Mala y mala


Seguimos mostrando nuestras cartas y la partida se está poniendo muy interesante. Hoy por la mañana, al llegar a la oficina, tenía un correo de la mala, informando que se había puesto mala y que no vendría y me ordenaba que ejecutara una de sus órdenes ejecutivas. Yo estoy equipado de un dedo mágico, uno que cuando apunta, ya puedes haber hecho los deberes porque te van a llover palos por todos lados, así que para realizar la tarea, seguí literalmente los pasos que hay que dar y apunté hacia el jefe de la mala y mala y uno de sus colegas, que supuestamente es la persona que debería haber escrito el documento que yo lancé, solo que la mala y mala lo hizo ella misma y él no estuvo involucrado en el tema, algo que le informé que me suda la polla si lo estuvo o no, pero cada documento está vinculado a un gerente de producto y este producto es suyo, con lo que él es responsable directo, indirecto, por activa y por pasiva, del mismo. Por un momento pensé que el colega correría a su casa con la amigdalitis tan grande que le atacó cuando los güevos se le subieron a la garganta. Tiré la piedra y después esperé y pronto comenzaron a llover las quejas y entre ellas, la principal era la mala, o más bien malísima calidad del mismo y lo patético que era el inglés usado en el mismo. Yo me limité a mostrar la lista de las personas que supuestamente evalúan y corrigen el documento, una lista que incluye a unas quince personas y ni una sola de ellas se molestó en revisarlo o en corregirlo o si lo hizo, la mala y mala se pasó sus comentarios por la pipa del coño. Entonces mi antigua jefilla me reprochó que yo no lo haya hecho, que yo, sabiendo que aquello era una puta mierda del copón, lo dejé pasar, algo que le expliqué, mi contrato con el país del sol naciente, el cual recibo cada seis meses, explica, con todo lujo de detalles, que yo trabajo para la mitad de la empresa, para mi mitad y que bajo ninguna circunstancia debo o puedo hacer cosas para la otra mitad, que paga a la mala y mala para lo mismo. Además, le pregunté como es que ella, que es una de las quince personas que tuvo tres días completos para revisar el susodicho engendro, no se molestó en leerlo o quizás va a resultar que su dominio de la lengua inglesa es patético. También le expliqué que al menos cuatro personas de las quince, me dijeron que las veces que intentaron ayudar a la mala y mala, fueron despreciados, ninguneados y ella les dijo que ella es infinitamente superior y tal y tal y han decidido, que por su propio bienestar y su salud, jamás volverán a inmiscuirse en los asuntos de la mala y mala.

Todo esto sucedía el mismo día que he logrado hacer algo histórico, me ha tomado seis meses, dos intentos y una cantidad dantesca de regates, pero mañana, por primera vez en décadas, yo informaré a la parte comercial de la empresa de algo que llevan pidiendo desde antes que a Cristo Rey le salieran los pelos en el culo. La primera observación, que calculo que llegará en los primeros trescientos segundos, será preguntar la razón por la que solo se ha hecho para la mitad de la empresa y entonces explicaré que la mala y mala es la que se encarga de los otros y que para ruegos y preguntas, ya pueden hacérselos a ella. Como sé, de buenas y múltiples fuentes, que los colegas amarillos no la pueden ni ver y en su país no dejan de encenderle velas negras, calculo que quizás en dos o tres años ella llegará a algo que será una desenfocada sombra de lo que yo he hecho, que ya anunciaré que actualizaré dos veces al año porque soy así de generoso. Cuando la noticia le llegue, se va a poner mala, mala y aún más mala.


4 respuestas a “Mala y mala”

  1. Pobrecita, contigo de enemigo, lo lleva claro…

    ¿Es científico que Cristo tenia pelos en el culo?
    Yo no tengo… 🙁

    Salud

  2. Por qué estáis hablando de los pelos del culo de nadie??? no se os puede dejar solos…