Izquierda, derecha, arriba, abajo


La lengua española tiene un montón de palabras sabias, palabras que esconden grandes verdades. Una de ellas es encrucijada, ese lugar en donde se cruzan dos o más caminos o también una situación difícil en que no se sabe qué conducta seguir. A veces llegamos a una de ellas a propósito y en otras ocasiones es algo totalmente al azar. En todos los cruces conviene pararse a escuchar con atención por si hay algún tren que llega y nos va a arrollar y nunca está de más mirar hacia la izquierda, la derecha y por qué no, arriba y abajo.

En octubre del año pasado yo llegué a una de esas encrucijadas, un lugar en el que me paré, observé y decidí que no merecía la pena seguir por la ruta por la que iba. No era algo relacionado con mis amigos o mi familia, solo con mi vida laboral. Aunque por lo general me resbala todo lo que pueda pasar en la empresa mientras me ingresen la nómina y me dejen a mi bola, uno de los jefillos se ha conjuntado con un guanaví o eso que desde siempre hemos conocido como lameculos y entre los dos decidieron reescribir la historia. Creo que no lo comenté por aquí pero según comenzó la guerra y cayeron las primeras bombas decidí que no merecía la pena y dimití o al menos lo intenté. Informé al vicepresidente para el que trabajo de mi renuncia, informé al director que me protege y opté por una semana tenebrosa, una de esas en las que sin mucho esfuerzo consigo drenar toda la energía positiva de cualquiera que ose acercarse. El resultado fue que mi jefa se dio de baja por enfermedad porque no podía aguantar las malas vibraciones, mi dimisión no fue aceptada y comenzaron a revolverse las aguas de la compañía por la inquietud de lo que se avecinaba. Como los amarillos lo resuelven todo en largas e inútiles reuniones, convocaron una para resolver el problema, algo que yo les había explicado por activa y por pasiva que no iba a ser así.

El día de la reunión, afilaba mis cuchillos y me preparaba para la batalla, la cual iba a suceder por la tarde. A la hora en la que comenzaba y cuando todos entraban en la sala en la que iba a tener lugar, sonó la alarma de incendios de la compañía. Yo no creo en las casualidades y sabía que había sido una maniobra de distracción para ganar tiempo, sobre todo porque el simulacro, el primero que teníamos en dos años, lo organizó el lameculos que ha estado haciendo la vida de muchos difícil. Perdimos tres cuartos de hora de nuestra vida delante del edificio y la reunión se convocó para una semana más tarde, aunque se canceló y finalmente tuvo lugar casi un mes después de que comenzaran los problemas. Para entonces teníamos a uno con baja por depresión, a mi jefa crispada y a mí de vuelta de todo y pasando ampliamente. A la reunión no acudieron los dos que lo maquinaron todo pero no contaban que el ejército que organicé iba a lanzar una andanada contundente y drástica sobre ellos. Se pusieron los puntos sobre las íes y todos se felicitaron porque las cosas volverían a su cauce aunque para entonces yo ya había decidido que en esta encrucijada el camino correcto es aquel que me lleva hacia nuevos retos y comencé los preparativos para buscar un nuevo trabajo, tarea tediosa y que odio profundamente porque al final soy un animal cómodo y cuando estás entre amigos no haces mucho por irte. Entre los daños colaterales de todo aquello tuvimos que a mi jefa se le abrieron los ojos y también ha optado por marcharse y alguno más está desempolvando su vida laboral para que tenga más lustre.

Los dos que conscientemente provocaron el daño comenzaron una nada sutil campaña de acoso moral sin que aún tenga muy claro la razón. Como yo tengo claro que el trabajo es solo un medio para conseguir el dinero que infla mi cuenta corriente, no les sirvió de mucho y lo primero que hice fue informar a todo el que me quiso escuchar en la empresa y como ellos no lo podían reconocer, fueron poco a poco quedando arrinconado cuando la gente que sabía lo que había lo veía suceder ante sus ojos en pasillos y reuniones. Imagino que con otras personas igual hasta les funciona pero yo ya he decidido el camino que quiero seguir y si para alcanzarlo los tengo que arrollar y aplastar, lo haré.

Justo antes de las vacaciones navideñas lanzaron un dardo envenenado que les devolví aún más emponzoñado. Me intentaron involucrar en una auditoria a la empresa en áreas en las que yo no trabajo pero que según ellos yo debería hacer y yo acepté el reto e informé a la gerencia que por primera vez en la vida fallaríamos la auditoría y yo sacaría a flote tanta mierda que posiblemente nos convertiríamos en caso de estudio para futuras generaciones de auditores. Las alarmas comenzaron inmediatamente a sonar y los amarillos se pusieron de los nervios. Cuando un lacayo vino a intentar manipularme le expliqué que yo no iba a mentir, iba a decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad ya que a mí no me pagan por mentir, sino por hacer un trabajo y estoy convencido que los auditores, aunque no están acostumbrados a la verdad, seguro que le cogen el gusto pronto. La cantidad de horas perdidas en reuniones, de correos y de llamadas realizadas por este tema es impresionante y el resultado de todo esto aún no está claro. Aún no se sabe si yo estaré delante de los auditores ese día pero ahora hay mucha gente que quiere que así sea porque al fallar, el resultado será una reorganización en la que echarán a la puta calle a los dos que han estado conspirando para joder la vida del prójimo. Si esos dos se creen que yo tendré algún tipo de piedad con ellos, deberían encomendarse al Dios de mierda en el que crean. La balanza ya se inclinó hace bastante, yo pasé la encrucijada y elegí mi camino.

Un compañero me decía el otro día que esos dos disfrutan derribando gente, forma parte del placer de una vida sin amigos, sin aficiones y en la que lo único interesante es el trabajo. Conmigo lo van a tener claro, si quieren guerra, la tendrán nuclear y espero que ya tengan construido un buen refugio o no estarán allí cuando vuelva a salir el sol.


16 respuestas a “Izquierda, derecha, arriba, abajo”

  1. No me molaría nada tenerte como enemigo. Con la cantidad de gente que habrá en tu empresa… por qué no meten con alguien más normal? alquien que no esté tan distorsionado?! 😉

  2. Capullos como esos hay repartidos a lo largo de todo este ancho mundo, me temo.
    Estamos seguros de que saldrás victorioso…
    Saludos.

  3. No sabes como desprecio a tipos como esos dos.
    Suerte, seguro que la tendrás además de saber como salir adelante con la tuya.
    Salud

  4. Hijo es que hay gente que vive para dar por culo y si les dejas te amargan la vida. A las barricadas.

  5. Iván, seguramente se les acabaron los niveles fáciles y pensaron que estaban preparados para uno de los niveles de verdad en este juego. Veremos que tal les va. Para mí, que me echen es ganar y consiguiendo que los echen a ellos, también gano. Uno de los efectos colaterales con los que no creo que contaran es que han ido dejando un reguero de víctimas que yo estoy coordinando y usando para incrementar el efecto de mi látigo. El lameculos ya no sube a la planta en la que yo estoy porque los palos le llueven.

  6. El problema es que hay muchas personas que no tienen una vida mas alla de la oficina, es triste y a mi se me hace dificil creerlo, pero lo he visto algunas veces. Asi que si a eso le sumas un individuo frustrado y que se ha creido que ser alguien en la vida es ser lo maximo en una empresa, pues me temo que tienes este resultado.
    Yo a pesar de que en lo laboral me ha ido muy bien (toco madera) y espero que siga siendo asi (vuelvo a tocar madera) nunca he tenido este problema y es porque al final despues de mi trabajo me espera una vida tan buena que yo solo estoy trabajando de paso jejeje.
    Un beso.

  7. Más o menos lo que pienso yo. Mi vida empieza a las 17.01, aparte de la hora de caminata del almuerzo en la que raramente se habla de trabajo (hoy la pasamos en el bosque poniendo comida para los pájaros en lugares específicos para que vengan a comer y hacerles fotos la semana que viene). Nunca me llevo un teléfono de la compañía a casa, nunca reviso el correo del trabajo en casa ni hago trabajo fuera de las horas de oficina (a menos que lo paguen extra y yo consienta). Tenemos un contrato firmado y yo lo cumplo escrupulosamente. Dejaron de ofrecerme el teléfono móvil hace como cinco años, cuando les expliqué que su movilidad estaría limitada al edificio y para eso ya tengo un teléfono DECT que tiene un radio de hasta 75 metros por fuera del edificio.

  8. A mi me pagan dos servicios Blackberry, uno aqui y otro en Holanda. Ellos lo hacen porque supuestamente yo recibo correo de mi empresa en el telefono, cosa que deshabilite hace tiempo. En el BB lo que recibo son mensajes de mi familia y amigos. Nada laboral. El servicio de Holanda lo useo solo cuando voy a la oficina pero me lo pagan igual, lo cual me viene bien cuando estoy alli. Trabajar horas extras lo he hecho solo para proyectos puntuales pero decidi dejar de hacerlo porque al final acumulaba demasiados dias de vacaciones y eso me agobiaba. Asi que solo me quedo pegada a la compu despues de las 5 por algo muy puntual y muy urgente, osea, nunca. A nadie le parece mal sino respondo el telefono o el email a las 5.01, solo una vez tuve una clienta francesa que no entendia que habia gente como yo que ni muerta atendia el telefono de las 5, y se canso de llamarme todos los dias a las 5.01,5.10,5.15 etc. Incluso alguna vez llamo a las 4.59, le atendi y le dije que solo tenia un minuto porque a las 5 me iba y al llegar a las 5 le dije mandame un email que yo me piro. La chica ya no esta y la echaron porque se descubrio que se acostaba con su jefe que ademas estaba casado y le habia hecho la vida imposible a mucha gente en su oficina con ese poder que tenia porque tenia al tipo chantajeado. Asi que ya te digo que hay de todo en la viña del señor. Cada vez que ella me decia algo de «te llame pero no estabas» yo le respondia » si la llamada perdida marcaba las 5.00 en punto con 59 segundos pero yo trabajo hasta las 5.00″ y ella flipaba porque no entendia que tuviera cinismo ante su descaro, pero bueno. Que se hace. Asi le va. Un beso

  9. En mi compañía está especificado en las reglas de trabajo que no pueden haber reuniones ni antes de las 9.00 ni después de las 16.00 y se respeta. Si alguien me invita a una reunión antes de esa hora, le pido que lo cambie y lo hace y lo mismo sucede si yo quiero hacer alguna por la tarde. Mi jefa prefiere madrugar para evitar los atascos de tráfico y se pira a su casa a las 16.01. Ella solía responder a correos y trabajar desde casa por las tardes y noches hasta que el vicepresidente amarillo para el que trabajamos le explicó que él se pasa por culo todo eso y no le cuenta como trabajo porque no es en la oficina. Ese mismo año a mí me subieron el sueldo y a ella no. Del rebote que se cogió se le agriaron los ovarios. Cuando alguien quiere que haga algo para lo que no tengo tiempo, informo a mi jefa y le pido que reasigne mis prioridades porque todo no puede ser en esta vida y hay que saber elegir.

    Todos los que daban su vida por la compañía llevan años en la puta calle. A la hora de echarlos no tuvieron en cuenta esa capacidad de abnegación y apego al trabajo.

  10. Yo hago todo por mi familia y amigos sin pensarlo dos veces. Por el trabajo tengo la mentalidad de la prostitución, solo hago aquello por lo que me han contratado e invierto el tiempo que hemos acordado. Esa mentalidad me ha ayudado mucho y creo que es la correcta. Un baccio (me estoy poniendo en la onda italiana del libro antes de leermelo que me he quedado picada con lo que me contaste).

  11. Algo raro se notaba que debía pasar, porque antes aún contabas cosas del curre pero últimamente ná de ná y se hacía extraño, sobre todo sabiendo que tenías un japonés metido en el despacho. Ahora ya se vé porqué. Pues nada a degüello y que deseen toda su vida no haberse cruzado en tu camino…

    Por cierto, es verdad lo que dice Waiting, hay gente que no tiene vida más allá de la oficina. Ultimamente alucino con un caso cercano que sus únicos amiguitos son sus subordinados directos. Sábados y algún domingo va a currar porque ni sabe hacer otra cosa ni tiene con quien. Y claro, con semejante panorama de vida, el resto de la semana disfruta intentando amargársela a todos los demás.

  12. Jc, han sido también meses muy movidos, fui a Málaga, a Cádiz, a Gran Canaria y he hecho un huevo de cosas más y claro, a falta de tiempo, el poco que me queda no lo voy a perder marrullando sobre el trabajo. Esta semana por ejemplo ya se presenta complicada, con citas el miércoles, viernes, sábado y domingo. Voy a tener que buscar fotos a destajo para las noches …