Sin haber visto nunca el trailer, esta peli me intrigaba porque sale la Jenna Ortega, que me gustó mucho en cierta serie del año pasado, pero igual aquello fue un episodio único, que en todo lo demás en lo que la he visto, me ha parecido detestable, incluyendo esta película. No tenía ni idea del tema, aunque supuse que sería problemas de padre e hija o algo así, pero quiero confirmar y confirmo que me equivoqué. La película se titula Miller’s Girl y parece ser que se estrenó en España en enero con el mismo título y la frase truscoluña no es nación.

Una julay es dañina que no veas.

Resulta que un chamo que es maestrillo de instituto, al comenzar el curso, tiene a una estudiante nueva que es pretensiosamente escritora y que ha leído el libro que escribió el chamo y que nadie más leyó. Entre ellos comienza una dinámica medio erótica, medio de amistad, hasta que la pava se calienta y monta un pitote acusando al profesor y claro, como en la sociedad woke el hombre es siempre culpable, el chamo verá como su vida laboral, profesional y su matrimonio se van al carajo por esta zorra de mielda sin haber hecho nada malo.

Esto podría haber sido una buena peli, pero es que no hay absolutamente nada de química entre los protagonistas y particularmente, la Jenna Ortega está fatal y siempre es que tienes gana de darle dos hostias bien dadas y partirle la boca por subnormal y gilipollas. Tiene una amiga a la que manipula que es más gilipollas que ella, que ya es decir. El tipo no tiene carisma alguno y aunque da pena, tampoco hace un papel memorable. El guion está mal estructurado y sobre la primera hora aburría tanto que me eché una cabezadita en el cine y eso que la peli dura hora y media y es que le sobraron tranquilamente treinta minutos, llegó un momento en el que no sabían como repetir la misma información otra vez más y como que optaron por estirar el metraje hasta conseguir la duración que buscaban. Esto tiene más bien pinta de telelefilm, pero de los malos.

Otra en la que tanto los miembros del Clan de los Orcos como los sub-intelectuales con GafaPasta harán bien en no verla. Perfecta para provocar una siesta.