El año pasado veíamos este mismo puente en la anotación El puente blanco y en esta ocasión bajamos el punto de vista y miramos hacia el otro lado. El canal sobre el que cruza está helado y conecta el parque de Koppel con la zona residencial. En verano este es uno de los rincones preferidos por los que aún no tienen casa propia y se tienen que dar el lote en público.
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Sol
Desde que vivo en los Países Bajos he aprendido a adorar el sol. Teniendo uno que funciona como debe ser durante medio año y en los otros seis meses no es más que una luz de ambiente medio apagada, cuando visito lugares como Gran Canaria me lanzo a adorarlo y disfrutar con esta agradecida religión que solo exige que te tumbes o camines bajo sus rayos, sin rezos, sin tocamientos por parte de un tipo que ha hecho supuestamente unos votos y sin ningún tipo de obligación.
Ayer y hoy paseaba por la playa de la Garita, prácticamente solo, dejando que el agua del mar roce mis piernas y mi imaginación volaba por otros mundos. La gente en Gran Canaria no le da ningún valor al sol que luce día sí y día también. En lugar de unas Navidades blancas, aquí se celebran unas Navidades soleadas, con temperaturas cercanas a los veinticinco grados y por la noche de unos veinte. Como subnormales los hay en todos lados, no resulta extraño ver uno de esos eslabones perdidos de la especie que habría que eliminar paseando por la calle con lo último de las marcas de ropa en serie en guantes y bufandas, haciendo el estúpido y demostrando que si esa ropa realmente funcionara, no la podrían estar usando aquí. Yo salí de mi casa el jueves por la tarde con una camiseta de manga corta y UN solo abrigo y la temperatura era de ocho grados bajo cero. No necesité bufanda alguna ya que el abrigo protege perfectamente el cuello y mis guantes son muy ligeros y forrados con un material aislante. Al llegar a Madrid, con cinco grados, mi chaqueta ya comenzaba a calentar demasiado y tuve que separar el forro interior y desechar la parte exterior y al saltar a Gran Canaria salí del avión en camiseta. Era de noche y no había sol pero sus efectos se seguían notando.
Me gusta este sol cálido que convierte las Navidades en algo muy especial en el invierno y me gusta también ese sol de primavera y verano que hay en los Países Bajos, un sol gandul y que se pasa el día en el cielo, asomándose a las cinco de la mañana y marchándose a las diez y media de la noche.
Este sol de invierno tiene banda sonora de mar, el que golpea la costa a ciento tres metros de la ventana y que parece cantar una nana para que te duermas ??
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Niños jugando en la nieve
Cuando nieva, los que mejor se lo pasan son los chiquillos. Tienen una energía inagotable y no se cansan de subir y lanzarse una y otra vez riéndose y cayéndose. La foto la hice en el parque de Koppel, muy cerca de mi casa. Normalmente este lugar es un enorme campo de césped con porterías para jugar al fútbol y un montón de aparatos para los que gustan de hacer gimnasio además de una pared de squash.
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Bicicleta con ruedas de invierno
En Hilversum se acabó la sal para quitar la nieve de las calles después del segundo temporal por culpa de la mala planificación del ayuntamiento en el cual algún estúpido funcionario decidió que este invierno iba a ser suave y no habría nieve. Durante más de una semana la situación ha sido de Caos completo, con accidentes de coche por todos lados, gente cayéndose en el hielo y las bicicletas convertidas en proyectiles sobre la calzada que no se tienen ningún tipo de adherencia. Siempre me había preguntado si no se podía hacer algo parecido a las cadenas de los coches en invierno para las bicicletas y parece que no he sido el único en hacerse esa pregunta. Alguien se sentó a maquinar y encontró una solución práctica y barata. La bicicleta de la foto anterior está equipada para la nieve y el hielo, tiene unas perfectas ruedas de invierno y su dueño se pasea tan campante por la ciudad de Hilversum.
En la segunda foto vemos con más detalle la rueda tuneada para afrontar el hielo y la nieve de las calles. Seguro que hay soluciones más elegantes y que valen un montón de dinero pero este apaño resulta eficaz y si estás completamente rodeado de nieve te ayudará a moverte con un poquito más de seguridad. Creo que yo le voy a hacer lo mismo a mi bicicleta.