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  • El club de los incomprendidos

    3 de enero de 2015

    Si hay un género en el que el cine español brilla y cuaja las cosas bien, es el de las películas corales con gente joven, mucha música y mucho amor y frustración de por medio. No se por qué pero este tipo de cine facilón y de consumo rápido en España casi siempre queda bien y en los últimos años he podido ir a ver varias de esas películas, ya que las navidades parecen ser la época favorita para estrenarlas. La última de ellas es El club de los incomprendidos y está en cartelera desde el día de Navidad.

    Una julay se muda a Madrid y acaba en clases de terapia con un puñado de frikis con los que se enrala y traba amistad y en el caso de uno de ellos, le quiere poner la pierna encima

    Una adolescente (o el concepto cinematográfico de adolescente, que siempre ponen a gente de veintipico años como chiquillos de diecisiete) se muda forzosamente a Madrid con su madre. Allí, en su primer día de instituto acaba peleando con una loba del insti y la fuerzan a acudir a unas horas de terapia o algo así. En esas reuniones conoce a otros adolescentes y entre todos ellos surge la chispa y se hacen amigos, creando una especie de club. Por supuesto hay un chamo que le pone el clítoris morcillón y del que se enamora otra chica, con lo que tenemos drama asegurado.

    En estas películas lo importante es que funcione el conjunto y aquí lo logran. La historia es simple y directa y nadie se espera un guión escrito por un consagrado autor con silla en la Real Academia de la Lengua. Todo es directo y con frases de esas que suenan rancias pero que hacían suspirar y gemir a las pavas en el cine, el cual estaba completamente lleno. Cuando Álex Maruny sale sin camisa por primera vez pensé que alguien había metido una burra en celo en el cine por los gemidos que se oían, los cuales fueron sustituidos por el ruido de dedos tocando ciertas zambombas, que aquello parecía un festival de zambombadas. En las sucesivas ocasiones en que se quitó la camisa, que no recuerdo cuantas fueron pero al menos una o dos más, yo creo que más de una se dejó las uñas. Las escenas de cama, por desgracia, estaban organizadas por el rey de la sábana y mira que tiene que ser molesto trajinar agarrando una sábana como si fuera una subvención y manteniéndola todo el tiempo cubriendo la chicha. De Álex Maruny decir que tiene carilla de chaval simpático, la misma que usaba en la serie de los lobos de Antena Triste y que en sus escenas queda bien, aunque tampoco es que tuviese momentos complejos. La chica que llega al instituto es Charlotte Vega y aunque muy guapa, hay momentos en los que no encaja en la historia, sobre todo en las escenas con su madre, no resulta creíble o en el desenlace de la movida en el túnel, que la sobrepasó completamente. Por lo demás, cuando es lucir el palmito y gritar, lo hace bien. La que me fascinó de verdad fue Michelle Calvó, que sí que despliega un montón de emociones distintas y mola mazo cuando hace de beba vulgar en el instituto o se emputa que no veas con los otros. En general, película entretenida, buena elección de actores y algo ligero para estos días en los que no nos apetece complicarnos la vida.

    Perfecta para las hembras de los miembros del Club de los Orcos y las más marimandonas pueden obligar a sus machos a ir a verla y seguro que aunque no lo reconozcan, les gustará. Está claro que no es cine para sub-intelectuales de GafaPasta.

  • Musarañas

    3 de enero de 2015

    Justo antes de viajar a Gran Canaria para pasar las navidades mmiré la cartelera de los tres cines a los que suelo ir y comprobé que en esta ocasión no iría al cine. No había nada. Después, el día de Navidad, en un momento en el que la tele estaba encendida en la casa de mi madre escucho que hay dos estrenos ese día y como en todo el año 2014 no he ido a ver una sola película española al cine, decidí darles una oportunidad. Una de ellas era una película que se atreven a considerar de terror y que se titula Musarañas.

    Una julay está desquiciada porque nadie le come el potorro

    Una chama vive encerrada en su casa, sin poder salir a la calle por alguna movida chunga que tiene y hace trabajillos de modista. Cuando un tipo se cae en las escaleras justo delante de su portal, lo mete en la casa y lo rapta o algo parecido, aunque parece que a él le mola mazo ya que le viene bien que no lo vean. Las cosas se descontrolan cuando la chama se termina de desbaratar toda.

    Cuando etiquetamos una película como de terror es porque esperamos que de miedo a los espectadores. Eso aquí no sucede, nunca. Asco, a veces, aburrimiento, a toneladas, cansancio por una historia lerda y que seguramente era un corto y que han estirado como un chicle bazooka hasta límites espeluznantes. La película se agota en los primeros diez minutos y hay que ser retardado mental para no saber como va a acabar. Ninguno de los protagonistas parecen tener una idea muy clara de lo que quieren hacer y chirrían con unas interpretaciones a las que le faltó la sincronización. A Macarena Gómez el papel de protagonista macabra le va grande y nunca convence o asusta, aparte del grave problema de sordera que debe tener cuando su hermana camina por la casa haciendo ruido a conciencia y ella no se entera y dos escenas más tarde, detecta la destrucción de un átomo tres habitaciones más allá. Creo que esta es la primera vez que veo a Hugo Silva en pantalla, ya que jamás me han interesado las series en las que sale y con suerte será la última, a menos que se apunta a unos cursos de actuación de Radio ECCA. En los momentos en los que se supone que tiene que provocar una reacción dramática o de empatía en los espectadores, da risa. Supongo que a las pavas les pone los pezones duros porque el tipo es un envase vacío, sin nada que ofrecernos dentro. Lástima da también Luis Tosar, quien supuestamente debe dar miedo por su aspecto físico o eso debía creer el director. Su papel de padre y fantasma que ve la chiflada no encaja en la historia y lo podrían haber suprimido completamente sin que el resultado afectara a la mala calidad del producto. En fin, que otra de esas películas que pasarán al baúl de los recuerdos. Sólo éramos cinco personas en una sesión de viernes por la tarde con varias salas con el cartel de entradas agotadas.

    Si eres un miembro del Clan de los Orcos, harás bien en mantenerte lejos de un cine con este pallufo. Tampoco creo que sea plato para estómago de sub-intelectuales de GafaPasta. Por desgracia, este plato amargo fue el último que vi en el año 2014.

  • Regreso a Holanda en año nuevo

    2 de enero de 2015

    Hay muchas maneras de pasar el primero de año y en mi caso, si no es en la playa, es en un avión regresando a Holanda o después de haber hecho lo primero, pues lo segundo. Este año, al volar con liberia, salía a las once de la mañana desde Gran Canaria y me tocaba estar en tránsito básicamente todo el día. Tenía que ir al aeropuerto sobre las nueve de la mañana y mi madre me dijo que a esa hora no hacía falta llamar previamente para pedir un taxi, así que no me preocupé y no lo hice y a las ocho, me levanté, duché, desayuné, hice mi maleta, la cual era básicamente veintiún kilos y medio de comida y cuando mi madre llama a su empresa de radio-taxi favorita en Telde, hilo musical durante minutos. Resultó que no tenían un solo taxi en la calle. Encontré otra empresa mirando en Internet, llamé y tras un minuto respondieron y dijeron que el taxi llegaba en unos diez. Apareció antes y el hombre me contó que en ese momento solo tenían tres taxis en la calle y estaban saturados. Me llevó al aeropuerto a toda prisa para aprovechar la ola de carreras y después de dejarme allí facturé mi trolley y pasé el control de seguridad en el aeropuerto de Gran Canaria, el cual está en la nueva y enésima extensión del aeropuerto que por supuesto no hacía falta pero que sirve para llenar las cuentas corruptas de políticos, arquitectos y mangantes habituales. Aún más vergonzoso es que el control de seguridad es el mismo que tenían en los años cincuenta, en los años veinte e incluso antes de la invención de la aviación comercial. Si en lugar de mangar el dinero o pagar a un arquitecto estrella hubiesen enviado un becario a Schiphol, podrían haber copiado un sistema espectacular y asombroso. A nadie le ha de extrañar que ningún aeropuerto español es elegido por los pasajeros como el mejor de Europa, obviamente, no somos lerdos y no votamos para inflar aún más el ego de arquitectos divos y preferimos los espacios pensados por y para los viajeros, que casualmente son los seres humanos que pasan por un aeropuerto.

    liberia es-pres

    liberia es-pres, originally uploaded by sulaco_rm.

    El avión llegó a su hora y pese al nuevo nombre, es más de lo mismo, básicamente, una versión empobrecida y ordinaria de otras compañías de bajo costo. Un retardado ha inventado el acceso por grupos que consigue colapsar toda la aeronave y hacer del embarque una pesadilla, así que nos tocó vivir esa pequeña película de terror. Yo iba sentado en la parte delantera y contaba con eso como ventaja por si llegábamos apurados ya que mi tiempo de conexión era de tres cuartos de hora. Como estaba totalmente determinado a evitar dormirme, me puse a ver mis episodios de mis series favoritas y a jugar con los dos jueguillos que me entretienen en estos días, Pet Rescue y God of LIght. Iba sentado en pasillo y al lado mío tenía una pareja que iban hacia Granada y que creo que eran estudiantes universitarios, ella era de esas que en otra vida han sido babosa o lapa y básicamente estuvo dos horas y pico sobre el cuerpo de su maromo, agarradita para que no se le escape. La lerda no había volado mucho y él le soltaba unas trolas camufladas como conocimiento avanzado con las que me partía de risa, mientras ella lo miraba como si fuera la mismísima Santísima Trinidad.

    Tras el aterrizaje tardamos unos diez minutos en llegar a la terminal ya que la T4 está en el más allá. Todo el mundo sabe lo que pienso de esa mierda del copón pero como el blog es mío, lo repito. Yo arrancaría los brazos, las piernas, la lengua y los ojos al joputa que la diseñó y después lo ponía a trabajar en una bolera. Nos dejaron en el extremo de la terminal y mi avión salía exactamente en el otro extremo. Tiempo de recorrido según los carteles hasta el comienzo de las puertas K de CACA, nueve minutos. Añade los treinta que necesitas para cruzar los bloqueos ocasionados por la gente que quiere entrar en sus aviones ya que el arquitecto se pensaba que estaba construyendo un templo para el tocamiento de niños y no un recinto para mover rápida y eficientemente viajeros y tendrás que crucé de punta a punta arreando codazos y pisotones. A una que yo me sé y que le encanta y que tiene perfil en el CaraCuloLibro debería crear un grupo en el mismo llamado LaPutaMierdaDeLaT4 y seguro que consigue millones de amiguitos. Volví a flipar con los precios de la comida y la bebida en esa bazofia de aeropuerto. Si lo comparas con Schiphol, el nivel de vida de los holandeses es soberanamente inferior a los españoles ya que lo de pagar ocho y nueve leuros por un bocadillo en Holanda no se ve y en Madrid esos son los malos, con una loncha anoréxica de queso caducado y un pan duro que le han quitado a los pobres de algún hogar de acogida para revenderlo allí. Por suerte yo llevaba mi comidita ya que todavía me acuerdo de aquella vez que pedí un cortado en ese aeropuerto y estuve dos días con diarrea.

    El embarque en el segundo vuelo fue igual de caótico y en esta ocasión yo formaba parte del contingente del grupo 2 y tenía asiento de ventana. El avión se separó de su cordón umbilical en hora pero después pasamos casi un cuarto de hora en pista esperando por el despegue.

    Yendo hacia el norte pasamos cerca de los Pirineos, cubiertos de nieve y espléndidos. Si no puedes ver el vídeo anterior, prueba aquí. Yo seguí con mis series y mis juegos, aunque la segunda compresión después de la primera descompresión es siempre brutal y me entran unas ganas de soltar gas y matar a todo el pasaje y si tenemos en cuenta que mi madre me encochinó el día anterior con lentejas, pues ya os podréis imaginar. Cuando nos acercábamos a Amsterdam vi que íbamos sobre el mar y me temí todo lo peor, siempre y por desgracia acerté. Aterrizamos en la malvada Polderbaan, esa pista que está a ocho kilómetros del aeropuerto y que hace que aterrices y tengas que circular a velocidades de pena por pistas durante veinte minutos, cruzando sobre autopistas y aprovechando para leer tu correo y mandar mensajes, algo que obviamente no hacemos ya que no se puede activar la emisión del teléfono hasta que se abre la puerta y por descontado, todos esos sonidos de mensajes que oye todo el mundo son ficticios y realizados por algún bromista.

    Los aviones del grupo liberia y Buelin aterrizan en el más allá, a veinte minutos andando del aeropuerto, en la terminal de pobres y zarrapastrosos y la esperanza era que en esa larga caminata, saliera mi maleta, pero no, aún tuve que esperar otra hora más y así básicamente pasé mi primera hora tras regresar a Holanda, caminando y codeándome con la tropa por un puesto ya que en la misma cinta sueltan todas las maletas de cuatro o cinco vuelos, todos de las compañías de cierto grupo al que pertenecen las dos mentadas al comienzo de este párrafo.

    Con mi maleta ya en mi posesión, fui hasta el vestíbulo del aeropuerto, bajé a la estación de tren subterránea y me monté en el que me llevaba a Utrecht. En el viaje aproveché para hacer mis ejercicios diarios de italiano en Duolingo y así mantener mi racha de cincuenta y cuatro días sin dejar de hacerlos. Al llegar a Utrecht fui en guagua hasta mi casa y según entré en la misma, puse en marcha la calefacción y transvasé la comida al congelador, la nevera y la despensa, según los productos. Y así pasé el día de año nuevo, viajando, si contamos todas las horas invertidas, desde que me levanté hasta que entré en mi casa, fueron once horas y media.

  • Tayok Pye Paya

    2 de enero de 2015
    Tayok Pye Paya

    Tayok Pye Paya, originally uploaded by sulaco_rm.

    Otro de los templos que visité fue el Tayok Pye Paya y que no se terminó de construir. Lo mando a hacer el rey Narathihapate en el siglo XIII (equis-palito-palito-palito) y el rey salió por patas cuando los invadieron los mongoles.
    El templo es bastante elegante. Este templo estaba totalmente fuera de la ruta de los turistas y vendedores asociados y se notaba porque la vegetación llega hasta la misma entrada del templo. Tenía una bonita decoración interior.

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