Llega septiembre y comienza el goteo de pelis neerlandesas porque se acerca el festival de cine holandés y esta es una de las primeras serias que vemos, pero por razones que escapan a mi muy limitado entendimiento, en Utrecht la estaban poniendo a las nueve o las diez de la noche, así que aproveché una visita a la filmoteca en Ámsterdam para ir a ver Loverboy: Emoties Uit, que dudo muchísimo que se estrene algún día en España, ni siquiera con el comercial título de truscoluña no es nación.

Un julay jinameño es un laja de que te cagas.

Resulta que un panoli trapichero y seguramente suciolista va a perder la custodia de su hija y le debe un pastote a un traficante de hembras, así que para solucionarlo, se mete en el negocio del tráfico de pavas y se camela a tres hembras que secuestra, encierra y prostituye en una keli para él sacar el dinero que necesita. Todo parece estar yéndole bien, hasta que la cosa se tuerce, se escapa una de las pavas, su hija descubre que el padre es un capullo de qué te cagas y se monta el pitote.

Esta es una peli de criminales bastante dura, por el tema, que no hay personajes agradables, todos estos tíos son josdelagran-puta y ven a las mujeres que esclavizan como objetos, de ahí viene la parte del título Emoties Uit, no las consideran seres humanos y les da igual lo que sufran. La película funciona y es interesante pero hay algunas cosas que fallan, como la relación del pavo con su hija, en la que se muestra como una persona totalmente distinta pero eso no llega a cuajar. Tampoco encaja que al parecer a una de las putas que tiene secuestrada como que insinúan que la ama o algo así, pero mira que le saca pasta y abusa de ella. El tema es interesante y está más o menos bien llevado, pero les faltó currarse un poquito más el guion para conseguir una obra maestra.

Esto aterrorizará a los miembros del Clan de los Orcos y no creo que interese a los sub-intelectuales con GafaPasta.