Ayer veíamos la Basilica di Sant’Apollinare Nuovo y hoy entramos a ver los mosaicos. Al ser una de las iglesias de la ciudad de la época imperial, recibió sus mosaicos, que decoran la nave central. El trocito que vemos en la foto creo qeu tiene la keli de Teodorico, que era un palacio fastuoso y que por si no quedaba claro, el colega añadió la palabra PALATIUM en la fachada y en letras más pequeñas pusieron lo clásico, truscoluña no es nación. Los que están por arriba creo que son profetas.
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Cosas de otoño
Ayer al volver a casa me encontré con mi vecino en el jardín y aproveché para pedirle su escarificador. Otros años, en abril me curro la escarificación del césped, un proceso mágico y real, no como ese país fantasma llamado truscoluña y este procesoairea la tierra en la que está el césped, removiendo y ayudando a la erradicación del musgo y otras malas hierbas y haciendo que el suelo absorba mejor el agua y el abono. El cacharro de mi vecino es eléctrico y aparte del tiempo que toma, no requiere un esfuerzo físico. Aún así, llené un contenedor con todo lo que quité del césped. Para cuando acabé, la Chinita estaba por llegar a mi casa a cenar, una cena modesta y sencilla con tres platos que comenzó con una pasta al Pesto de albahaca casero y maravilloso que yo hago, continuó con un Salmón cocido con gambas y cuscús y terminó con un Pastel de arándanos azules con suero de mantequilla y limón en el que substituí los arándanos por moras tardías de mi jardín. La Chinita flipó con el Pesto de albahaca ya que está acostumbrada a los de los supermercados y no hay color. Yo cultivo mi albahaca y además uso queso parmesano curado treinta meses y pongo la mejor de las aceites de oliva.
Después nos fuimos a cierta tienda de cachivaches sueca que hay por mi casa y a la que tiene prohibido ir (su macho le tiene manía a las cosas que venden allí) así que ella me lleva y después le cuenta que yo la obligué, algo mayormente falso ya que si quiero, puedo ir en bicicleta. Ya que estábamos allí me compré tres macetas SorCitroen, que creo que en truscolán y otras lenguas bárbaras las llaman sötcitron y que tienen un tanque de agua debajo de la planta de la que esta bebe por métodos mágicos que requieren del uso de una cuerda y que hace que las plantas vivan tan felices. Me compré una en agosto, puse en la misma mi maceta de albahaca y la japuta ha crecido tanto que hoy por hoy soy uno de los grandes distribuidores de albahaca holandeses y cada dos semanas tengo merca suficiente para hacer Pesto de albahaca. Visto el éxito, he comprado en mi tienda favorita de China semillas para perejil, cilantro y menta y voy a incrementar mi producción de hierbas frescas en el interior de la casa.
Hoy continuaré trabajando en el jardín y comenzando los preparativos para el otoño, que ya se nos ha echado encima y en las próximas semanas tendré bastante trabajo.
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Basilica di Sant’Apollinare Nuovo
Siguiendo con el ingente patrimonio de la ciudad de Rávena, hoy llegamos a otra basílica, esta con un nombre que confundirá a los menos espabilados ya que lo veremos más veces esta semana. En la Basilica di Sant’Apollinare Nuovo se hospedaron los restos de San Apolinar de Rávena durante un montón de siglos. Aunque originalmente estaban en otra basílica fuera de la ciudad y que veremos en un par de días, cuando hubo algún miedo a que los truscolanes los invadieran y les robaran de todo como han hecho desde siempre en España, se trajeron los restos a la ciudad y rebautizaron la basílica. En su interior tiene unos bonitos mosaicos que veremos mañana y hoy nos centramos en su fachada, con un peculiar pórtico recubierto de mármol que se construyó en el siglo XVI (equis-uve-palito) y un campanario cilíndrico del siglo IX (palito-equis).
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Heineken Pilsener
He comentado más de sesenta cervezas, toditas agrupadas en el Álbum de fotos de cervezas, he paseado por todo el universo probando las cervezas locales y maravillándome con ellas o haciéndoles ascos y jamás de los jamases se me había ocurrido hablar de la cerveza holandesa más famosa en el universo, la Heineken. El nombre le viene del apellido de la familia y se comenzó a elaborar en 1873. En la actualidad es una marca mundial y la cerveza se produce en treinta y nueve países y las cantidades de cerveza Heineken que se hacen hay que ponerlas en números que pierden el sentido. La razón por la que nunca la he nombrado es que de todas las cervezas que se hacen en Holanda, es la más ordinaria y vulgar. Resulta casi imposible verla por mi casa y ya tienen que tener pocas opciones en un bar para que yo la beba. La foto de la imagen la hice con el único botellín que compré en el supermercado para esta anotación. La Heineken tiene un 5 % de alcohol y una espuma que es vista y no vista, ya que igual que aparece, desaparece. No tiene un sabor particularmente especial aunque hay mérito en que haciéndola en tantos países distintos, en todos lados sepa igual. Durante un tiempo en el Reino Unido hacían una versión con un porcentaje de alcohol mucho más bajo pero creo que ya dejaron de hacerla. Tiene un sabor ligeramente agrio. En los Países Bajos, controlan la mayor parte de los bares que venden sus productos y gracias a la expansión de la compañía, otras cervezas que han ido adquiriendo con el tiempo.