LLegando en hora


Normalmente, la mayor parte de mi trabajo consiste en coordinar a varios equipos. Unos mueven la mano izquierda, otros agitan la pata, algunos mueven la cadera y desde mi torre de control, lo que se ve es una hermosa danza que si sale bien, culmina con el lanzamiento de un producto. Aunque pueda parecer algo banal, coordinar a todas las ruedas que giran en una compañía para que se muevan al mismo tiempo y generen el momento necesario que permita obtener algo que traiga dinero a la caja no es sencillo. Mi jefa lo hace pero le cuesta un montón, se pierde en ocasiones en el detalle y no acaba de entender que detrás de todo eso hay gente. Es demasiado formal. Yo por otra parte, soy totalmente informal y exprimo a cada uno de mis peones de forma que todos dan el mejor jugo que tienen dentro y además lo hacen a gusto. Si a alguien no le gusta una tarea y tenemos una alternativa, recanalizo el proceso para hacer uso de esa vía y todos salimos ganando. En el verano, con las vacaciones de unos y de otros, con gente que llega y otra que se va y algunos que vienen y van, la cosa se complica bastante y lo normal es que se retrasen los productos. Si el gerente encargado del mismo desaparece, el riesgo de fracaso se dispara ya que alguien ha de tomar decisiones críticas.

A finales de mayo en mi empresa se anunció que uno de los gerentes se tomaba tres meses de vacaciones para trabajar en un viejo coche que tiene, recorrer una zona de Estados Unidos y desconectar de todo y de todos. Su producto aporta el cuarenta por ciento de lo que generamos así que muchos se revolvieron en sus sillas inquietos porque durante su ausencia teníamos que sacar adelante una nueva versión de esa plataforma que además debía contener una cantidad significativa de mejoras. Su tarea se repartió entre unos cuantos miembros del equipo y a mí me pusieron al frente del mismo, coordinando y haciendo tareas que no me corresponden para mantener el rumbo. Esto llegó en paralelo a mis doscientas cosillas adicionales. Muchos daban por supuesto que tendríamos que retrasar el lanzamiento y nosotros nos organizamos con reuniones para evaluar el progreso cada dos semanas y un sistema de reparto de tareas y de comunicación muy dinámico. Milagrosamente (para algunos) fuimos pasando cada hito en el camino según lo planificado. En la etapa final, en nuestros últimos diez días, teníamos que preparar la información que se enviará a clientes y asociados y aunque habitualmente yo soy el mensajero, eso no quiere decir que la escriba. Comenzamos la semana pasada creando un borrador y trabajando entre cinco para mejorarlo. Cada uno de los otros cuatro modificó mi versión (y la mejoró) y al devolvérmelas, yo elegí lo que me gustaba de unos y otros y creé el segundo documento. Repetimos este proceso dos ciclos más en los que fuimos afinando detalles, completando información y marcando la línea que queríamos seguir. Al llegar al cuarto ciclo, duplicamos el tamaño de los correctores y nos centramos en la corrección semántica y ortográfica. Comenzamos a pulir el texto y cuando llegamos al quinto ciclo eliminamos todas las referencias negativas y lo ajustamos para que quien lo lea obtenga vibraciones positivas. En el sexto ciclo volvimos a ajustar el texto, hacerlo más gráfico y concretamos y afinamos las cosas aún más. La séptima ronda requirió cambios mínimos antes de enviar nuestra pequeña obra al director del departamento para que la aprobara. En paralelo realizamos todas las pequeñas tareas que conforman el lanzamiento y así llegamos al día de hoy al mediodía. La misión, imposible para muchos, era lanzar el producto el uno de septiembre. Casualmente ese día es sábado así que tenía que ser o el lunes tres o el viernes treinta y uno de agosto. Como el lunes regresa el gerente y no sabemos si tendrá la regla o el síndrome de la primadona, optamos por el día antes. A las doce de la mañana todo estaba preparado salvo por la luz verde desde arriba. Nuestro avión estaba en pista y listo para el despegue. Para las tres convocamos una reunión para celebrar el lanzamiento. Un alto directivo lo único que hace es decir que o que no y tocar los huevos al prójimo así que tuvimos que acosar al hombre durante más de dos horas y a las dos y cincuenta y seis se le antojó eliminar una palabra del documento y tras ese esfuerzo sobrehumano y que le tomó la friolera de ciento setenta y seis minutos, accedió al lanzamiento. La palabra hablada se la lleva el viento así que la forma de hacerlo era completando un flujo de trabajo y básicamente sancionando digitalmente nuestro trabajo. Tres minutos antes de la reunión yo convertía el documento a varios formatos, lo subía a nuestra red corporativa, lo incrustaba en el correo que envío anunciando cada lanzamiento, enviaba ese correo a todo el universo y aún me sobró más de un minuto para bajar a la sala de reuniones y festejar el evento comiéndome un trozo de tarta. Misión: CUMPLIDA Miles de horas de trabajo, más de treinta personas involucradas, prototipos, versiones de prueba, problemas resueltos, nuevos problemas resueltos e imprevistos culminaron en ese instante. Aunque los demás no lo saben, mi trabajo continuó ya que en paralelo y muy relacionado, la herramienta que permite hacer pedidos necesita un ajuste increíble para poder usarla con lo que hemos hecho. Este otro proyecto, más pequeño en escala pero tan importante, tuvo su última crisis el lunes cuando pensamos que tendríamos que retrasar el lanzamiento. Al final todo se arregló y esta noche, exactamente a la medianoche, los servidores de mi empresa en dos lugares distintos del mundo desecharán la versión que tienen, activarán la nueva versión y desde ese momento la gente podrá hacer pedidos. Entonces sí que habremos realmente acabado. El lunes la pelota caliente la tendrán los de soporte de ventas y técnico y nosotros daremos la bienvenida al gerente tras su regreso vacacional y comenzaremos a perfilar la próxima versión que viene, nuevamente, cargadísima de cambios. Por suerte yo podré regresar a mi torre de control y dejar al gerente que pilote la aventura. Para que conste, la cantidad de horas extras que hemos tenido que hacer durante estos tres meses para que nuestro trabajo no descarrilara ha sido de cero horas, algo que ha llamado mucho la atención de unos cuantos jefillos porque conseguimos sortear cada uno de los obstáculos que se nos cruzaron en el camino con soluciones elegantes y eminentemente prácticas. A ver si septiembre llega más tranquilo porque esto de trabajar treinta y pico horas a la semana no es lo mío.


15 respuestas a “LLegando en hora”

  1. Describes las cosas de tal manera…que casi pagaría una entrada para ver (desde una buena butaca) todos esos ciclos.

  2. Genín, ese no era mi trabajo y no tengo ningún problema en que hayan otros mucho mejores que yo para sus tareas. Si el gerente hubiese estado, yo solo habría participado en la ronda final. El crédito final es mío.

  3. Me gusta ver gente que disfruta con su trabajo y se siente orgullosa de él. Para mí trabajar es una maldición diabólica, una tortura afgana, un sufrimiento agónico.

  4. Rodolfo:
    Te comprendo muy bien y te doy la razón, hoy día me pregunto como es posible que a la gente le llegue tiempo para trabajar, a mi no me llega el día, de verdad, y no trabajo para ganarme el pan…
    Salud

  5. ¿Cómo? ¿que sin hacer horas llegasteis al objetivo? Dat is onmogelijk in Spanje. Realizar correctamente tu trabajo sin que eso repercuta en tu vida personal y así poder viajar, cocinar, ver cine, cuidar de tu jardín, tener vida social,….

    Vamos Sulaco, sé sincero, el blog lo hacéis entre tres personas. Por lo que estado leyendo a uno de encanta viajar y la fotografía, a otro le encanta la cocina y cuidar de su jardín, y finalmente hay un entusiasta del cine. O sois tres, o tu día tiene 30 horas. 😉

    Salud

  6. Por desgracia lo hago yo solo pero no ver la tele ayuda y también ser organizado. La semana pasada en una sentada de una hora preparé todas las fotos que salieron y hoy por ejemplo, ya está todo escrito, con dos anotaciones de fotos y una con una historia de lo que sucedió el domingo. Lo hice anoche porque hoy he quedado para cenar y no tendré tiempo.

  7. Shhiiiisss, no digáis nada, Sulaco lo hace todo en su tiempo laboral y no le importa que le pillen, se la suda porque siempre está rezando a Mahoma (Su favorito) pa que lo echen…jajaja
    Salud

  8. Ay Genín, que más quisiera. Esta mañana a las 9 ya tenía a 50 chamos conectados a una presentación por internet y después de eso he pasado la mañana apagando fuegos. Ahora es cuando parece que me puedo tocar los mondongos pero me iré a charlar con el Moreno, que lo de la bitácora para mañana lo puedo encauzar esta noche. Hoy me vine en bici (25 km), iré en bici a la casa en la que ceno (9 km más) y desde allí regresaré en bici alrededor de las ocho y media a casa (20 km). Calculo que estaré en mi casa sobre las nueve y pico

  9. Sulaco:
    Tengo que confesar que te envidio un güevo en una cosa,y es tu capacidad acojonante para andar en bici y que te lo tomas como quien va a la vuelta de la esquina…
    Pero eso si, mi nivel y calidad de vida, no te lo cambio por nada…jajaja
    Salud

  10. Pero, esta bitácora se llama Distorsiones, ¿no?… Los kilómetros pueden estar distorsionados; igual que otras muchas cosas. ¿A qué sí?…jajaja

  11. huitten, todos mis recorridos con bici son auditados por un alemán y varios holandeses. Con el MotionX GPS grabo las rutas y les envío un iMessage a los amigos con un enlace al mapa y la página con la información de la misma. No las pongo en la bitácora por seguridad, porque delataría demasiada información personal, como mi casa, la casa de la Chinita, la del Rubio, mi trabajo y demás. Esta mañana fui bastante lento, pero aún así aquí tienes algunos datos:

    Name: Track 019
    Date: 5 sep. 2012 7:02 am
    Distance: 24,5 kilometers
    Elapsed Time: 1:00:53
    Avg Speed: 24,2 km/h
    Max Speed: 33,4 km/h
    Avg Pace: 2′ 28″ per km

    Como ves, llegué a la oficina a las 8.02am

  12. ¡Pero si yo me creo todo lo que dices!… Me gusta creerme todo lo que me gusta y me hace sentir bien; da igual si es verdad o no. Aunque en éste caso tengo mucha confianza en ti; no me preguntes por qué??porque no tengo ni idea. Sólo una pregunta: La información dices que la mandas a tus amigos; ¿lo haces por seguridad personal tuya?… ¿por si te ocurriera algún percance con la bici?… No sé, se me ha ocurrido que puede ser por eso, pero a lo mejor estoy equivocada.

  13. No, la mandamos para picarnos. Mi amigo el Rubio me manda sus rutas en bici y me llama maricona vieja porque él tiene una bicicleta de 2000 euros que pesa cuatro gramos y con la que va a cuarenta kilómetros por hora durante cincuenta minutos y después llora como un bebé. Yo lo llamo maricona aún más vieja porque la usa dos veces por semana y yo solo desde el sábado hasta hoy he hecho unos doscientos setenta kilómetros sin contar los 30 que haré esta tarde (y contando los 24 y medio para venir al trabajo desde mi casa esta mañana), mi amigo Alemán me manda sus rutas corriendo, otro colega me manda sus rutas corriendo y caminando y así sucesivamente. Es also social solo que UnoPuntoCero, de la vieja escuela. No queremos que esa información esté en la red.
    Ah, y hoy he hecho el recorrido que indiqué ayer en 59 minutos y 25 segundos y eso que en el medio del bosque una mujer me paró a preguntarme por la entrada del campo de golf de Hilversum.