Mira que estoy mal ….


EXONERACIÓN DE IRRESPONSABILIDAD: si eres de espíritu sensible o incluso si tienes espíritu, yo no seguiría leyendo. ¡Que lo sepas! ¡Estás avisado!

Yo estoy siempre escuchando audiolibros y desde hace cosa de un par de años estoy procurando el mezclar géneros y no empecinarme en uno de ellos, ya que casi fallezco de un exceso de novelas de vampiros y después con las de mundos utópicos para nosotros los jóvenes adultos. Mi rutina actual es alternar entre ciencia ficción, jóvenes adultos, guerras espaciales, terror y románticos, todos géneros muy ligeros porque a mí lo de freírme el cerebro con Umberto Eco como que ya no me mola y seguramente sigo manteniendo el récord mundial con el péndulo de Foucault, libro cuyo primer capítulo leí sin comprensión alguna diecisiete veces antes de desistir y tirarlo. Ayer a la hora del almuerzo estaba caminando con rumbo claro en Hilversum y en mis oídos tenía una historia romántica, escrita por dos pavas y que trata de una chama que le da al artisteo y de la que se encoña un millonario y a ella también se le ponen los pezones duros como chupachups con el chamo. En las novelas románticas hay una diferencia brutal entre el empalago de Nicholas Sparks y el de las escritoras. Ya se que se ha probado en multitud de ocasiones pero nuestros cerebros fueron diseñados con propósitos distintos y a la hora de escribir en temas que tocan el seximiento, no somos ni seremos similares. Ayer estaba en una parte del libro en el que el chamo se emperra en conocer a la madre de la pava prácticamente a la semana de conocerla, algo que yo veía como de CIENCIA FICCIÓN y ya estaba flipando en colores. No creo que en toda la historia de la raza humana y excluyendo a truscolanes, si una pava conoce a un pavo (asumiendo gran ciudad, fuera de su barrio o similares), la tía lo lleve al momento a la casa de sus padres. En la literatura escrita por mujeres, esto parece que casi siempre es así, por ejemplo, en la Saga Crepúsculo, Edward se va al monte con la Bella y al día siguiente la lleva a su keli para que conozca a sus padres y hermanos y ese mismo día él se mete en la keli de ella para presentarse al padre. En el libro de ayer teníamos la misma movida, el chamo conoce a la madre de la pava e inmediatamente, ama tanto a la suegra que consigue un juego de piezas de cerámica hiper-mega especiales de té para regalarle a la vieja. CIENCIA FICCIÓN o FANTASÍA, solo que de esa con la que te echas un montón de risas. En la historia, las autoras escriben que cuando él le da el regalo para su madre, la pava se echa a llorar de la emoción porque su amor es tan puro y verdadero. Lo vuelvo a repetir, CIENCIA FICCIÓN. Como el relato avanzaba lentísimo porque hay que dar un montón de detalles de todas las emociones que siente la chama, que al parecer las pibas son seres complejos y llenos de procesos complicadísimos en sus interiores, mientras divagaban entre esas boberías, una línea de pensamiento paralelo en mi cabezón se curraba lo que habría pasado si fueran dos escritores con la misma historia. Más o menos sería así:

«Le dio el regalo mientras movía con un ritmo preciso la cadera, con el mismo movimiento con el que se la quería empetar hasta los pelos de los güevos. Ella abrió la caja, sacó las tres tazas y los tres platos y se emocionó tanto que se le podían ver las puntas de los pezones que parecían querer romper la camisa. Tac, tac, tac, tac …, su potorro comenzó instantáneamente a rezumar reflujos vaginales que caían al suelo y se desperdiciaban por completo, ya que no había una palangana para recogerlos y usarlos más tarde como aliño de ensalada. Al mismo tiempo que ésto sucedía, sus pómulos comenzaron a moverse, inflándose y desinflándose y su boca se abría y se cerraba como si fuera un tic. Era el instinto de la pava, que ante aquella muestra de amor tan infinito, su cuerpo le pedía, en tres palabra, ma ma da. Se puso de rodillas, le abrió la bragueta, agarró el micrófono y se lo llevó a la boca para practicar el TOA TOA TOA. Él, de naturaleza generosa, la premió tras un buen rato con un chupito de leche de mangorra que ella se tragó diligentemente»

Lo anterior suena muchísimo más real y como la vida misma. Las mujeres se complican con sentimientos y unas neuras cerebrales que deben incrementar la temperatura de sus cabezones y los hombres somos más sencillos. Fuimos diseñados para que la sangre se desplace a la parte central de nuestro cuerpo cuando reacciona a cualquier señal de sentimientos. No pensamos, la sangre no puede estar al mismo tiempo en el cerebro, allá arriba en el cabezón y en el pollote, que también tiene cabezón. Si el Dios que nos creó se hubiese planteado que los hombres le den a lo de los sentimientos, habría colocado el pollote encima de la cabeza, para que la sangre llegue después de pensar. Pero no lo hizo. Lo puso en el medio del cuerpo para que la reacción inmediata sea el lanzar la sangre desde cualquier otro lugar en el que se encuentre y concentrarla en el miembro, el cual no necesita pensar, solo empujar y escupir.

En el libro, más tarde, la hija visita a su madre de nuevo con el chamo para darle el regalo y yo flipando con lo de dos visitas a la que puede ser en su futuro su suegra en un intervalo de unos pocos días. La madre recibe el regalo, se emociona hasta las lágrimas y comienza a desvariar igual que su hija con el amor y los sentimientos y las dos acaban llorando. Con un buen autor, la madre habría ordenado a su hija que mame ese rabo y lo venere como a una reliquia y que no sea melindrosa y también se la deje empetar por culo al menos una vez por semana.

Esta tarde o mañana por la mañana acabaré esta novela y la siguiente será de batallas espaciales, con fabulosas descripciones de las mismas, de las naves espaciales y de las maniobras que hacen en el espacio mientras se enfrentan flotas enemigas, con una precisión que llega a los grados que giran las naves, los centímetros que recorren, los kilos de armamento que llevan y eso sí que me hace emocionarme hasta las lágrimas y lo visualizo todo porque está bien escrito y no hay posibilidad alguna de que la sangre se me baje al centro del cuerpo.


9 respuestas a “Mira que estoy mal ….”

  1. Siempre se te olvida, al tiempo que describes los pezones duros como percheros, las bragas toas mojás, y eso es importante para el argumento para precisar mejor que la tía está mas caliente que plancha de hamburguesas… 🙂
    Salud

  2. Al final me animé a probar los audiolibros después de verte disfrutar tanto con ellos. He empezado con el famoso «The Martian» y, como las historias del espacio me encantan, me picó la curiosidad con ese libro que mencionas de las naves espaciales.

    ¿Podrías mencionar el título?

    Un abrazo!

  3. Eso fue hace más de mes y medio. Ya ni me acuerdo de lo que pudo ser. De los que hacen sagas de cienes y cienes de libros con batallas espaciales, B.V. Larson es el que más me gusta. Son libros simples y directos. La saga de Star Force es lo más.

  4. Usé el buscador de la web con la palabra «audiolibro» y esa anotación fue la segunda en salir 😉

    Acabo de comprar el primero de la saga, «Swarm», gracias por la recomendación.