Los puntos fuertes


Todos tenemos nuestros puntos fuertes. El Rubio y el Moreno son buenísimos a la hora de exprimir a las empresas y pillarlos en su propio juego. Lo peor que le puede pasar a una compañía es que alguno de los dos tenga un problema y llame a su soporte técnico. Lo que sucede a continuación suele ser una pesadilla para esa empresa que jode las estadísticas del departamento de atención al cliente y seguramente su paga de objetivos, con lo que en algún momento de un juego que están destinados a perder se rinden y tratan de minimizar el daño. Lo he visto en un montón de ocasiones. Cuando el Rubio tuvo un problema con la televisión por cable en su casa, lo primero que hizo fue pedir que le dieran el número de incidente de su llamada. A partir de ahí los llamaba continuamente y pedía que añadieran la nueva información a su llamada, la cual no permitía cerrar. Llegó un momento en el que uno de los jefillos de la empresa forzó a todo el departamento para que resolvieran el asunto de una vez porque su caso se había convertido en un libro de un montón de páginas. El Moreno está cortado por el mismo patrón. La vez que tuvo un problema con su ADSL, la empresa acabó pagándole medio año de servicio (el había pagado un año por adelantado) y tratándolo con un cuidado exquisito. Yo en esos temas ni puedo ni quiero competir con ellos, así que si tengo algún problema de esta índole, uno de los dos llama, se hace pasar por mi y los jode vivos, aunque creo que la última vez que sucedió algo así fue hace unos seis años. En lo que yo soy imbatible es encontrar productos a mejores precios y hoy el Rubio lo comprobaba cuando me decía lo que iba a pagar por un artilugio que quería comprar. En diez minutos le rebajé el precio quince leuros, le llega en tres días (en lugar de dos semanas) y la tienda que lo vende está en Alemania pero venden a través de Amazon. El Rubio lo flipó y me ha invitado a una barbacoa para celebrar el suceso, aunque me temo que tuve que declinar la invitación porque tengo la semana petadísima de eventos sociales.

El Moreno consiguió noquear a los empleados de una tienda ayer. Quería comprarle a su hija un iPod nano y encontró una tienda que tenía un precio un diez por ciento más barato que el indicado por apple. Después descubrió que tenían una promoción con un diez por ciento de descuento en las tarjetas regalo de ese establecimiento con lo que fuimos, compramos las suficientes tarjetas regalo para pagar el producto y en total acabó con un veinte por ciento de descuento. El empleado estaba más liado que la picha de un cura de barrio y tuvimos que ser nosotros los que le explicamos que primero había que comprar tarjetas regalo, las cuales estaban limitadas a dos por persona, con lo que él compró dos y yo apañé una. Después él usó esas mismas tarjetas para comprar el iPod nano y pagó el valor real del producto rebajado, pero como las tarjetas que contenían el dinero habían costado menos del valor que tienen, en realidad tenía un doble descuento. Cuando acabamos con el empleado estaba acarajotado y seguramente pensaba que no le pagan lo suficiente para todo lo que tiene que pensar.

Puede parecer una pérdida de tiempo pero un leuro es un leuro y si ahorras uno aquí, dos allí y tres allá, al final puedes hacer más cosas con tu dinero, el cual, al menos para mí, no cae del cielo ni lo cago cuando me tiro los peíllos.


8 respuestas a “Los puntos fuertes”

  1. Envidia me da lo de tus amigos, yo soy incapaz de ponerme seria en esas cuestiones y me la dan con queso siempre.

  2. Yo soy el equivalente al rubio o al moreno, la de la mala leche.
    Tengo hasta arte redactando cartas de reclamación, llamadas telefónicas a atención al cliente, para mi y para alguna gente más, de hecho la última vez por poco meto la pata y doy otro número de DNI que ni era el mío, por la costumbre… siempre con educación, pero contundente, las cosas claritas desde el principio.
    Y además no me importa nada «molestarme» en remover cielo y tierra por lo que creo que es injusto, para eso tengo más paciencia que el santo Job, luego no tendré tiempo ni de respirar, pero para tocar las pelotasssssssssss…… y me encanta salirme con la mía!!!!!!

  3. Mis amigos no paran hasta conseguirlo. El Moreno lleva tres años batallando con un guarda forestal y creo que irán a juicio y le tiene preparado al otro una andanada de vídeos e informes que cuando lo vea allí, va a llorar más que la Pantoja cuando le dejaron de llegar los sacos de billetes.

  4. Eso del guarda forestal lo tendrás que contar en otro momento cuando se pueda, porque yo no me pongo en ninguna situación en que tenga un problema con un guarda forestal. Qué chulo, cómo el oso Yoghi.

  5. Eran tres y los otros dos han pagado la multa sin rechistar. El Moreno va como un toro, directo a por el guarda forestal porque él cree que no tenía razón y no parará hasta demostrarlo. En eso lleva dos años y pico y no ceja en el empeño.

  6. Lo del guarda forestal tiene otra pinta, pero lo de andar perdiendo el tiempo con los pobres desgraciados que las compañías ponen en los departamentos de atención al cliente no merece la pena. Yo corto por lo sano, me da pereza y más sabiendo que los jefes o accionistas de esas compañías que son los responsables de las políticas a aplicar en sus empresas ni se enteran paseándose con sus yates por la costa.

  7. Yo, lo de la mala leche lo dejo para mi marido. Mi fuerte está en la constancia (no paro hasta conseguir lo que quiero), y en la suavidad (utilizo frases calmadas, y muy explícitas). De todos modos he de seguir perfeccionando las maneras, porque algunos temas se complican y me ocupan demasiado tiempo.