Marejada tirando a marejadilla


Las cosas no fueron como todos pensaban el día que me rebelé. Siempre he sabido que tengo un poderoso ángel de la guarda que vela por mí y se encarga de protegerme. Y parece que está bastante activo tratando de deshacer los entuertos en los que me meto.

Trabajar en una multinacional es sencillo. Mantenerse en ella aún más. Sobrevivir a reorganizaciones es algo más complicado pero con suerte y algo de ayuda de las estadísticas uno lo consigue. Esta semana he descubierto que existe una diferencia semántica entre reorganización y reestructuración. Yo sigo sin verlo claro. He echado manos del diccionario de la RAE, la biblia de nuestro idioma y me dicen que reorganizar es Organizar algo de manera distinta y de forma que resulte más eficaz y reestructurar es Modificar la estructura de una obra, disposición, empresa, proyecto, organización, etc. Para mí ambas implican una reducción del número de empleados pero parece que no, que en una reorganización sí se echa gente a la puta calle pero en una reestructuración solo se les reubica a la espera de poderlos echar más adelante.

El miércoles, mientras yo disfrutaba de mi tarde libre, mis compañeros se mamaban cuatro horas de presentación. La bomba saltó en la página doce, cuando sin aviso previo y sin que nada los preparara para dicho evento descubrieron que nada es lo que parece y que todo ha cambiado. Unos fueron degradados, otros ascendieron y los más quedaron como estaban. O casi. La onda de choque fue tan brutal que rompió los huevos de varios. El segundo de a bordo en nuestra división desapareció de la foto, mi director perdió de golpe a treinta empleados, mi jefe quedó a mi nivel, otros sufrieron la misma suerte. La excusa fue la de siempre, la bobería de mejorar, producir más y mejor y toda esa mierda que aprenden en cursos para retardados. Si tenemos en cuenta que esta era la organización que ellos habían implantado exactamente noventa días antes y que según ellos salvaría a la compañía y al mundo, los efectos colaterales en forma de desmoralización se han debido sentir hasta en el ártico. Uno de mis compañeros, un pollaboba que hace unos días me preguntaba por lo que quería poner en mi tarjeta de visita ya que le habían encargado de elaborarlas y el tipo se mofaba de mí porque solo quise poner mi nombre sufrió un ataque de ansiedad y acabó votado en el suelo hiperventilándose. Tuvieron que llamar al UNO-UNO-DOS para que se lo llevara. El soplapollas ese me restregó aquel día su certificación CISCO, único título que ha logrado en su puta vida. Yo no quise pasarle por el hocico los títulos universitarios, adquiridos después de años de estudio y no tras empaparse cuatro manojos de preguntas de exámenes de esas que se sacan por internet. El camino se demuestra andando y el de ese es tan corto que no vale ni para sendero de mi jardín. Se había autodenominado consultor y tras la hecatombe acabó de limpia escupideras.

Yo he acabado en un grupo que ya he bautizado como Oh My God! o en cristiano ¡Oh Dios mío!. Un amasijo de gente que no tiene nada en común y que parecen estar allí esperando a que les den la carta de despido. Continuó la presentación después de la bomba informativa y mientras seguían cayendo huevos al suelo como manzanas maduras comenzaron a explicar algo relativo a la flexibilidad y versatilidad. El vicepresidente puede escuchar los lloros de algunos aunque los ignora y sigue su estúpido discurso: Tenemos que ser flexibles y versátiles, como por ejemplo …. SULACO. Todos se miran entre ellos. Nadie parece encontrarme. SULACO, SULACO, ¿dónde está SULACO? y el aludido no estaba allí. A esa hora estaba disfrutando de medio día libre y reduciendo la cantidad de días de vacaciones que le quedan para llegar hasta fin de año dejándola en veintinueve días y medio.

Por supuesto el vicepresidente sabía que yo no iba a estar allí. Fue informado por su secretaria y por mi jefe. Por descontado que no es tan tonto, pero se trataba de marcar ovejas, de señalar con el dedo casual y eso hizo. Al día siguiente paseó entre los despachos de los desmotivados empleados y en al menos dos lugares distintos sacó a colación el tema de lo enfadado que estaba conmigo por no haber acudido y cúanto lo había decepcionado. Lo dijo en dos lugares pero no tuvo los cojones suficientes para caminar dos puertas más y decírmelo a la cara pese a tropezarse conmigo en dos ocasiones ese día. Si hasta ese momento lo había despreciado ahora además no lo trago. El viernes siguió comentando a otros colegas el enfado tan grande que tenía conmigo. Ese mismo día yo ya tenía trabajo para dos personas apalabrado para la semana que viene, algo que hago siempre. Yo me busco mi trabajo, al contrario que los lameculos que se quedan en sus despachos esperando que alguien venga a ofrecérselo. Mi paciencia tiene un límite y aquel día se sobrepasó. Elegí uno de los mayores enemigos del vicepresidente, un tipo que me conoce y que ha trabajado conmigo. Me ofrecí a cambiarme a su división y el lunes me darán la respuesta. ?l sabe que hay dos divisiones más que me acogerían con los brazos abiertos y sabe que habrá una guerra muy sangrienta si me paso a su banda. Si no puedo cambiarme a otra división habrá llegado la hora de dejar esta compañía y comenzar a distribuir el currículum. Es ahora cuando mi ángel de la guarda tendrá que demostrar lo que vale y hacer su trabajo. Quizás es el momento de cerrar el círculo y comenzar a pintar otro.


11 respuestas a “Marejada tirando a marejadilla”

  1. El ánimo hay que dárselo a mi vicepre… que va a ver como se le desmonta su castillo. Yo me eduqué con la mejor, me vi TODOS LOS EPISODIOS de Falcon Crest en mi adolescencia. Angela Channing y Darth Vader fueron dos grandes mentores.

  2. Te puedo pasar el libro q siempre tengo en la mesilla «The Prince» Cambridge edition. Sigh

  3. ¡¡¡Que bueno!!!.
    Felicidades por tu elección de tirar hacia adelante sea como fuere.

  4. Ya tengo apalabrado un puesto en un grupo distinto. A ver si cuaja. Aún no he pensado como enviar la noticia a ese cabrón. Yo creo que la mejor manera es a través de su secretaria, el mismo método que él usa para informarme a mí. Seguro que la abofetea.

  5. He visto tus llamadas de la semana pasada pero no es que pase de ti es que tengo horario de verano (más o menos) y siempre me pillas reunida. A ver si me puedes llamar despues de las tres y me cuentas toda la historia.

  6. Lo que yo no entiendo es que en el discurso te pusiera como ejemplo de versatilidad y eficiencia y luego vaya diciendo por ahí que eres un capullo y que está decepcionado contigo. Parece que vas a tener razón en que tu vicepresidente es mu’ tonto.
    Pero aún así cuando estés en el nuevo grupo dale caña y que se joda.

  7. juasss, si, jazlo asi, y dile que le diga que como le gusta más hacer las cosas mediante intermediarios que directamente, pues que lo mandas a la mierda a través de su secretaria.
    O si no, puedes ir comentandolo a los compañeros de la oficina, los que estén cerca de su despacho, para que él lo oiga.

  8. Jimmy: no estaba allí y ese tipo es de blanco o negro. Entré directamente en su lista negra
    bishop: ese plan ya está en marcha. Ya lo saben unos diez que lo comentan en las máquinas de café. Espero que el jueves ya le haya llegado el rumor. Lo mejor que me puede pasar es que me echen pero ese chollo no me toca.

  9. Juas he buscado esta anotación para informar de que he tenido un «encontronazo» con mis superiores en el que no he tenido más remedio que levantarme de la mesa y dejar al personaje con la boca abierta, aunque la situación es tensa a posteriori, sabe y te deja a gusto hacer lo que crees que es justo y no plegarte ante palabras huecas.

    Saludos.