Noche de San Juan


La noche del 23 de Junio siempre ha sido una noche mágica. Uno puede recorrer España de norte a sur y descubrirá mil y una formas distintas de celebraciones de este rito. En Gran Canaria se junta además que San Juan es el Santo patrón de varias ciudades, incluida la capital. Este año se celebra el 525 aniversario de la fundación de Las Palmas de Gran Canaria, punto de unión entre continentes, escala de Cristóbal Colón cuando hace más de más de 187.000 días iba hacia el Oeste buscando una ruta más corta para ir a la India y se topó con América.

En Gran Canaria la noche de San Juan es una noche especial. No sólo se hacen hogueras por todos lados, también celebramos que llevamos aquí cientos de años, en un lugar paradisíaco. Rodeados por el océano atlántico y bendecidos con un sol que acompaña durante todo el año, el agua y el fuego se mezclan en las celebraciones. Además de saltar la hoguera y practicar ritos atávicos, está el mar. El agua. Una inmensa mayoría se va a las playas para purificarse a medianoche. La playa de las Canteras, en la capital, ejerce de inmenso imán y atrae a más de cien mil personas para bañarse y contemplar los fuegos artificiales, fuegos que aquí en esta ciudad, son los más importantes del año.

Anoche, mientras caminaba hacia la playa rodeado por miles de personas casi a medianoche, con mi toalla, se me ocurrió lo extraño y paradójico que debe ser para el visitante el encontrar un lugar en el que la gente de pronto, sin razón aparente, y entre semana, decide irse a la playa cargada con sombrillas, sillas, braseros, frutas y se monta una juerga mientras los niños corren y se bañan al sol de los focos de la playa y sus padres se ponen ciegos a ron, sus abuelas juegan al bingo y sus madres se apertrechan de todo tipo de frutas y flores que pretenden tirar al mar justo al doblar el día.

En la playa esa noche hay una complicidad especial. La gente te saluda, te ofrece bebidas, saltas con ellos sus hogueras, ríes las gracias de sus niños … la magia está en el aire.

Justo al dar la medianoche, con 23 grados de temperatura ambiente, la temperatura perfecta, miles de personas se echan a correr hacia el agua, este año en marea baja, entran en ella y comienzan sus ritos. Simultáneamente, el cielo se ilumina con los fuegos artificiales lanzados desde tres puntos distintos de la playa. Estás en el agua, mirando hacia Tenerife, mientras su superficie refleja los colores que estallan en el cielo.

El tiempo se detiene y asistes en trance a uno de los eventos colectivos más extraños que existen. Más tarde, cuando acaban los fuegos, te despides de los que te rodean, te cambias en la arena, recoges tus cosas y continúas la noche más corta …

,

4 respuestas a “Noche de San Juan”

  1. Estás la mar de poético y moderado, me ha sorprendido la falta absoluta de comentarios soeces relacionados con la noche de San Juan. ¿Te han contratado los de Canarias, paraiso natural?

  2. Un mal día lo tiene cualquiera. Yo con lo de San Juan soy como las tortugas o las truchas. Recorro miles de kilómetros para volver a casa a pasar esa noche. Y la verdad que con la de carne que se ve en la playa, casi que prefiero fijarme en los fuegos, en el mar y en la brujería y olvidarme del resto.

  3. verdad, es raro que no hablaras de las cacas flotando a tu alrededor o la invasion de compresas y demas basura, yo siempre que voy a esa fiesta (o sea nunca he ido) aprovecho para hacer todas mis necesidades