Después de un descanso de unas semanas volvemos con las recetas y en esta ocasión le toca el turno a un clásico de la cocina española. Creo que nunca he visto dos tortillas iguales, cada uno tiene su ingrediente secreto o su truco infalible y por supuesto tenemos un tipo de tortilla que nos gusta más que los otros. En mi caso me gusta freír las papas con el sartén tapado para que al mismo tiempo se cocinen con el vapor y no me gusta que el huevo quede crudo en el interior de la tortilla.
Recuerdo aquellos años en los que me gustaba ponerle leche o agua al huevo y probaba con diferentes variantes buscando sabores especiales. Al final he vuelto a lo básico y hoy en día hago mi tortilla de patatas (papas en las Canarias) con las susodichas, cebolla y huevo. El único capricho que me concedo es un sartén especial que me permite darle la vuelta sin problemas. Anteriormente usaba uno normal y le daba la vuelta usando un plato pero en una ocasión me salió mal la maniobra y la tortilla acabó en el suelo, con gran disgusto por mi parte. Por eso he optado por el método más seguro del sartén para tortillas.
La receta de hoy es perfecta para estos días de verano en los que no queremos perder mucho tiempo cocinando o nos lo curramos el día anterior, guardamos la tortilla en la nevera y al llegar a casa solo tenemos que sacarla, servirla y sentarnos en el jardín a comer. Normalmente suelo tardar alrededor de una hora en prepararla.
Los ingredientes: Para un sartén de veinticuatro centímetros de diámetro uso tres cuartos de kilo de papas, dos cebollas grandes, cinco huevos y seis cucharadas de aceite de oliva además de sal y pimienta.
La implementación: Se ponen las seis cucharadas de aceite de oliva en el sartén y se calienta a fuego medio. Se pelan las papas y se cortan en rodajas de un centímetro de ancho. También se pelan las cebollas y se cortan en juliana pero sin pasarnos. Se ponen las papas y las cebollas en la sartén, se añade un poco de sal y pimienta y se tapa la sartén. A partir de este momento cada cinco minutos se destapa y se menea un poco para evitar que se quemen las papas y las cebollas del fondo. Al estar tapado se van cocinando y friendo a la vez. Cuando las papas se comienzan a desmigajar se quita del fuego.
En un bol grande se baten los cinco huevos y se añaden las papas y la cebolla y se le pone un poco más de sal y pimienta. Se devuelve a la sartén y se cocina durante diez minutos también tapado. Después se le da la vuelta y se cocina por el otro lado otros diez minutos sin tapar y después de esto se saca y se deja enfriar o se come recién hecha. Si le dais la vuelta usando un plato procurad hacerlo con cuidado y no dudéis mucho en el momento de girar o se os estropeará la maniobra.
A mí siempre me ha gustado comerme la tortilla fría y la suelo cocinar el día anterior pero si os gusta recién hecha la podéis lanzar a los platos nada más terminarla. En la nevera aguanta unos tres días sin más problemas y por descontado hay que tener tomate ketchup y mayonesa a mano.
Si quieres ver otras recetas que he cocinado puedes ir al índice de Mi pequeño libro de recetas de cocina y allí tienes la lista completa
9 respuestas a “Tortilla de papas con cebolla”
Buena receta, me la quedo. Yo suelo echarle menos cantidad de huevo y cebolla. Fría casi me gusta más que recién hecha, pero para gustos… 🙂
Eso de freír las papas con el sartén tapado y que el huevo no quede crudo, es tal cual como a mi me gusta.
Besos.
En mi casa siempre les ha gustado con el huevo crudo por dentro. Creo que hace como quince años que no como una tortilla hecha por mis padres. No me gustan.
Yo me puedo morir si veo el huevo crudo por dentro 🙁
Yo también. Por eso tampoco como huevos fritos. Simplemente no puedo.
Mi madre las hace crudas por dentro, pero tampoco me gusta.
Me sorprende que uses tan poco aceite para freír las patatas, y que sea de oliva, le da un sabor muy característico a la tortilla. Personalmente prefiero, para esta receta, el de girasol, y lo del huevo crudo, tampoco tanto, pero un poquillo de sustancia… .ñam… menos mal que acabo de desayunar, sino ya me iba a por mi tapita de media mañana.
El secreto está en cocinarla tapada y el aceite de oliva que uso no es la de un grado sino el aceite suave.
Me he traído al trabajo cuatro galletas de chocolate que cociné el domingo por la mañana y que están buscando dueño.
A mi el chocolate no me mata. Nadie es perfecto. Besos.