La ropa de los fantasmas tailandeses


Cuando vas subiendo a las diferentes cascadas del parque nacional de Erawan, de cuando en cuando te topas con un árbol recubierto de ropas y trapos y hasta con maniquíes. Yo lo primero que pensé fue que como doverinto comenta poco, debe ser porque ha montado unos cuantos chiringuitos de venta de ropa en plan gitano por allí (obviamente, ahora que se cancela a todo el mundo, debería haber escrito en plan truscolán y podemita, que es más aceptable porque al fin y al cabo, a todos nos da asco esa chusma y gentuza de la peor). Cuando vi al guía le pregunté si hay que pedir licencia o simplemente trincas un árbol y ya tienes el negocio y me dijo que no, que esto era más bien el acondicionamiento del escenario en plan película de terror por si a Virtuditas le daba por pasar por allí, que yo no la veo subiendo a la cuarta cascada porque con lo mórbida que es, ni de coña trepa el kilómetro que la separa de la tercera. No, estos trapos y ropas los dejan los tailandeses para mostrar su respeto por los fantasmas y los espíritus tailandeses que se esconden en sus bosques esperando que les faltes el respeto para atacarte y hacértelo pasar mal o peor. Claro, eso tiene mucho más sentido que lo del chiringuito gitano (digoooooo truscolán-podemita). O sea, que en ese país, los fantasmas y los espíritus están en los bosques y como el país es un bosque gigantesco, básicamente es como la Interné de los fantasmas, están en todos lados porque en todos lados en Tailandia hay bosques. Al parecer a los fantasmas les gusta la ropa en colores brillantes, como a las hembras de Vecindario, capital de Mórdor, solo que a esas, que moran en Gran Canaria, el material de la tela solo puede ser la lycra, que se fabrica en todo el mundo y se exporta a Vecindario en rollos de miles y miles de metros porque hay mucha chicha en cada uno de esos muslos y las lorzas son del tamaño de rinocerontes y para taparlas, hace falta mucha lycra. Así que aquí tenemos una curiosidad terrorífica de los bosques tailandeses. Esto me recuerda a la Rosaura de mi hermana, que después de perder sus dos minutos de gloria, acabó en la keli de mis padres en el campo, en donde pasaba los días sola en una habitación en la que habían nacido y muerto un montón de gente y poco a poco se fue llenando de un moho verde en media cara que yo estoy convencido que era los fluidos que le impregnaban los espíritus malignos. En un fin de semana que fui con mis amigos la puse en una cuna (que no veas lo que cuesta meter a la Rosaura en una cuna, que era casi tan grande como Torrebruno) y una amiga la descubrió junto a su cama y le dio un ataque de histeria y a nosotros un ataque de risa. Esto me lo voy a apuntar que seguro que lo puedo usar en ese lugar conocido como YO NUNCA.


8 respuestas a “La ropa de los fantasmas tailandeses”

  1. Mórbida… y yo que entraba toda contenta y relajada porque he vuelto de unos días de turismo rural que me han dejado nueva… voy a pensar en esas preciosas rutas y en esas preciosas experiencias y voy a pasar de tí y de tus «mórbida». Por cierto, yo peso menos que tú, incluso después de que eches el jiñote.

  2. Por cierto, yo tenía un «José»… estaba intacto hasta que el cabrón de mi hermano lo pilló, le arrancó los ojos y le pintó la cara con bonitos tatuajes a boli… por poco lo mato, ya no tenía edad para muñecos pero ese me seguía tocando la fibra… por poco le pongo ese nombre a mi hijo y todo….

  3. Ni idea de quién era el José ese, salvo el cornudo del portal de Belén, que a lo mejor te refieres a que tenías uno de esos todo el año.

  4. Eh!!! Que me pintan los oídos porque alguien se está acordando de mí. Esto de comentar es muy duro, no es como preparar diariamente entradas para el blog.

    Buah! Y la Virtu comentando de par en par …

    Y encima dice que se ha ido de vacaciones de turismo rural … entonces no has salido de tu pueblo ¿no? Jojojo.

    Es broma, un día tengo que ir a Galicia a pasar unos días pa comer y bañarme en aquellas aguas.

  5. doverinto, no empieces como sulaco a inventarte cosas, no sé de donde sacas que vivo en un pueblo, ojalá, pero no, yo vivo en ciudad.
    Y bañarte en nuestras aguas requiere un tamaño importante de testículos, por el frío, ya sabes. Para comer sí que es de los mejores, si no el mejor lugar de España. Animo, vente que nos hacen falta turistas.
    sulaco: José era el equivalente de la Rosaura de tu hermana.

  6. ¿Tu tenias una hermana que se llamaba Rosaura y la llevabas en brazos a la cuna?
    No se, no me cuadra la historia, a lo mejor la Rosaura era una gata, o una muñeca, me parece a mi que mucho Duolingo, pero para narrar escribiendo, tururú… 🙂
    Te va mejor el «YO NUNCA» pa explicarte, aunque me gustaría mas si lo gravaras tal cual, sin apurarlo… 🙂
    Salud