Lo dejo cuando quiera


Durante la Semana Santa, el cine español en cartelera se reducía a dos películas, al menos en Las Palmas de Gran Canaria. Tuve suerte y hasta me hice una sesión doble con ambas, aprovechando el día del espectador que en España el cine es carísimo. Después del drama de la primera película, tuve suerte y la segunda era una comedia de la que nunca jamás en la vida había oído hablar, aunque esa es una de las ventajas de vivir desconectado, que no me entero de lo que me estoy perdiendo y así no sufro por ello. La película se titula Lo dejo cuando quiera y como la otra española, debe estar a puntito de desaparecer de la cartelera.

Tres julays harán lo que sea con tal de chingar

Tres tipos fracasan en la vida pese a tener título universitario y acaban descubriendo que en realidad lo que hay que hacer para ganar guita en España es convertirte en camello y mercadear con pastillas que es lo que mola a la chiquillería esta que ni estudia, ni trabaja ni hace ná de ná. Uno de ellos está separándose pero todavía quiere ponerle la pierna encima a su ex, que al mismo tiempo está buscando otro macho alfa, otro es un friki que vive con sus padres y que ha sacado la musculatura a fuerza de pajas y el tercero es un chuloputas o algo así.

Iba a decir que en España lo de las comedias simplonas lo tienen muy perfeccionado pero es que resulta que esta es otra de esas películas de la propietaria de Telajinco que hicieron en Italia, tuvo éxito y como saben que en el extranjero no funcionará, la vuelven a hacer con actores locales y sin haber visto la original estoy seguro que aquí se copió plano a plano. La película tiene un montón de volatadas y chorradas y todos los personajes se ven demasiado irreales, sobre todo el dueño de la discoteca, que sobreactúa demasiado y en mi caso, hizo que le cogiera manía instantánea. La historia de los amigotes entretiene pero tampoco es algo que te vaya a preocupar o a hacer pensar. Esto es un producto de consumo instantáneo, la vez, te ríes unas cuantas veces y según sales del cine la olvidas. Cumple el objetivo pero no hay más.

Esto es cine cómico para los miembros del Clan de los Orcos, que seguro que se echan unas risas con las polladas y los reafirmará en su gran sabiduría al despreciar la universidad y elegir el camino del crimen para medrar en este mundo. No es para nada una película de esas que molen a los sub-intelectuales con GafaPasta.


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