Pesto de albahaca


Este verano vamos a hacer lo increíble, poner recetas en días inesperados y añadir a Mi pequeño libro de recetas de cocina algunas que hago con cierta regularidad pero que nunca me he molestado en poner en el blog. Lo de hoy es fácil y lo único que se necesita son los ingredientes y una buena picadora.

En mi casa siempre hay una o varias macetas con albahaca. La uso para varios platos porque me encanta su sabor y con un poquito de cuidado, hasta el más lerdo puede tener estas plantas durante meses. Una de las salsas que hago con frecuencia es el pesto de albahaca, el cual se conserva muy bien en la nevera, en un recipiente cerrado si por encima tiene algo de aceite de oliva. También he probado a envasarlo en bolsas sin aire y lo pongo en el congelador y aguanta muy bien. La cantidad de pesto producida con esta receta es de casi un vaso.

Los ingredientes: 2 tazas de hojas de albahaca, media taza de queso parmesano rallado, media taza de aceite de oliva virgen, un tercio de taza de piñones, tres dientes de ajo picados, sal al gusto y algo de pimienta negra molida.

La implementación: Esto no tiene ciencia. Ponemos en la picadora las hojas de albahaca y los piñones y los picamos. Añadimos el ajo y el queso parmesano y seguimos picando. Conviene parar y raspar los laterales del vaso de la picadora con una espátula de goma para que todo quede uniforme. A la hora de añadir el aceite de oliva, lo hacemos con la picadora en marcha y poco a poco para que emulsione con el resto. Si ves que se acumula algo en las paredes del vaso, paras y lo vuelves a unir al resto con la espátula. Cuando acabes con el aceite, se le pone algo de sal y pimienta al gusto y ya está listo.

Es perfecto para salsa que acompañe a la pasta y también se puede usar para untar en pan. En la nevera y en un bote cerrado con un poco de aceite por encima, yo lo he dejado un par de semanas sin problemas.

Hay un montón de recetas más en Mi pequeño libro de recetas de cocina


10 respuestas a “Pesto de albahaca”

  1. Pues yo soy de las lerdas a las que se les mueren todas las plantas de albahaca, al igual que el perejil, la yerbabuena, etc., etc. Aguantan un poco cuando estoy en casa pero cuando me voy de viaje, aunque las dejo preparadas con su agua y todo, se me mueren del todo. No sé si será el calor de Sevilla o qué pero no me aguantan.

  2. Yo tengo macetas del I quea con tanque de agua por debajo pero solo les dura tres días o así con lo que mi vecino se pasa para darles algo de beber. El pesto de ayer, verde, verdísimo. De cuando en cuando les dopo el agua con un poquito de mejunje para plantas líquido que me compré en los chinos por un leuro y que les encanta a mis plantitas. Mi menta creció tanto que la transplanté al jardín porque era como una selva y el perejil que siempre pensé que duraría una semana ya lleva dos meses y la planta ha crecido como un arbusto. Ahora estoy intentando criar tomillo pero no parece que le mole lo del tanque de agua por debajo.

    La mujer del Rubio con las mismas macetas no ha conseguido que le viva la albahaca. Tenemos dos teorías, una es sobre la ubicación de las mías en un lugar al lado de la ventana pero sin rayos de sol directos y la otra es que yo las compro en el lidel cuando ponen ofertas y ella compra de las caras y esas parecen estar diseñadas genéticamente para morir una semana después de comprarlas.

    El pesto de ayer tenía el mismo verde espectacular. Lo que me sobró lo tengo en la nevera pa’mojar pan si voy a casa del Rubio, que eso le mola mazo.

  3. Claro, así sí, pero yo no tengo vecinos que me puedan regar y no quiero molestar a mi familia que viven lejos (esto de vecinos que me rieguen me ha quedado un poco porno, creo, je, je, y me ha recordado algo que decía Lina Morgan de «tengo un jardín en mi casa que es la mar de rebonito, no tengo quién me lo riegue y lo tengo mu sequito»), así que si las dejo en agua se escogorcian y si no se queman. Mi casa tiene el microclima del desierto del Sahara, así que tal que llegan se infartan. Con lo que me gustaría tener un montón de hierbas para la cocina, me encantan las macetas. Yo también las compro en el lidl o en cualquier hipermercado. Hace dos años tenía la maceta de albahaca preciosa y se la dejé a mi madre para que me la cuidara durante una de mis escapadas y me la mató literalmente. Ya compro la albahaca directamente en hojas y se acabó.

  4. Si compro en el super la suficiente albahaca en hojas para recolectar dos tazas de hojas para el pesto, me sale a precio de champán francés o caviar iraní.

  5. Eso os pasa por no tener una hija que tenga un próspero negocio de importación transformación y exportación de especias que me provee de todo lo que necesito sin mover un dedo, no se que haría sin sus maravillosos ajos deshidratados cortados en lonjas, o como se llame, si queréis husmear -o comprar…jejeje- la empresa se llama «Especias del sol» lo pones en Google y te sale la página web… 🙂

  6. Yo también las tengo al lado de una ventana pero sin sol directo, y van como un tiro, y tengo tomillo en la misma bandeja con agua de la albahaca… hasta hace tiempo tenía una plantita de estas que se mueren por temporadas, y empezó a salir otra en su lugar, como me parecía que tenía unas hojas bonitas, la dejé crecer, y sabéis que me salieron? Pimientos!! Tiene dos pimientos monísimos, en una maceta minúscula, la verdad que lo de las plantas en mi casa es misterio, pero se dan de muerte.