La nonagenaria


Esta semana, en mi laburo, la empresa llegaba a un hito histérico e histórico. Cumplía noventa años desde su fundación. Siendo como es una compañía que se jacta de su aspecto social y tal y tal, ellos le dan muchísima importancia a ese aspecto y para celebrar el cumpleaños, ofrecían a los empleados dos opciones. Laburar como siempre en tu chamba y al final del día unirte a una mini-fiesta o laburar como voluntario en una serie de actividades escogidas por la empresa, que fueron cuatro. Mis dos compañeros en los Países Bajos y il Scelto elegimos la segunda y nos montamos nuestro propio grupo de chat en el que discutimos las cuatro opciones para elegir todos la misma. Había una haciendo vallas que descartamos, había otra creando un camino que también descartamos y al final teníamos que elegir entre ir a laburar en una granja de animales para niños, o eso que en neerlandés se llama kinderboerderij y que se puede traducir perfectamente por truscoluña no es nación o granja de niños y que básicamente es un mini-zoológico en ciudad en los que los chiquillos pueden estar cerca de algunos animales, darles de comer y demás y la cuarta opción era ir a trabajar en una zona natural reservada fuera de la ciudad eliminando plantas invasoras, que fue la opción que finalmente escogimos.

La semana pasada nos mandaron toda la información y nos decían que había que llevar algo de ropa que te proteja porque en el lugar puede haber y hasta haylas, garrapatas, que cierto deshonorable que viaje en portabultos las trajo desde truscoluña al norte de Europa en su día cuando salió huyendo asqueado de la rumana que se chinga. También nos recomendaban llevar calcetines gordos, ropa por si llueve o si hace frío, o viento. En nuestro grupo había diecisiete julays porque dando la posibilidad de trabajar para la comunidad en día laboral y cobrando tu salario o hacer tu chamba, setenta y dos julays elegimos lo primero y casi cuatrocientos eligieron lo segundo, aunque muchos de ellos después lo lamentaron porque se aburrieron como ostras mientras los cuatro grupos de aventureros nos lo pasábamos pipa. El día del cumpleaños quedamos en la oficina a las nueve menos veinte y a cada uno de los setenta y dos julays nos daban un gorro conmemorativo y fastuoso a la par que facineroso. La empresa se encargaba de llevarnos el almuerzo y teníamos aperitivos y demás. Cada grupo se fue a su actividad y nosotros llegamos a la nuestra, en el lugar conocido como Nulandse Heide, un sitio en el que hay bosque, hay agua, hay dunas de arena y donde con una diferencia de unos pocos metros puedes pasar de zona de secano con arena a zona de agua y también hogar de miles de animales. Por allí se está reproduciendo como podemitas con subvención una especie de arbusto que llegó a Europa desde América y que mata a todo lo que hay a su alrededor. Ya en el lugar, nos explicaron el trabajo, nos dieron las herramientas y nos dividimos en dos grupos. Al principio dudábamos, ya que estás arrancando plantas y siempre piensas que igual es de las buenas, pero cuando vimos como los guardas forestales le daban candela a las plantas invasoras, ya cogimos carrerilla y empezamos a atacarlas con saña. Se supone que iba a llover todo el día pero al final, no llovió, al menos no llovió allí, para que después alguien me dude de mi Ángel de la Guarda, que al regresar por la tarde en la fábrica llovía que no veas. A las doce paramos para comer al estilo neerlandés, que eran como tres panes de bombón pequeños, uno con una loncha de queso, otro con una loncha de jamón y el tercero lo abrías y lo untabas con mantequilla. Eso lo podías acompañar con un plátano, manzana o mandarina. Tras el copioso almuerzo que ofende a la palabra usada en español, uno de los guardas nos llevó en una gira enseñándonos el lugar y explicando cosas, super-hiper-mega interesante y al regresar seguimos trabajando hasta las tres. Supuestamente, teníamos que trabajar hasta las cuatro, pero es que acabamos las dos zonas que ellos habían acotado y hasta duplicamos el área que limpiamos, lo cual los dejó flipando, que ellos se pensaban que nosotros éramos como truscolanes y podemitas, de lloriquear y poco más y resultó que laburamos un montón. No voy a decir quién usó sus artes manipulatorias pero en mi grupo estaba el Elegido, una malagueña, un gallego y uno de león o por decirlo claramente, todos los españoles que trabajan allí. Al regresar a la fábrica, en la puerta principal pusieron dos camiones de esto de comida de fritanga ultraprocesada y allí comimos cosas que no son para nada sanas, todo el mundo hablaba con los otros y finalmente a las cinco y media, cada uno se fue para su keli.

Esto sería extra-ordinario, una empresa que regala un día de laburo de sus empleados a la comunidad cada noventa años, pero en realidad, no es extra-ordinario, es milagroso, porque también lo han hecho en cumpleaños previos y lo harán en los sucesivos, es una actividad anual y el único lamento del encargado de aquel sitio es que casi cuatrocientos panolis eligieron quedarse en casa y la empresa habría preferido cerrar sus puertas y demostrar su músculo social.

Merece la pena recordar que esta es una multinacional del sol caguiente y en la anterior multinacional del sol caguiente que trabajé, ahí preferían la esclavitud y la explotación y ni jartos de gofio habrían permitido a los empleados hacer algo así.


5 respuestas a “La nonagenaria”

  1. A ver si publica esto que escribí en la entrada de la iglesia, porque paso de comentar y que no me lo publique cuando no le sale del forro…
    La iglesia…
    Es bonita, si, y… Te confesaste con el tocador de turno, o comulgaste directamente, sin mas??
    Salud

  2. Es increible, ahora le da la gana de publicar esto, cuando hace un momento comenté y no lo publicó… 🙁
    Y como están borradas las entradas que no me publicó, ya no se cuales he leído y cuales no, así que comentaré cuando aparezcan nuevas entradas, si no se me ocurre algo, que los genios tenemos ideas geniales (Perdón por la rebuznancia) de vez en cuando… 🙂
    Salud

  3. Claro, que nadie leerá comentarios de entradas antiguas, pero yo sigo haciendo pruebas, hasta que se me hinchen…
    Salud

  4. Recuerdo una entrada tuya que me dejó turulato, hace años de eso, que en tu primera chamba de japos, decias, que los baños de los hombres, los WC estaban llenos de pelo púbico, yo siempre habia pensado que eran un pueblo limpísimo, y eso me dejó a cuadros, tanto, que todavía me acuerdo…
    Salud

  5. Virtuditas, no te olvides de usar la tabla de Ouija si le quieres responder al Ancestral, que eso te da comunicación directa y en 6G

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