Distorsiones

El último preestreno sorpresa fue realmente un sorpresón de que te cambas, que yo ni había oído hablar de esta película jamás de los jamases y por supuesto, jamás vi el trailer. A mí me dicen que esto se estrena y yo rezo todas las noches para que adelanten el estreno, como en realidad sucedió, que la vimos una semana y media antes de que llegara a los cines. Mucho me temo que nadie sabrá que esto hay que verlo porque no viene de las grandes productoras de Hollywood y se hizo en el norte de Europa. Se titula Sisu y aluciné cuando me enteré que se estrenó en España al final de abril con ese mismo título.

Un julay se emputa que no veas y reparte candela de la peor.

Tenemos que en plena Segunda Guerra mundial, un ex-soldado finlandés está buscando oro en Laponia y encuentra un montón. Yendo a la ciudad se cruza con una unidad del ejército nazi que están arrasando la zona para que no quede nada porque ya se imaginan que han perdido y lo atacan y le tratan de robar el oro. Ahí es cuando esa unidad se va a tomar por culo porque el chamo es una mezcla de Terminator, Rambo y los más sádicos malvados de Tarantino y el colega, una vez activa el modo de venganza, es que ni para ni hay quien lo pare, sigue y sigue y sigue y parece vivir para continuar su venganza.

Cuando empieza la peli, con el chamo buscando oro en un río, un caballo y un perro, lo primero que pensé es que aquello iba a ser otro ejercicio de sub-intelectualismo y me daría un jamacullo en el cine. No veas lo equivocado que estaba. En los noventa minutos de historia, el chamo mató, con una crueldad viciosa, a una purriada de nazis, que lo mataron no una, sino varias veces y él volvía y volvía y volvía y seguía matando, hasta llegar a un punto que algunos nazis huían cagándose por las patas pa’bajo cuando lo veían venir. La película es muy dinámica, salvaje y al mismo tiempo, divertidísima, que cuando mata nazis, es tan cruel que te descojonas. Lo mejor es que en toda la película, de principio a fin, el chamo solo habla una vez, tiene una línea de diálogo y aún así, borda su papel y puedo confirmar y confirmo que si me lo cruzo en una calle, huyo sin para de correr hasta poner dos países de por medio.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos, lo fliparás con esta película, aullarás en el cine como nunca antes. Si eres un sub-intelectual con GafaPasta, probablemente la violencia y el sadismo no te molarán, pero chico, así es la vida. Fabulosa.

Yo podría decir que el cine de activismo medioambiental no es lo mío, pero estaría mintiendo como un bellaco porque incluso en el mejor blog sin premios en castellano escribo un montón sobre como está cambiando el clima y bueno, cualquiera que mire mi linqueín lo flipa con los artículos super-hiper-mega sub-intelectuales que escribo sobre el reciclado, el plástico y demás, que vamos, yo escribo ahí, tengo un porcas, un blog, dos istagrames y hasta el güazá, que yo comunico requetequeteque mucho. Así que como esta peli solo la ponían en la filmoteca en Ámsterdam, la fui a ver. Se titula How to Blow Up a Pipeline y ya ha pasado por al menos dos festivales en España como Cómo dinamitar un oleoducto.

Un puñado de julays están hasta la pipa del eso y se dedican a jugar con fuego y petardos.

Tenemos una basca de esta de radicales que están ya hartos y que deciden reventar un oleoducto gringo para llamar la atención del resto del universo y que se dejen de consumir combustibles fósiles. En la película vemos como lo planean y ejecutan y también tenemos trazos de sus vidas antes de llegar a ese momento o algo así.

Esto prometía mucho pero por la forma en la que montaron la película y por el empeño en mostrarnos trozos de sus vidas previas a la acción, la estropearon en parte, que los espectadores estamos interesados en el como se hizo y en las consecuencias, pero lo otro distrae y aburre, por no decir que colocaron todos esos retazos de las vidas de los chamos como flashbacks repartidos durante toda la película, con capítulos que se llaman como cada uno de los protagonistas o algo así y queda claro, al verlos todos repartidos durante la historia, que son material que sobraba y que se podía haber suprimido sin dañar la historia y seguramente nos habría interesado mucho más saber algo más de la pava con leucemia y de su día a día o de la parejita. Al final, con tanta distracción, en lugar de enfocarnos en el activismo y en lo apropiado que es lo que hicieron, lo que tenemos es que todos aparecen como un puñado de julays vengativos que si no es sobre esto, se habrían arrejuntado para actuar contra otra cosa, no se les distingue muy bien de otro tipo de terroristas.

Esto provocará el sopor inmediato de los miembros del Clan de los Orcos y yo diría que aburrirá también a los sub-intelectuales con GafaPasta. Está entretenida, pero no acaba de cuajar.