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  • Regresando a Manila desde Coron

    3 de mayo de 2016

    El relato comenzó en Cruzando China camino de Manila

    Mi último día en Coron comenzó desayunando una hora más tarde de lo habitual. Me desperté a la misma hora que siempre, sobre las seis y media pero en lugar de salir, me dediqué a ver vídeos. Como me llevaban al aeropuerto sobre la una de la tarde me fui al centro del villorrio a patearlo bien y ver si me dejé algo de interés por allí. También aproveché para entrar en un banco y cambiar un billete de cincuenta pesos que me dio un colega de mi trabajo y que ya no lo aceptan en ningún lado. Otra cosilla que hice fue buscar las postales para mandarlas ya que intuyo que las de Coron serán las más espectaculares. Cuando estaba por desistir porque en los únicos sitios que tenían eran carísimas me topé con una tienda escondida, fuera del centro y a la que iban todos los filipinos a comprar. Allí me hice con las postales, todas distintas. En cada una de ellas he indicado las instrucciones que tendrán que seguir los que las reciban tan pronto como lo hagan. Una vez las tuve preparadas, fui a la oficina de Correos, que es un cuarto con un señor rodeado de sacas y compré los sellos para las postales, entre veinticinco y treinta céntimos de leuro. Lo curioso es que el colega estampa el sello delante tuyo y después las pone en la saca. Veremos cuantas consiguen llegar a su destino. Una va a los Países Bajos y el resto a España. 

    Estuve buscando el mercado de Coron pero lo deben estar renovando porque en el lugar indicado por los dos programas con mapas que tengo no había más que una obra. Me pateé la ciudad hasta las once, me comí un helado, me compré pan del rico y después regresé a la pensión. Sobre las doce me duché y preparé la bolsa y me puse a ver un episodio de una serie mientras llegaba la hora. El hombre apareció quince minutos antes de tiempo porque al parecer iba a llover (y lo parecía) y según la fuerza de la lluvia, nos podía tomar más tiempo. El transporte me lo organizaron en la pensión y pensé que sería un mini-van petado hasta arriba de gente pero resultó que yo era el único pasajero. Camino del aeropuerto nos llovió un montón pero no hubo problemas. 

    Al llegar a la terminal entré, pasando un control de seguridad inicial, después facturé la bolsa sin la cámara y el iPad y mis medicinas para el asma, que aunque prácticamente nunca las uso porque se me olvidan, las llevo conmigo. También puse en la bolsa de mano el cargador y todos los cables. Si algo le pasa a mi bolsa y se pierde, lo único que hay dentro es ropa. Al facturar me dijeron que había al menos una hora de retraso. 

    Me senté en la sala de espera, pegada hasta la bandera. Todos los aviones a Manila o procedentes de Manila tenían entre una y dos horas y media de retraso, para las tres compañías que operaban, Cebu Pacific, Skyjet y Philippines Airlines. El de Cebu era el peor parado y el mío, en lugar de despegar a las tres y diez, lo hice a las cinco menos veinte. Cuando mi avión llegó a Coron, según salió el último pasajero comenzó el embarque y la parada del avión en el aeropuerto no fue de más de quince minutos. Por la pista de despegue correteaba un gato que no sé si lo mató nuestro avión o el siguiente en despegar. El vuelo se alargó quince minutos más de lo previsto por el piloto porque nos cambiaron la pista de aterrizaje y nos pusieron en cola para otra, al parecer por movidas de viento. YO iba en la fila cinco del avión que casualmente es la que está en el punto en el que el ala se une al fuselaje y no tiene ventanas con lo que al menos si moría, lo hacía sin ver el drama sucediendo ante mis ojos. 

    Tras aterrizar tardamos un rato en llegar a la zona de la terminal 4 del aeropuerto de Manila y después pillé un taxi a mi motel. Después, comenzó a llover con saña y en una pausa de la lluvia salí a cenar. 

    El relato continúa en Desde Manila a Donsol pasando por Legazpi

  • Chiesa dei Santi Giovanni e Reparata

    3 de mayo de 2016
    Chiesa dei Santi Giovanni e Reparata

    Ya hemos visto una foto hecha desde el campanario de esta iglesia y hoy apreciamos su fachada, la cual da a la piazza San Giovanni. Esta fue la catedral original de la ciudad hasta el siglo VIII (uve-palito-palito-palito) cuando se cambió a San Martino, que está a menos de cien metros. La iglesia esconde restos arqueológicos de la época romana que se pueden visitar y en los que hay unos mosaicos paleocristianos muy bonitos. Parte del interior lo veremos en otra foto ya que aunque en la época Napoleónica la desplumaron y la convirtieron en un archivo, después volvió a convertirse en iglesia y la nave es muy cuca.

  • El día de los arrecifes de coral y los barcos hundidos

    2 de mayo de 2016

    El relato comenzó en Cruzando China camino de Manila

    Mi cuarta y última excursión en Coron era una llamada Arrecifes y barcos hundidos tour D. Como siempre, desayuno a las siete y media de la mañana, mi favorito, el tosilog y después me recogieron a las ocho y pico. El barco, el cuarto en el que me monté de la compañía con la que he hecho todas las giras, era el más pequeño pero aún así, al final éramos once y la capacidad, por supuesto, de diez pasajeros, más los tres de tripulación que seguramente no cuentan. Teníamos dos franceses, un belga, dos daneses, un holandés/españó/africano, dos chinos y tres filipinos. Yo me apunto a estas cosas feliz y contento y no investigo nada porque estoy de vacaciones y no me interesa, así que allí me enteré que íbamos a una zona a una hora y cuarenta minutos de Coron. El tiempo lo maté hablando con una francesa que resultó que trabajó en Burgos hasta hace dos lunas durante cinco años y que ha viajado por todo el universo conocido. En el camino, en cierta parte, veíamos en el agua medusas como cabezones de joputas-koreanos-de-mierda o papahuevos canarios. Eran gigantes. Tras el viaje eterno llegamos a la primera parada fue para ver un barco japonés hundido en la Segunda Guerra Mundial. Está en Lusong y lo llaman el Lusong Gunboat. Está muy cerca de la superficie así que se puede ver perfectamente con gafas y tubo. Fue un flipe, es increíble cómo ha quedado cubierto de corales y la cantidad insana de peces que hay en el lugar. Estuvimos dando vueltas alrededor del mismo como tres cuartos de hora. Después fuimos a ver un jardín de coral que según el guía es el mejor conservado de Coron. En dos palabras, FAN TÁSTICO. Asombroso, es enorme y está en perfectísimas condiciones. Hay una cantidad brutal de corales de la máxima calidad. Es como entrar en otro universo. Estuvimos allí otros tres cuartos de hora y dimos una vuelta larguísima en el agua para ver todos los corales, a los primos de Nemo y un montón de pescados más. Espero que los vídeos queden bien para que flipéis. En la zona también hay alguna tortuga pero debía haber salido a desayunar o a tomarse un cafelito porque no la vimos. 

    Dejamos el lugar alucinando en tres y hasta cuatro dimensiones y solo con gafas de bucear y no las TresDé y continuamos hacia la isla de Pass, un pequeño islote con una playa bonita y en el que parece que hay Cabañas para desconectarte del universo y quedarte unos días perdido. Allí almorzamos ya que aunque aquí algunos se quejan de que estas anotaciones son cortas, no se dan cuenta que las escribo con el iPad y que si sumamos una hora y cuarenta minutos, dos tramos de cuarenta y unos diez minutos para moverte entre sitios y habiendo salido sobre las nueve y cuarto, ya era bien entrado el mediodía. Después de almorzar y charlar nos metimos en el agua para ver otro arrecife súper-hiper-meta bien conservado y en el que hay unos moluscos gigantes, son como almejas pero de cuarenta o cincuenta centímetros de diámetro, imagino que las entrenan los mismos que preparan a los ciclistas para el Tour, el Giro y la Vuelta y están dopadísimas y con múltiples transfusiones. Ese arrecife está como a metro y medio de profundidad con lo que te tienes que mantener en la superficifie en todo momento para no romper los corales o que te pique algo. 

    Vinimos saliendo sobre las tres de la tarde de allí y tras más de una hora llegamos a otro barco hundido, en East Tangat. La francesa se tiró al agua, el belga se tiró al agua, después fueron en paralelo la otra francesa y la danesa, yo entré detrás y en eso que todos ellos señalan a una medusa con mala baba truscolana que venía hacia ellos. Lo que ninguno de ellos veía era la otra medusa truscolana que venía desde el fondo del mar hacia nosotros. No hubo ni que gritar ¡truscolano el último y además maricón! Salimos del agua sin dignidad ninguna y cuando empezamos a ver aparecer medusa y más medusas, le dijimos al capitán que pasaran por encima con el barco y con eso y el bizcocho que nos dieron, a casita, que se dice rápido pero vinimos llegando al puerto sobre las seis menos cuarto. Después, fui con la francesa a mi panadería filipina favorita, estuvimos hablando un rato y seguí hacia mi pensión. Organicé el transporte al aeropuerto del día siguiente y me fui a cenar al Kawayanan Grill Station porque es el más cercano a la pensión. Después, volví a mi cuarto para procesar las fotos, cargar baterías, mandar los Correos y escribir la anotación. Mañana, jornada de transición con visita al mercado local y seguramente, el día que mandaré las postales de los que las pidieron. Por supuesto y gracias a la magia de la programación de la bitácora, la acción que aparece hoy sucedió el jueves pasado.

    El relato continúa en Regresando a Manila desde Coron

  • Cattedrale di San Martino y Piazza San Martino desde la chiesa dei Santi Giovanni e Reparata

    2 de mayo de 2016
    Cattedrale di San Martino y Piazza San Martino desde la chiesa dei Santi Giovanni e Reparata

    En la chiesa dei Santi Giovanni e Reparata tenemos una iglesia con un torreón al que se puede subir para hacer fotos. No me hagáis caso pero creo que compré una entrada combinada con la que podía visitar la catedral, esta iglesia y subir al campanario y el museo que está por allí. En cualquier caso y aunque el campanario no era muy alto, merecía la pena por la fantástica vista de la catedral y la piazza San Martino. El museo que he mencionado está en el edificio amarillo que está a la izquierda de la catedral y al que se entra desde la plaza. En esta imagen también se aprecia que el campanario de la catedral está como empotrado en la misma y hace que su fachada no sea simétrica. Creo recordar que reciclaron una de las torres de la ciudad y la reconvirtieron en el campanario.

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