Uno de los mejores ejemplos que existen de los problemas que pueden producir las cagadas de doblajes al español y la libertad creativa de los productores a la hora de rebautizar las películas lo tenemos con la jungla de cristal. La película se titulaba en versión original Die Hard y esas dos palabras han formado parte de los cinco títulos que se han hecho. La patética elección del título en español ha marcado la serie desde entonces y han acabado por ponerlo como un prefijo, en plan saga del Señor de los Julandrillos 234 o la que quiera que sea la parte que pusieron en los cines en navidades. Como llevo tanto tiempo escribiendo este pequeño libro, hasta tengo una anotación relativa a la cuarte película, Live Free or Die Hard ? La Jungla 4.0. Hoy hablaré de la quinta entrega que tenemos en quince años y que se llama A Good Day to Die Hard y en España se transformó en La jungla: Un buen día para morir cuando se estrenó esta semana.

Puta mierda de julays

John McClane está preocupado porque el hijo del que no sabíamos nada desde la película original ha desaparecido y parece que lo acusan de asesinato en Rusia. Vuela allí y de repente se encuentra en el medio de una guerra implacable entre bandos que no se perdonan una y en la que parece que su hijo tiene un papel importante ya que es un miembro de algún cuerpo de élite norteamericano. A partir de ahí, tiros y más tiros.

Este es un ejemplo de libro de una puta mierda del copón. Es decir, un tío que seguramente es ciego y sordo recibió el encargo de dirigir una mierda de guión. Bruce Willis debía estar escaso de calderilla para pagarse putas y lo que quiera que se jinque y aceptó y como básicamente está a punto de cumplir los cincuenta y ocho años muy mal llevados, le pusieron al lado a un tal Jai Courtney que parece la descripción perfecta de eso que llamamos uncacho de carne con ojos. Al Willis se la suda la película y en ningún momento llega a actuar. Resulta tan patético que hay veces que tienes que cerrar los ojos para no llorar de lástima. Tiene momentos de folclórica cuando se hace un AbbA y mira hacia otro lado mientras recita sus líneas y los espectadores nos tapamos los oídos para que no nos revienten los tímpanos. El que hace de su hijo no creo que haya actuado jamás. Tiene todos los músculos de la cara fundidos en uno solo que es incapaz de mover y se mueve por la pantalla como si fuera un cromo plastificado. Es patético. El resto de gente en la película no son mucho mejores. La historia apesta, es mala, malísima y las escenas de persecuciones y tiros son de pura lástima. Está tan mal hecha que los rusos a veces hablan entre ellos en ruso y a veces en inglés, saltando de un idioma a otro como si fuera algo totalmente normal y que hacen asiduamente. El nivel de volatadas es infinito y hasta te sonrojas. Hay una persecución en el anillo de circunvalación de Moscú que pasará a los anales del cine basura. La película se merece al menos diez nominaciones a los Razzies y Bruce Willis probablemente podría ganar nueve de ellas. Los efectos especiales de la película son de puta pena, de presupuesto de película catalana en la que se lo gastan todas la subvenciones en putas y rayas de coca y al final contratan a un primo para que lo apañe.

En algún punto de la escena final, la cual trascurre en Chernobyl, situado a un par de horas a las afueras de Moscú me dormí, repito, me dormí entre tiros, explosiones y un helicóptero, con todos los rusos vestidos con ropa antiradiaciones y los dos McClane en camiseta y poco menos que tomando el sol ya que las radiaciones nucleares no van con ellos.

Esto es una mierda tanto del derecho como del revés, vista de arriba o desde abajo. Huele a mierda, parece mierda y sí, es mierda. No hay forma de detenerlos y sé que todos los miembros del Clan de los Orcos irán y saldrán del cine alucinando porque su única neurona no da para más. A los demás, marcad la ubicación de los cines en los que dan este desaguisado en vuestros teléfonos y no os acerquéis a menos de quinientos metros porque igual es contagioso.