Desde Manila a Donsol pasando por Legazpi


El relato comenzó en Cruzando China camino de Manila

Resultó que la pensión en la que me quedé estaba encima de un karaoke y no veas los berridos que se oían desde mi habitación. Además, está muy alejada de la terminal 3, algo que yo sospechaba pero un australiano me convenció para que fuera a esa. En fin, sobre la medianoche se acabó el ruido y a las seis de la mañana más o menos me despertaba. Después del jiñote, el afeitado y la ducha, salí para el aeropuerto y tras una semana de desayunos filipinos, me apetecía algo decadente así que comí en un restaurante de comida rápida con un arco dorado, aunque era un desayuno adaptado al estilo filipino. También fue la segunda vez en una semana que tomé un café, aunque es más bien agua chirría. Hice virguerías épicas, camuflando parte de las cosas más pesadas en mi cuerpo para pasar la mochila con menos de siete kilos que son los que te permiten como equipaje de mano en Cebu Pacific y no sólo pasé el control de peso con un 6,9 Kg sino que también pasé el control de peso sorpresa que escondieron en otro lugar. Mi puerta de salida era la 134, en la terminal 3 del extraño aeropuerto de Manila, con cuatro terminales independientes y tan alejadas unas de otras que pueden considerarse aeropuertos separados ya que no puedes caminar entre ellas. Me senté en la atestada sala de espera y media hora antes de la hora de embarque pasa una chama, anuncia que han cambiado nuestro vuelo a otra puerta, la 132B y nos dice que la sigamos para embarcar. Este es el tipo de cosas raras que pasan en las Filipinas, igual te meten tres horas de retraso que adelantan la salida de tu avión. Entramos pero hubo que esperar por los que se despistaron en la terminal porque el embarque era a las diez. Una vez todos en nuestros asientos, con el avión lleno, nos tuvieron casi una hora en la pista esperando por la vez. Finalmente despegamos y el viaje fue corto e intenso con un montón de turbulencias en el aterrizaje. No iba en ventana así que no pude hacer vídeos o fotos. Salimos del avión y como solo llevaba el bolso de mano, salí escopeteado hacia el puesto para recoger el cupón para los triciclos. Por menos de un leuro me llevaron en uno de ellos hasta la estación de guaguas de Donsol e hice un vídeo desde el vehículo. Allí, me acerqué al mini-van que estaban llenando y pedí un puesto, ya que sol salen cuando están llenos. Intenté pillar dinero en un cajero automático, aunque tengo suficiente siempre me da la nuera por si se me acaba, pero no hubo suerte porque estaba fuera de servicio. En el micro metieron 13 personas, íbamos como sardinas en lata y los que peor lo tenían eran dos franceses que viajan con el ajuar al completo, unas mochilas casi tan grandes como seres humanos y bolsas y tuvieron que compartir sus dos puestos con esos bultos. Podría decir que me dieron pena pero mentiría como truscolano que no soy. 

Salimos y atasco. El día ocho de mayo hay elecciones a todo y uno de los candidatos a la ciudad estaba haciendo un paseo en papamóvil por la misma y seguía la misma ruta que nosotros. Le intenté hacer una foto con la cámara del teléfono pero creo que no hubo suerte. Tras pasar su caravana el conductor pilló velocidad para cubrir los cincuenta kilómetros entre el origen y el destino, por una carretera que cada rato pierde un carril por hundimiento o algo parecido y hay como chicanes de Fórmula 1. En un poblacho que está a unos kilómetros de Donsol llamado Pilar se bajaron 2 y se subieron tres. Vamos a aprovechar para seguir aprendiendo tagalo. Si quieres decir número, dirás numero. Si lo que quieres es comenzar el rodaje de una escena en una película y gritar  acción, dirás aksyon. Si quieres decir algo del Senado, hablarás del Senado. Y si sabes la solución de un problema, dirás solusyon. Esto es la monda, tienen tantísimas palabras que vienen del español y ni una puta palabra  del truscolán, la lengua zafia y viperina para malasbestias sucias zarrapastrosas e hijos de la Granputa.

Regresando a la historia tras esta clase gratuita de tagalo, pasamos por Donsol pueblo y allí se se quedaron los pasajeros filipinos y seguimos hasta la zona en la que están los pocos lugares para los turistas y el centro de inscripción para la actividad con los tiburones ballena. Estamos hablando que como máximo dicen que salen unos treinta barcos cada día con seis turistas en cada uno con lo que en total, somos unas ciento ochenta personas las que nos estamos quedando aquí, repartidos en unos diez establecimientos. El mío es el Woodland Beach Resort, que al parecer está único con el Vitton Beach Resort porque ambos pertenecen al mismo dueño.  Esta vez, he tirado la keli por la ventana y tengo habitación deluxe, con aire acondicionado y ventilador. 

Me bajé en el centro de inscripción y me apunté para que me tengan en cuenta al día siguiente. Apalabré compartir el barco con uno de Singapur, un holandés y una británica. Tenemos que conseguir dos pasajeros más pero eso no suele ser un problema. Después, ya en mi Resort, hice alguna foto, bajé a la piscina y maté la tarde al sol. Las puestas de sol son espectaculares y también hice fotos, como algunos ya han visto. Cené, me tomé una San MIguel y un chupete de ron local y después me marché a mi habitación para procesar las fotos, escribir y ver algún capítulo de mis series favoritas. A propósito, la habitación  deluxe no tiene tele. 

El relato continúa en Nadando con tiburones ballena en Donsol

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2 respuestas a “Desde Manila a Donsol pasando por Legazpi”

  1. Algunas. Conecto la cámara y el iPad vía wifi, elijo las que me interesan, las paso y después las edito un poco con snapseed