Manipuladoras de elementos


Manipuladoras de elementos

Yo todos los días le doy las gracias a uno o varios dioses por haberme hecho visitar el mercado Ben Thanh en Saigón. Ha sido una fuente de anotaciones para el blog épica y hoy tenemos el colofón, el episodio final. En la zona de las pescaderas me crucé con un grupo de manipularas de alimentos o elementos épicas. Estaban en la sección de los calamares, pero no de las cholas calamar que tanto nos gustaban a todos de pequeños para bañarnos en las playas con lajas sino de los calamares, calamares, los ciudadanos oceánicos que están tan ricos cuando los comes fritos, o rellenos, o en su tinta o en la de otros. Del traje de la pava que está al frente con botas se podrían escribir enciclopedias pero no vamos a tocar ese tema y espero que la foto pase desapercibida y no encontrarme la próxima vez que vaya a las Palmas que mi madre ha comprado las cortinas del salón con esa mismita tela, que el peligro de que eso suceda, existe. No, la manipuladora por excelencia, la que se doctoró en el tema y que sabe mejor que todos lo que se puede o no se puede hacer es la que está encaramada en el poyo, pegadita a los calamares y seguramente tirándose unos peotes allí para darles más sabor. En otros lugares del universo le cierran el chiringuito pero en Saigón, alegría y cosa buena y si te pasas un rato más tarde, cuando ya han recogido, te encuentras con el turno de noche, unas ratas montesas del tamaño de gatos a las que les sobra la prepotencia y te echan del lugar sin escrúpulo alguno. En beneficio de Vietnam quiero repetir y repito que la rata más grande y hermosa que he visto en mi vida fue en Indonesia, en la isla de Bali y en la puerta de cierto hotel con cadena de locales para comer y ver parafernalia relativa a músicos famosos.

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3 respuestas a “Manipuladoras de elementos”

  1. Muero!! Podría comerme los calamares sin problema, aún con los posibles pedos de la tía encaramada, pero lo de la rata me supera!