Este año está resultando un tanto extraño. Estoy visitando un montón de nuevos países y no paro quieto. Esta tarde estaba pensando en el sendero recorrido hasta ahora y comprobé con asombro que para cuando leáis esto yo habré recorrido casi cuarenta y siete mil kilómetros en veinte vuelos y estaré posiblemente cenando en algún restaurante coqueto de Praga con mis padres. Anteriormente estuve en Gran Canaria, Alemania, Malasia, Turquía, Barcelona, Dinamarca, Suecia, Gran Canaria, Luxemburgo y como dije, en la república Checa. Aún me queda pasar por Polonia y seguro que cae un fin de semana en Alemania o en Bélgica.
Me dedico a hacer fotos y almacenarlas sin procesarlas por falta de tiempo y lo mismo me pasa con la hora que dedicaba a escribir, muchas veces ni la tengo porque ando empaquetando, planeando, investigando, comprando o directamente estoy en alguna ciudad extraña, en un hotel y sin acceso a internet.
En realidad me quejo de vicio ya que si hay algo seguro es que mi vida no es de esas que se pasan sentados frente a la tele viendo el concurso de turno o el partido que toca. Es más bien de embarcarme en aventuras variadas, conocer nuevas gentes y lugares y hacer cosas exóticas. Espero que siga así por mucho tiempo.
Por no poder ni siquiera he hablado del viaje a Dinamarca con mi hermana o de la visita a Gran Canaria de finales de agosto. Espero recuperar algo de normalidad a finales de octubre y sentar algo la cabeza aunque nunca se sabe.