En Giethoorn uno se va de copas en barca, acude al supermercado con su barquita, visita a sus amigos o vuelve del colegio en barca y por supuesto, el día de tu boda vas hasta la iglesia en barca. Tanto la novia como el novio llegan en sus barcas engalanadas, igual que los invitados o incluso el cura que oficia la boda. En las cinco veces que he estado allí he presenciado dos bodas, con su comitiva y los alardes de horterismo típicos solo que con la gente montada en pequeños barcos.
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Tendrían que hermanarse con Venecia…
Salud