La malísima calidad de vida por estos lares


Cualquier hijo de vecina adecuadamente instruido en las artes de Internet y que siga ésta la mejor bitácora sin premios en castellano y el único lugar en donde nada es lo que parece accediendo virtualmente a la bitácora y leyendo no solo las anotaciones sino también los comentarios sabe que el único lugar del mundo, del universo, del más pa’yá y del más pa’cá que existe con una buena calidad de vida es España, o Españislavia si estamos entre amigos. Genín nos lo recuerda continuamente en los comentarios. De hecho, cualquiera que sea estudioso en las ciencias de los tocadores de niños se habrá dado cuenta que cuando su Dios habla del Paraíso terrenal, básicamente está prometiendo parcelas en Andalucía para todos y como ahora somos demasiados en el mundo discute con sus ejecutivos la posibilidad del time-sharing o multipropiedad para que todos aquellos que vayan al cielo puedan tener su trocito de calidad de vida jurada y prometida. Lógicamente, disfrutar de la Calidad de Vida del mejor lugar del universo solo se puede hacer plenamente estando parado y en España es algo que se lo toman muy a pecho un veinticinco por ciento de la fuerza laboral, que optan por el privilegio de la calidad de vida y prefieren quedarse disfrutando del clima único e irrepetible y de una gastronomía sin parangón. El gobierno se desdobla dieciocho veces, repite y tripite y dieciochopite las mismas funciones para que políticos, amigos y familiares puedan vaciar la caja de los billetes y así enriquecerse y el populacho aplaude a rabiar los mundiales de fútbol, las copas de Europa, la liga de las Estrellas que no pagan impuestos y que trabajan para equipos que pese a ser empresas no pagan a la Seguridad Social lo que le deben y con el dinero que llueve del norte de Europa se crean aeropuertos en todos los barrios, se montan líneas de trenes de alta velocidad hasta todos los rincones, se subvencionan televisiones públicas a porrillo y si hace falta, se organiza una nueva empresa que chupe del dinero público para que hasta el yernísimo del MataElefantes con sangre de color azul tenga teta de la que mamar.

Definitivamente en donde yo estoy no podemos competir con todo esto. Ni aeropuertos, ni trenes de alta velocidad, ni televisiones de mangorreo, ni sanguijuelas viviendo del erario público. Por desgracia la malísima calidad de vida nos obliga a trabajar y solo hay un seis por ciento de desempleados e incluso los políticos están escandalizados por esta cifra y la quieren reducir al cuatro ya que es totalmente imposible para ésta sociedad mantener a tanta gente parada, según ellos …

Como esto debe ser lo más parecido al infierno que hay en la tierra, hace unas semanas invité a dos parejas de amigos a venir a mi casa a cenar un sábado. Son gente que trato por separado pero que ellos también se ve, así que como mi casa queda a medio camino de todos, les dije que se arrejuntaran en mis dominios y así sufriríamos juntos nuestra cruz y calvario. En mi invitación a la Gala de la mala calidad de vida del norte de Europa les informaba que como el clima aquí es impredecible, sería de interior si llovía y de jardín si estaba soleado. Casualidades de la vida hicieron que esa jornada superáramos a las siete de la tarde los treinta grados, convirtiéndose así el día en tropical y que se define como aquel día en el que la temperatura en De Bilt es superior a los treinta grados y ese poblacho está a menos de diez kilómetros de mi casa. En estas tierras, una ola de calor se define como un conjunto de al menos cinco días consecutivos en los que al menos dos fueron tropicales (o sea, más de treinta grados en De Bilt) y tres con temperaturas de más de veinticinco grados (también en De Bilt). Una vez apalabrado el evento, mi mayor preocupación era el qué les pongo pa’ comer. Hice una lista y me salieron veinticinco platos aunque después me dio por pensar que esta gente no conocen la famosísima y universal dieta Leididí, esa que puso en los libros de historia la difunta princesa de Whales y que la gente conocía como la dieta DosDedos. Si no me van a vomitar no me llegan al final de las tres horas y media de comida y tuve que desechar algunas cosas y me quedé con una docena de cosillas, algo discreto y definitivamente no a la altura de las circunstancias pero bueno, es lo que hay. En lo que fui meridianamente claro es que mi casa es zona libre de vino y tendrían que apañarse con seis tipos de cervezas y presenté mis disculpas por la poca variedad de las mismas. A las cuatro y media del sábado, yo ya estoy detrás de la puerta con mi sonrisa más falsa que Judas esperando para abrirla y nadie toca el timbre. Me entra el pánico y corro a mirar mi agenda porque igual me he equivocado de día pero no, allí estaba el evento, la Gala de la mala calidad de vida del norte de Europa comenzaba en ese instante. Tuve que esperar unos inadmisibles trescientos segundos o cinco minutos hasta que sonó el timbre y la primera pareja llegó disculpándose. La unidad femenina de esa naranja está embarazada de ocho meses y cuando ya estaba en el coche se le antojó echarse un pis y claro, camina como los dinosaurios y entre que salió del coche, fue a la casa, abrió la puerta, entró, meó, volvió a salir a la calle, cerró la casa y regresó al coche perdieron un tiempo precioso y que no pudieron recuperar. Su marido me dijo que la próxima vez calcula diez minutos de adelanto y se queda dando vueltas al barrio, como debe ser. Todavía no les había dado tiempo a entregarme los regalos de rigor cuando apareció la otra pareja, en su bicicleta tándem, con la mujer a punto de fallecer de ataque cardíaco. Se disculparon y ella me confirmó que el marido se enraló y habían hecho sesenta kilómetros para llegar a mi casa, la cual está a veintitrés de la suya y con tanto desvío, se les jodió la calculada planificación.

Procedimos a la tradicional ceremonia de la ofrenda de los regalos y unos me dieron cinco cervezas especiales belgas y los otros tres tés muy especiales y maravillosos y unas galletas rusas hechas con semillas de amapola. Les ofrecí que fueran al baño a hacerse un Leididí antes de empezar pero todos rehusaron, aunque la embarazada sí que fue a echarse un pis mientras su marido me miraba resignado y me confirmaba que ni el Manneken Pis de Bruselas mea tanto como esa chama.

Vayamos al grano que como siempre me extiendo y dilato. Sentados en el jardín, cada uno con su cerveza, todos relajados y charlando, empezó nuestro recorrido culinario que obviamente no está a la altura de la calidad de vida española. Para arrancar opté por un queso de San Mateo curado al pimentón acompañado de salsa de mostaza de eneldo:

Mi descubrimiento de este invierno es la salsa de mostaza de eneldo, la cual es sencillamente increíble. El Rubio está enganchadísimo y la Chinita también y al parecer vivo junto a uno de los pocos supermercados que la venden, así que se pasan por mi casa con las más estúpidas de las excusas y siempre quieren ir al super a comprar unos cuantos botes. Yo atesoro siempre al menos dos botes en mi nevera y si viene alguno de los anteriormente mencionados, escondo el que no está abierto para que no me lo quiten. A mí me gusta el queso curado, curado, así que espero hasta que expira la fecha en la que recomiendan comerlo porque el sabor, cuánto más tarde, más intenso. El que comimos tenía la recomendación del fabricante para comerlo antes de agosto del 2012.

Nuestra segunda parada fue para comer unos Dátiles con bacón, una de mis tapas favoritas desde siempre:

Da?tiles con beicon

Da?tiles con beicon, originally uploaded by sulaco_rm.

Como tercera tapa tuvimos unos pimientos de piquillo rellenos de queso crema a las finas hierbas, con un queso que me ha tomado casi un año elegirlo ya que he ido probando todos los que se venden hasta encontrar el que tiene el sabor perfecto (y que no pienso decir cual es):

Si esta fuera la gala de los Oscars ahora tocaba intermedio, así que les di algo de tiempo para hablar y bobiar antes de atacarlos con el primer plato, que no era otra cosa que Gazpacho asado, algo muy agradecido cuando la temperatura ronda los treinta grados:

Gazpacho asado

Gazpacho asado, originally uploaded by sulaco_rm.

La presentación no fue la de la foto ya que por motivos logísticos fui haciendo el reportaje fotográfico según cocinaba algunos platos y otros justo antes de servirlos y en este caso, la foto fue tomada por la mañana antes de meter el gazpacho en la nevera. Fue presentado en tazones individuales y acompañado de yema y clara de huevo duro separadas y troceadas y pequeños tropezones de pan duro.

Para seguir y variar sabores, el primero de los tres platos que conformaban el segundo era una mini-tortilla de papas con cebolla, con beicon para la que usé el molde de las galletas y creé pequeñas tortillas redondas ya que este verano me fascinan las formas circulares. Junto a la tortilla hice unos bollitos de miel y yogur y los complementé con quesos brie y holandés con comino y el resto de cosas que hay en la receta del Emparedado de quesos brie y edam:

La Tortilla de papas con cebolla la conoce todo el mundo y está muy vista, así que encontrar una presentación curiosa formaba parte de mi idea para que la experiencia fuera tanto visual como de gusto y olfato. Los emparedados hechos con los bollos me quedan de juzgado de guardia y el Rubio ya me ha amenazado y me ha dicho que si para su fiesta de cumpleaños no le hago cienes y cienes me retira la palabra.

En este punto seguramente podríamos haber parado pero aún quedaba mucho por llegar. Como octava parada teníamos una pizza de chorizo y jamón ibérico, aunque merece la pena mencionar que tanto la masa como el tomate frito son caseros ya que no creo demasiado en la sección de congelados del super ni en las empresas que hacen el tomate frito de brick. El orégano es de mi cosecha particular.

En este punto yo dejé a los invitados charlando y desaparecí unos diez minutos para preparar el colofón de los segundos platos, unas salchichas de núremberg con guisantes (salchichas con guisantes) acompañadas de un tempura de berenjena rociado con sirope. Lo de las salchichas fue un descubrimiento casual en una oferta que duró una semana en un supermercado y en el que me avituallé con antelación ya que en Holanda hacen las salchichas como pollas de caballo de grandes y gordas. Para la berenjena, probé dos salsas de tempura hasta dar con ésta que queda bien espesa y protege a la berenjena del aceite. Para la fritanga del tempura usé un termómetro digital para controlar la temperatura del aceite, algo que todos sabemos es muy crítico y yo hasta que no me compré el susodicho termómetro vivía sin vivir en mi cuando me freía los churros en la sartén los sábados por la mañana.

Al llegar a este punto ya me pedían y me rogaban que parara porque estaban encochinados y tal y como estaba previsto en mi plan original, seguimos de tertulia un rato largo esperando por el postre. Esta última fase es la que más me preocupaba ya que era un acto de fe con dos recetas que no había hecho nunca y que no se sabía si funcionarían. Por supuesto tenía plan de emergencia si eso fallaba pero no fue necesario activarlo. El postre eran dos bolas de helado casero. El primero que hice fue de yogur griego con menta, aprovechando mi extensa cosecha de la misma gracias a las plantas que tengo en el jardín. Tiene algunos tropezones de chocolate puro en su interior (más del 70% de cacao). La otra bola es de helado de stracciatella también casero, que tengo que reconocer que me ha quedado muy por encima de mis expectativas. Inicialmente había pensado en presentarlo con un churro circular bien grande haciendo de marco aunque cuando vi que para la stracciatella solo necesitaba las yemas del huevo, cambié el plan e hice unos Suspiros (o eso que muchos conocen como merengue) y les di la forma de pequeños recipientes para helado. También hice unos mega-merengues rellenos de mermelada de frutas del bosque increíbles que nos comimos entre mis vecinos y un servidor:

Tras este punto y final, yo ofrecí café o te pero nadie estuvo por la labor. Me han tenido que dar la razón y reconocer que por aquí arriba se vive fatal y nuestra calidad de vida es muy mala, como se puede ver perfectamente por la mierda de comida que tenemos. El domingo tuve cena de restos y me conformé con algo de Gazpacho asado, Tortilla de papas con cebolla y salchichas con guisantes e imagino que esta noche, bastante antes de que esto aparezca publicado, la Chinita dará buena cuenta de lo que queda de los helados, de las dos bases adicionales de Suspiros que hice para hoy y de la Lasaña boloñesa que tengo en mente para la cena de hoy. En fin, que voy a seguir sufriendo …


19 respuestas a “La malísima calidad de vida por estos lares”

  1. En fin, que quieres que haga, yo gano la mierda que sabes que gano e insisto que vivo de puta madre, claro que no tengo que pagar ni renta ni hipotecas de ninguna clase, llevo una vida muy sencilla, soy autosuficiente, no creo que con el dinero que cobro podría vivir en quesolandia ni en muchos otros paises, aunque ni por todo el oro del mundo me voy de aquí, cuando lo haga, será gratis y con los pies por delante.
    Me alegro mucho que vivas bien y estés contento, eso es muy importante, todo está en la cabeza, nuestra forma de vida es diferente, lo que tu haces lo hice yo hace muchos años y no se lo restregaba por el morro a nadie continuamente, cada quién con su vida, ahora tengo la que ya conoces y lo demás son recuerdos de un pasado bastante movido, pero solo si no se tiene mas remedio y por una gran necesidad, aconsejaría a alguien que emigrara, nunca se es de ninguna parte y eso es importante cuando se llega a mi edad.
    Menuda suerte tienen tus familiares y amigos que están en el paro, supongo que les abrirás camino a todos ahí, es una gran suerte.
    Salud

  2. Hola sulaco,
    ¿puedes chivar de dónde sacas la mostaza de eneldo y la marca, o es secreto gastronómico profesional?
    Saludos

  3. Montse, no muchas. El viernes trabajé desde mi casa y así tenía la cocina a 3 metros del portátil con lo que mientras resolvía un montón de asuntos (y fue un día muy productivo) hice la tortilla, las salchichas, el helado de stracciatella, los suspiros y los bollos de miel y yogur. El sábado por la mañana fui al mercado y compré todas las verduras para el gazpacho, las asé y lo hice. Después, los dátiles, los pimientos, los bocadillos de queso los hice una hora antes de que llegaran los amigos y solo faltaba poner las cosas en el horno. Durante la cena, hice la pizza (3 minutos + 10 en el horno) y el tempura de berenjenas (que tenía previamente cortadas y en agua con sal) que me llevó 15 minutos. Soy extremadamente organizado para estas cosas. Hasta conseguí ir lavando gran parte de lo que usaba en el momento y según se fue la gente de mi casa, en quince minutos el lavavajillas trabajaba a piñón y yo me dedicaba a regar el jardín y charlar con mi vecino.

    Genín, Españislavia nunca fue mi país, aparte de la comida que ya me hago, nunca tuve un gran apego por la Alianza de las inCivilizaciones. Y lo recalco todo el tiempo porque al fin y al cabo, es mi diario y como sé que te revuelve la sangre, me motiva todavía más.

    Inés, Xenos tiene una versión de aderezo de ensaladas que no sé como está porque se la regalé a la Chinita y en la nevera de los quesos buenos del AH a veces la encuentras. También en las ferias agrícolas y en algunos supermercados Hoogvliet, también en la nevera de los quesos buenos. No suelo ir al Jumbo pero no me extrañaría que la vendan porque suelen tener de casi todo.

  4. No es Españislavia, es Españistán y ciertamente hace ya un par de siglos que no levantamos cabeza. Eso sí, tanto Grecia, Italia y España ya vivimos en su día tiempos gloriosos y fuímos la cuna del actual Occidente. Y ciertamente en la actual época que nos ha tocado vivir parece que los mini-paises bárbaros del norte se han adaptado mejor. También coincido contigo en que uno no es del país donde nace, sino del país donde vive. Por cierto, tenéis que reducir vuestro paro del 6 al 4% porque aquí en el sur empezamos a notarlo y eso no puede ser. 😉 Saludos.

  5. Doverinto, veremos como acaba pero yo os veo más con una guerra entre micro naciones soberanamente estúpidas que con las hembras emburcadas desde las uñas de los pies hasta los pelos de la cabeza. Seamos positivos, a cada una de esas naciones le tocarán por lo menos 3 aeropuertos y unos cientos de kilómetros de alta velocidad.

  6. Genín, nosotros ya estamos con la boca abierta esperando pa’ chuparle el mega-clítoris a la Merkel. Esta es la nueva provincia del Oeste.

  7. jajaja Yo no lo he comido nunca, el pescado digo, pero no compares, solo acercarse por ese flanco a la alemana puede ser mortal, y no es susceptible de ser cocinado…jajaja
    Salud

  8. Vaya tela como ha degenerado la conversación. Rajoy creo que se lo come a la Merkel de puta madre, por la cara de haba que se la ha quedado al tío, bueno en verdad la cara ya la tenía, ahora tiene el rictus.

  9. Yo creía que Rajoy era más de comer plátanos que jareas y que por eso tiene tanta afinidad por Francia y tan poca por Alemania … Sea quien sea, tiene que ser horrible que te restrieguen esa barba por los bajos.

  10. Es verdad, qué asco, por Dios, calla, calla, que me lo imagino y se me ponen los pelos como escarpias.

  11. Me sobra tonelada y media, pero en el tiempo que he dedicado a leer esta entrada he engordado diez kilos más. Madre mía, que bacanal…