Mi visita a Galicia en mil palabras más o menos


Como puse ayer, esta será la segunda y última parte con el resumen de las vacaciones. Aquí sólo quedan reflejadas algunas impresiones.

Volver a Galicia es volver a despertar un montón de viejos recuerdos. Gente que ya murió, lugares que han desaparecido, que han cambiado o que simplemente ya no están donde estaban. Es también descubrir un montón de nuevos lugares, nuevas personas y nuevos recuerdos que reemplazarán a los anteriores.

Lo primero que he notado es el retraso en lo referente a transportes públicos. Viniendo de un país en el que los trenes pasan cada quince minutos y hay guaguas a patadas, encontrarme conque para ir desde Santiago de Compostela a Padrón prácticamente no hay trenes me ha parecido increíble. Después de un día por aquí hemos optado por alquilar un coche, porque esto es el tercer mundo. Aunque casi no vimos moros por la calle, leí en el periódico que el 25% de los presos en las cárceles gallegas son moros y que producen el 90% de los problemas en las cárceles. No les queda nada por ahí arriba. Como parece que el talante de nuestro presidente es muy talantoso y pretende que renunciemos a nuestra historia, me inflé a hacer fotos al Santiago a caballo pisoteando moros. Dudo mucho que esté allí la próxima vez que vuelva. En su lugar pondrán a Mahoma con mochila bomba o algo similar …
Santiago matamoros
También, como me temía, hay mucha mujer fea, o seamos un poco compasivos, folclórica. A algunas de las que me he cruzado las veo por la noche en un callejón semioscuro y me pongo a correr como alma que lleva el diablo. Si los de Gillette se lo propusieran y contrataran unos buenos comerciales, Galicia es un continente por descubrir para ellos.

El gallego como idioma prácticamente no se habla. Aparte de en la televisión pública, todo el mundo hablaba español con ese divertido acento de la gente de Galicia. No es que no me hablen a mí en su idioma, es que cuando los ves hablando entre ellos usan el español. Sólo en un par de ocasiones pude escuchar el gallego y en ambas fueron señoras mayores. Una pena porque tienen un idioma muy lindo de escuchar.

Aviso a navegantes, manteneros lejos de la cafetería/bar ?El derby?? en la plaza de Galicia. Tienen el peor servicio de la península, un camarero con una mala hostia legendaria y unos precios terroristas.

En lo referente a comidas Galicia era un lugar privilegiado. No sé si es porque estamos en año Santo compostelano, pero en Santiago ya no se come como antes. Todo carísimo y las raciones de puta lástima. En Holanda, cuando voy a un restaurante y pido mejillones, me ponen tres cuartos de kilo y en muchas ocasiones se puede repetir si se desea sin ningún problema. En santiago, la tapa de mejillones no sirve ni para llenar la boca y el precio es más alto que en los Países Bajos. Salvo contadas excepciones, como un restaurante en Padrón, otro en Ribeira y un sitio de tapas especializado en quesos y embutidos en Santiago, el resto ha sido basura.

La plaza del Obradoiro y especialmente las puertas de la catedral de Santiago se han convertido en territorio rumano. No hay nada más desagradable que esas bandas de hijosdeputa aprovechándose de la bondad ajena para hacer negocio. Estuve un rato controlando a una que U-TI-LI-ZA-BA a su hijo como anzuelo de la lástima y la tía se hizo más de 25 euros en media hora. Cada cierto tiempo pasaba otro rumano a retirar la calderilla para que no se vea mucha y la gente se anime a echar. La tipa acosaba a la gente prácticamente tirándoles encima al niño para que soltaran la güita. Que cada uno saque sus conclusiones.

Portugal aún es otra historia. Estuvimos un día en la Fortaleza, en Valenca do Minho, justo al lado de la frontera y aquello sigue siendo otro mundo. Tremendo atracón que nos metimos con arroz caldoso. En Portugal siguen considerando que la comida es con plato único y que hay que servirte un caldero para ti sólo para que revientes. Además de barato, la calidad fue exquisita. Al lado de nosotros había 4 curas en otra mesa que se estaban poniendo tibios. La Santa Madre Iglesia sigue muy potente por allá arriba. Santiago debe tener la densidad de monjas más alta de Europa. Mira que ves monjas por la calle. Todas feas y bigotudas. Me pregunto a qué se dedicarán (aparte de la vida contemplativa). No vi una sola monja guapa lo cual confirma la teoría de un amigo mío de que se ponen feas de no follar. O eso o las preseleccionan por la fealdad.

Después de ir a visitar algunos parientes lejanos de mi familia por allá arriba, creo que voy a borrar todo mi pasado gallego. No hay nada más asqueroso que una tía con un bigotón como el de José María Iñigo te lo restriegue por la cara para darte dos besos, después de abrazarte contra su pecho semidesinflado y su barrigón megaprominente.

Recordarme que pida hora para hacerme una revisión completa porque allí todo el mundo hablaba de enfermedades rarísimas de las que nunca había oído hablar. Por mucho marisco que haya, debe existir algo raro en el aire, o quizás sea el clima, que afecta a los humanos. No puedo creer que todas esas enfermedades sean cosa normal.

No todo va a ser malo. He visto paisajes muy bonitos, he comido bien (aunque no tanto como esperaba), pasé por el pueblo del tetrapléjico de Mar Adentro, la película de Amenábar, me gocé un temporal de lluvia y viento espectacular, he vuelto a Holanda cargado de chorizo y empanadas, tengo una cruz de piedra enorme que pienso poner en mi casa, en la ventana, para que la morería y los mierdas de los protestantes revienten de rabia y en general me lo he pasado muy bien. Le he dado un par de abrazos al apóstol, he visitado su tumba, admirado las Iglesias en las que se puede entrar G-R-A-T-I-S y no como aquí arriba en Europa, que siempre te quieren cobrar por entrar en las sucursales de Dios. Aunque seguro que lo negativo resuena más que lo positivo, merece la pena visitar Galicia y disfrutar de esa región. Mejor si lo hacéis en verano, cuando el clima ayuda un poco más.

Actualización: He puesto una foto de Santiago matamoros altamente retocada en Fotochop como homenaje al apostol, ahora que su existencia como icono cristiano peligra tanto. En la foto anda practicando su deporte favorito, el pisoteo de moros.

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4 respuestas a “Mi visita a Galicia en mil palabras más o menos”

  1. Muy bueno el post. Ahora dirán que eres racista por quejarte de que el chapapote rumano haya inundado Santiago. Lo de las estatuas de Mahoma con mochila bomba, GENIAL.

  2. No voy a dejar de expresar mi opinión ante algo que se ve en las calles. He estado en Santiago 7 veces, mis padres van cada año y lo que hemos visto este año allí no lo habíamos visto nunca. Lo más patético es el uso que hacen de los niños para motivar lástima. Lo de Mahoma, después de estar una semana en España y escuchar todos y cada uno de los días los telediarios en los que la noticia más importante era el puto escudo ese con cuatro moros, pues creo que deben haber problemas más importantes en el país que un escudo que tiene 500 años y si a algún musulman le molesta, las fronteras siempre están abiertas para salir.

  3. Pobres gallegos, ¿éstos no levantarán cabeza nunca? En cuanto a G-R-A-T-I-S, ¡no les des ideas! que iberia aprendió de la curia.

  4. Menuda Pena!!!. Fui hace seis años y no estaba asi. Habia seguridad, la comida muy buena y la gente muy agradable. Espero que cambie.