Match Point


Woody Allen es uno de los pocos directores americanos que hacen lo que quieren y quizás por eso no se le respeta lo suficiente en su país. Sus películas no están dirigidas a los típicos quinceañeros descerebrados ni a la generación del chimpún. Es cine en el que el guión es el eje sobre el que giran unos actores que procuran dar lo mejor de sí mismos. Como nunca ha hecho grandes esfuerzos para que sus películas recauden cientos de millones ahora lo tiene muy crudo para conseguir financiación en los Estados Unidos y ha terminado recurriendo a Europa para financiar su cine. Este hombre es además bastante prolífico y cada año vuelve a las pantallas con una película. Esperemos que pueda seguir haciéndolo durante mucho tiempo porque es una brisa de aire fresco en la emponzoñada nube del cine actual.

Match Point es la bola que decide un partido de tenis, es la diferencia entre ganar y perder. En esta película se habla de tenis, se habla de juego y se habla de ganar y perder. Es el juego de la vida. Está ambientada en la elitista alta sociedad londinense, gente acostumbrada a ir a la ?pera, a acudir a exposiciones y a ver como sus errores son subsanados por papuchi y mamuchi. En Match Point un joven entrenador de tenis conoce a una niña rica y termina enamorándose de otra pobre. Debe decidir entre mantenerse entre los ricos y ver como su vida mejora para siempre o elegir el amor y un futuro incierto. Esa será su bola de partido.

Como en todo el cine de Woody Allen, los guiones son esenciales. Aquí no hay grandes efectos especiales, no hay persecuciones espectaculares ni similares. Hay momentos cotidianos vistos desde la óptica de este hombre. Los diálogos son afilados y las escenas se suceden sin pausa llevándonos en volandas hacia un final en cierta forma inesperado. Para hacer todo esto creíble hacen falta buenos actores, algo en lo que este director no ha tenido problemas jamás. Prácticamente nadie se resiste a su llamada. Todos saben que no habrán grandes salarios, que no alcanzarán grandes audiencias pero también que podrán ejercer su profesión y mucha gente se fijará en ellos. Entre los cuatro jóvenes protagonistas resaltan Scarlett Johansson y Jonathan Rhys-Meyers. La primera es tan jodidamente hermosa que te duele mirarla y ella es consciente de esto. Encandila a la cámara en todos sus planos, juega con los espectadores y trata de enamorarnos continuamente. Además es que se pasa media película fornicando y eso mola. Jonathan Rhys-Meyers se sabe un chico con suerte y trata de aprovecharla al máximo, follándose todo lo que se mueve y tiene papaya, que en este caso son las dos protagonistas. Los otros dos, la esposa de este interpretada por Emily Mortimer y su hermano sólo pueden seguirles el juego. Tendré que volver a ver la película en su versión original, porque la traducción al español machaca los acentos y aquí tenemos un chico irlandés, dos jóvenes de la alta sociedad británica y una joven americana. Es una pena que al traducir todos hablen español de la meseta, perdiéndose todo el encanto de las diferentes entonaciones.

A estas alturas ya todos tenemos muy claro si nos gusta este tipo de cine o no. Los que prefieren las palomitas, gritos, móviles sonando y las putitas de barriada con la minifalda por encima de las bragas, mejor os quedáis en casa u os gastáis el dinero en otra cosa. El resto, aquellos capaces de apreciar el buen cine deberíais haberla visto ya.
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3 respuestas a “Match Point”

  1. A mí me gustó mucho. Además pude escuchar a Scarlett en versión original, que pone más cachondo aún. Ay, qué polvo glorioso bajo la tormenta.

    Además, no parece una peli de Woody Allen, o al menos no es la típica de Allen.

    Apunte erudito: La peli tiene muchos paralelismos con «Crimen y Castigo» de Dostoievsky.

  2. Parece de Hitchcock. Una maravilla de película.
    Pues yo prefiero el silencio, pero no me resisto a unas palomitas. Y lo de la putita de barriada con minifalda por encima de las bragas, si está detrás de ti y la peli es mala tiene su punto.

  3. erre: cierto, ya sale uno de los protas leyendolo, seguro que en VO gana un par de puntos
    el final me gustó mucho, es en plan puñetero y viva-el-mal 😀