La bici-sandía


Vaya a donde vaya, yo siempre me fijo en las bicis que hay en el lugar (o en la falta de las mismas) y hago fotos a las más raras. Caminando por Florencia me tropecé con esta manera para nada discreta pero efectiva de saltarte la normativa, ahorrarte pasta en un anuncio y promocionar tu negocio. El chamo del negocio que estaba detrás de mi se las apaña para bloquear la acera y al mismo tiempo y de manera colorida, tener un enorme anuncio en la calle sin que la poli haga nada, ya que técnicamente es una bicicleta, aunque hasta un lerdo sabe que sin cadena y con esas ruedas ficticias, no hay manera de usarla con el fin de transportarte a otro lugar. En esa misma calle también había cuadros en las paredes que un julay vendía. Las ruedas de la bicicleta son unas enormes rodajas de sandía, que casualmente es la fruta más grande.


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