Ayer después de trabajar tenía una misión muy especial, algo que comenzó el pasado lunes. Como todas las semanas, llegué al trabajo silbando y tarareando la musiquilla que escucho mientras pedaleo y disfrutaba yendo en camisa de manga corta a trabajar. Una vez en la oficina, subí a mi despacho, metí la mano en mi bolsillo y las dos pequeñas llaves no estaban allí. Las busqué por todos lados, en la mochila, en la mesa, bajo los papeles y no las conseguí encontrar. Con una de esas llaves abro la cajonera en donde guardo mi portátil cuando me voy a casa porque por más que pretendan que me lo lleve, yo paso ampliamente ya que no me pagan las horas extras y yo soy como las putas y solo me motivo con güita de por medio. Tengo escondida una copia en algún lugar del despacho y después de encontrarla, saqué el portátil y lo conecté.
Uno de los primeros correos electrónicos que tenía era de la recepcionista avisando a todos los empleados que se habían encontrado dos llaves pequeñas y en seguida supe que eran las mías. Durante la mañana me acerqué a recogerlas y no le di mayor importancia. Por la tarde, al llegar a casa, miro el correo y veo que tengo una carta del ayuntamiento de Houten. El corazón me dio un vuelco. Aprovechando el buen tiempo he estado paseando un montón con la bicicleta y mis rutas pasan casi siempre por ese municipio así que pensé que a través de místicos procedimientos habían conseguido averiguar que yo soy el que se salta de cuando en cuando algún semáforo en rojo con la bicicleta y a través de programas de reconocimiento facial habían dado conmigo y con mi destino. Temblaba pensando en la que me podía caer encima pese a que cuando lo hice, fue en una carretera desierta y en donde aparte de los mosquitos cojoneros yo era el único ser vivo. Abrí el sobre y me encuentro conque mijn rijbewijs is gevonden, alguien ha encontrado mi carnet de conducir y desde el ayuntamiento me mandan el nombre de la persona, su dirección y sus teléfonos para que me ponga en contacto con ella y pueda recuperar mi carnet.
Respiré aliviado porque los Países Bajos son un país de gente buena, un lugar en el que uno no se encuentra con papeleras quemadas, motoristas que retocan sus motocicletas para incrementar su potencia haciendo un ruido endiablado y contaminen aún más, una tierra en la que cuando alguien se encuentra algo, lo entrega para que lo devuelvan y en donde este tipo de cosas suceden de forma rutinaria y no excepcional. En mi vida en esta tierra he perdido en dos ocasiones mi mochila, olvidada en el tren y en ambos casos ha vuelto a aparecer, prácticamente al momento. Yo ni siquiera me había dado cuenta de la falta de mi carnet cuando me llegó la carta.
Tras esta alegría inicial, un escalofrío me recorrió el cuerpo ya que todos sabemos lo que sucede cuando en el mismo día te notifican que han encontrado dos cosas que se te han perdido. Hay una ley ancestral, que transciende lo humano y nos llega directamente del lado divino que dice que cuando esto sucede, cuando en el mismo día te avisan que han aparecido dos objetos que has perdido, ese mismo día alguien cercano a ti sufrirá algún tipo de acoso. Crucé los dedos y recé para que no fuera así pero pronto supe que cierta Maricona vieja, falsa y rastrera de las que te desean Siempre todo lo peor había vuelto a las andadas y acosado a una amiga. Respiro tranquilo porque en Holanda las alimañas como esa, por más hechicero que pretendan ser, no tienen lugar. Aquí, nos decimos las cosas a la cara y respetamos a los demás. Así que a ese acosador, le digo aquello que ya sabe: Aunque la mierda se vista de seda, mierda se queda.
Ayer, al salir a pasear en bici, pasé por la dirección de Houten que tenía gracias a la carta del ayuntamiento y la señora que encontró mi carnet de conducir me lo devolvió. Estuvimos charlando un rato y después de agradecérselo infinitamente, seguí mi ruta, cruzando uno de los múltiples ramales en los que se divide el río Rin al llegar a Holanda por Schalkwijkeseweg y volviendo a cruzarlo por Beusichemseweg para acercarme a Werkhoven, un pequeño pueblo que parece sacado de un cuento, con sus dos iglesias, su molino de viento y esas casas preciosas con unos jardines de ensueño. Me paré en ese lugar para tomar agua y mirar el mapa de rutas de bicicleta que siempre llevo conmigo cuando salgo a pasear y una ciclista se detuvo a mi lado para ofrecerme ayuda y orientarme en mi camino. Ella me volvió a recordar que éste es un País de gente buena. Recorrimos juntos gran parte del camino de vuelta, pasando junto a granjas en las que se vendían frambuesas frescas, vacas que ganduleaban tiradas en el césped y un montón de chiquillos que se bañaban en un pequeño lago. Más de dos horas después de haber salido de mi casa volví cansado pero contento, tanto por haber recuperado mi carnet como por haber disfrutado de una ruta fantástica con la bici.
7 respuestas a “Mijn rijbewijs was verloren”
No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Así de simple. Gente buena hay mucha, mucha :). Besos para ti.
Me gustó el post, mientras lo leía plácidamente con las bucólicas descripciones, pero al llegar a la sección de mariconas viejas, alimañas y mierda que se viste de seda, dejé de entender, y así sigo, ¡ que se le va a hacer!Salud
Genín, hay párrafos que se camban por culpa de mala gente. Sucede de vez en cuando. Ese párrafo está ahí por culpa de uno al que muchos de los que leen la bitácora recuerdan por sus comentarios y que fue desterrado de esta tierra por acosar, tanto a mí como a dos mujeres más. Esta semana volvió a hacerlo, volvió a ACOSAR y quiero que le llegue el mensaje, alto y claro. ¡BASTA YA!
Yo tengo la bici lista, pero me temo que las ruedas se terminarán por deshinchar… Ahora que tengo ocasión para usarla, no puedo, porque el calor me impide sacarla sin arriesgarme a que se me licue el cerebro. Así que sigo cogiendo el coche, con su aire acondicionado… Y luego leo tus posts, y si cabe, odio un poco más el puto verano mesetario…Qué envidia me das, maldito…
Un post muy logrado te ha salido… pero que pasa con «la» ciclista que se paro a ayudarte…. numero de telefono para quedar otra vez para «pedalear» juntos, perhaps???
Gracias por la explicación, así había intuido que era después de leer los links que dejaste …Ese tipo de gente, desgraciadamente, pululan por doquier ¡ Que se jodan!Salud
M, ya veremos si esa línea argumental tiene algún futuro aunque lo dudo, que yo hago bicicleta porque es una forma más fácil para perder peso y menos sufrida que la dieta leididi y esa intelectual del ciclismo, que hasta llevaba mallot y gorro de protección, tiene pinta de deportista nata y eso sí que no, que el deporte está bien pero para verlo por la tele.