Mi vida sin tiempo


Hoy se me ha echado el tiempo encima y no he podido pensar nada. Desde que salí del trabajo he estado en modo turbo comprando y cocinando para preparar algunas de las cosas de la cena del domingo. Aún escribiendo esto tengo el horno funcionando a todo trapo. Mi problema actual es el tiempo, que me faltan horas para hacer todo lo que quiero. El problema es tan grave que ya he acabado con los fines de semana de este año y estoy asignando franjas horarias en enero del 2007. Ni yo me lo creo. Este fin de semana dos cenas, una en mi casa y otra en casa de mi amigo el Rubio, la semana que viene me voy el sábado a Nueva York pero antes de eso habré quedado con la Peruana para volver a ver Babel, iré al partido de copa UEFA entre el Ajax y el Español, por primera vez desde que llegué a este país iré a un dentista holandés (hasta ahora había seguido yendo a mi dentista español) y tengo una cena con compañeros de trabajo. Cuando vuelva de las vacaciones tengo dos semanas cargadas de eventos prenavideños y al final de la segunda me iré a las Canarias para las vacaciones navideñas. La cosa es tan mala que los de Vueling me han regalado un billete de ida/vuelta para ir a España desde Holanda a usar antes de fin de año y no podré disfrutarlo.

Esta semana ha estado marcada por dos grandes eventos. El primero fue mi Presentación como Nuevo Empleado en la Conferencia mensual de resultados de mi empresa. Después de cinco años trabajando me han obligado a presentarme. Hasta el último momento traté de escaquearme pero la hijaputa de la secretaria del presidente no me lo permitió. Preparé una presentación con una sola página e improvisé. Allí me conocía hasta el último garbanzo y el cachondeo fue general cuando subí a la tribuna. Me limité a contarles que nací en África, en las Islas Canarias y que mi trabajo es el de Policía del departamento. En ese punto había calculado una reacción global y no me equivoqué. Arrancaron a aplaudirme y vitorearme. El golpe final fue cuando expliqué que por los poderes que me han concedido me pueden llamar Master of the Universe. Hasta la paralítica se levantó de su silla de ruedas para despedirme. Un éxito completo.

Pasé toda la semana currando como un venado preparando el plan para la Itroducción de productos de nuestra empresa. Forma parte de mi trabajo y hasta ahora no lo había hecho. Algo me decía que mejor me ponía manos a la obra y así lo acababa y eso fue lo que hice. Lo terminé el jueves a las dos de la tarde y a las dos y media se lo envié a todo Dios. Lo que yo no sabía es que a las tres comenzaba la reunión de los jefillos y en ella se habló de mi y uno que me tiene tirria sacó a colación el tema del inexistente plan. Le callaron la boca los otros y le dijeron que antes de largar mejor miraba su correo. Otra vez más, salvado por la potra que me gasto.

La semana que viene tendré que incrementar mi producción para dejar cosas escritas para la semana de vacaciones americanas. Veremos como me lo monto.


3 respuestas a “Mi vida sin tiempo”

  1. Menudo sprint que te toca. Lo primero suerte con la semanita en New York. Quizás tengas suerte porque luego en plenas navidades estará aquello llenito y no se disfruta igual.

    Si necesitas ayudante para redactar tochos de esos para los jefes me avisas. Te garantizo que quedarán estupendos, eso sí al analizarlos no sacarán nada en limpio… jeje.

    A mí lo del dentista me daría pánico. Soy capaz de recorrer unos cientos de kms. por ir al de siempre. Manías.

    Suerte en las cenas. 🙂

  2. Yo he estado cinco años recorriendo 3000 kilómetros para ir a mi dentista pero con la pasta que me cuesta el seguro dental, es hora de cambiar.