan o que asuman el bochorno y la humillación pública. Mi jefe está encantado.