Parece que no pasa una semana sin que tengamos un nuevo superhéroe en cartelera. Antes de comenzar a ver la película hablaba con mi amigo el Niño y ambos estábamos de acuerdo en que ya es algo cansino, que son muchos panolis salvando el mundo y el universo y por más que se gasten cientos de millones en efectos especiales, es siempre la misma película, con un julandrón que sale del armario en leotardos de colores vivos y compensa su frustración por no poder presentarse a Reina del Carnaval chicharrero repartiendo hostias en cualquier barriada. En fin, que nos volvimos a sacrificar y hemos visto Green Lantern, película que se estrenó la semana pasada en España con el título de Green Lantern (Linterna verde) y digo yo que para qué traducir el título entre paréntesis si la mayor parte de los Orcos que pululan por el país ni han oído ni oirán hablar jamás de ese cómic.

Un julay que parece no perder aceite se pone un traje de Dragqueen y se va por ahí a marcar paquete e impresionar a los chamos en coches tuneados y que escuchan esa mierda de grupo llamado KaKanarias

Al parecer en el universo hay un cuerpo de policía interestelar llamados Linterna Verde (por Dios, que despidan al puto tonto que les puso el nombre) y que mantienen un perfil bajo por la Tierra, al menos hasta que matan a uno de ellos y su anillo no pudo encontrar a Gandalf y la peña de maricones que caminan con él y acabó en manos de un chamo que hasta parece normal. Con el anillo en la mano, le sale la Reinona que todos llevamos dentro y se desmelena que no veas, por supuesto salvando el mundo, el universo y todo lo demás, que un superhéroe ha de hacer eso y mucho más al menos dos veces por semana. Hay una chama que le sube la bilirrubina y los midiclorianos y le da problemas con la lycra a la altura del paquetón y por supuesto, hay final feliz.

Esto es como si Top Gun se mezclase con Superman. Tenemos un piloto chachón y ligeramente problemático que acaba como capo di tutti capo y salvador del universo conocido y desconocido y una piba que solo quiere sentir los güevos golpeándola por debajo de la pipa del eso. Todo lo demás es intrascendente e insubstancial y se puede substituir por caros efectos especiales. Milagrosamente la película funciona y te pasas un buen rato. Yo acuso y señalo directamente a Ryan Reynolds, un buen actor y un tío con carisma. Este hombre siempre es divertido y le da a su personaje el deje de despreocupación y cachondeo que hay que tener cuando tratamos con superhéroes. Ni él mismo se cree lo que le ha pasado y se lo toma a cachondeo. Al parecer había más gente que salía en la película pero no me acuerdo de ellos ya que aquí lo que interesa es que el tipo este salva al mundo mientras nosotros nos reímos y divertimos y disfrutamos de un cine totalmente insubstancial y que no requiere un gran desgaste neuronal. Por fin no tratan de meternos una historia aburrida para justificar los poderes ni unos malos con grandes carencias afectivas de los que tenemos que saberlo todo. Aquí solo hay un hombre que ha de defender a los suyos frente al mal y lo hace lo mejor que puede, con sus aciertos y sus fallos.

El 3D es visualmente espectacular y muy logrado y los efectos especiales aparecen prácticamente en cada minuto de película. Dudo mucho que hagan una continuación porque carece del encanto de otras sagas y definitivamente, no es un personaje conocido fuera del mundillo del cómic. Ha sido una sorpresa muy agradable el no terminar aburrido y sobando en el cine.

Aunque me ha gustado un montón, dudo que sea del agrado de muchos de los miembros del Clan de los Orcos, pero si quieres ver algo bien hecho, con frases estúpidamente grandiosas y una chocha con un cuerpazo del copón que no enseña ni un centímetro de carne, esta es tu película.