Más cabrón que los cabrones


Una de las peculiaridades de la versión canaria del español es que está perfectamente ajustada para criticar, calificar, y prejuzgar. Cuando oyes a la gente hablando por aquí, no dejan de sorprenderte las expresiones que usan y la sutileza de la crueldad de las mismas. Una de ellas, que se puede usar en mil millones de variaciones cambiando las palabras te permite calificar a una persona y al mismo tiempo, destacarla en el grupo en el que la calificas. Así, cuando alguien es más cabrón que los cabrones, definitivamente no es nada bueno y estamos diciendo que no solamente es un hijo de puta, es que es un hijo de la Gran Puta Truscolana, esa misma a la que le deberían haber hormigonado los bajos para que no cagara al mierda de puerkagón, esa rata que en Japón se podría matar legalmente porque allí hay pena de muerte y aquí le dan subvenciones y hasta le quieren poner escoltas mientras su zorrita mama de una televisión pública y el día que su repelente descendencia esté en edad de mamar del erario público, las enchufarán sin vergüenza alguna.

Volviendo a la expresión, una que es más puta que las putas es una zorra de proporciones épicas y legendarias, vamos, que está en un nivel estratosférico. De la misma manera, cuando alguien es más falso que los falsos, se sabe a ciencia cierta que de lo que te diga esa persona, no te creas ni cuarto ni mitad.

Cualquiera puede pensar que este tipo de expresiones han caído en desuso pero no es así, mismamente esta mañana la usaba mi madre para referirse a alguien y después la volví a oír en la playa de la Garita mientras tomaba el sol. La versión canaria de la lengua española puede sonar muy dulce y melosa pero cuando hay que dar candela, tiene las expresiones adecuadas para dar candela de la buena y de la mejor.


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