El interior de la Catedral de Notre Dame es espectacular. Una nave inmensa que aplasta a sus visitantes y nos da la sensación de no ser nada frente al tremendo poder del Dios al que tratan de honrar en aquel lugar. Suele estar muy concurrido y como la entrada es gratis, la gente aprovecha para descansar allí mientras ponen cara de intelectual y se hacen los entendidos. El órgano es alucinante. Como todos sabemos, la novela de Victor Hugo Nuestra Señora de París está ambientada en ese lugar, en sus entrañas y en sus tejados, por los que correteaba Quasimodo.
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New Moon – Luna Nueva
Creo que después de haber escuchado el audiolibro de New Moon cuatro veces va siendo hora de hablar un poco de esta novela, continuación de Twilight – Crepúsculo y que retoma la historia exactamente en donde se quedó el primer libro.
El día de su cumpleaños, Bella lo celebra con los Cullen cuando un pequeño accidente la hace sangrar y los vampiros se rechiflan por pillarla y chuparle la sangre. Se monta un escándalo en la casa y aunque ella lo minimiza, Edward se rebota todo e interiormente decide que lo mejor es que se marchen y dejarla a ella para que su vida vuelva a ser normal. Lo que él no sabe es que ella está enamorada hasta las chacras y aunque aún no le ha puesto la pierna encima, ella se acarajota toda y entra en un estado de depresión terrible del que no parece ser capaz de salir. Amenazada por su padre, comienza a tener algo de vida social en modo zombie y después de descubrir que cuando está en tensión escucha en su interior la voz de su amado maquina formas de lograr ese estado en el que lo oye. Para ello adquiere dos motos viejas y le pide a Jacob, el joven que viven la reserva india que la ayude a repararlas. A partir de ahí comenzará una gran amistad entre ambos y Bella se recuperará un poco de su depresión aunque la pesada sombra de Edward sigue siempre presente. Las cosas se van complicando con secretos y misterios y lo imposible se vuelve real.
Toda la historia del segundo libro gira en torno a Romeo y Julieta, la soberbia tragedia escrita por William Shakespeare. En este segundo libro, los amores se vuelven más imposibles y la pregunta a responder es ¿cómo sobrevivir a la marcha del amor de tu vida? Bella cae desde el limbo de la felicidad más absoluta a un infierno del que es incapaz de salir cuando el vampiro al que ama se marcha y con él su mundo entra en una época oscura. En esta segunda parte Edward desaparece bien pronto y solo lo tendremos en sus pensamientos, en la forma en que su vida gira en torno a su recuerdo y en Jacob, el nuevo amigo que se da cuenta que hay una sombra enorme entre ellos dos y aunque el quiere amarla y ser amado, se encuentra que ella ya vendió su alma y no se arrepiente de ello e incluso ahora que se ha quedado sola, no cambia de opinión. Hay momentos muy tiernos y seguimos adentrándonos en ese mundo mágico que parece tener su epicentro en Forks, un lugar en el que vampiros y otras leyendas se hacen realidad.
El amor verdadero, la amistad, la lealtad, son temas que quizás veamos como marginales pero que en algún momento de nuestra vida se pueden volver muy importantes. Después de haber escuchado el audiobook de New Moon cuatro veces, no sé por quién decantarme. Adoro a Bella, daría mi vida por Edward, posiblemente la persona más generosa de la que he tenido noticia pero también creo que seguiría a Jacob hasta el infierno si me lo pidiera. El dúo del libro original se torna en trío y la acción se dispara. Toda una joya y un libro excelente para leer en un día de playa. Es altamente adictivo.
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Cathédrale Notre-Dame de Paris
La Catedral de Notre-Dame de París es posiblemente una de las más famosas del universo católico, aunque no por motivos religiosos. Es de estilo gótico y está en ese lugar desde el siglo XII. Le da gran parte del encanto a la ?le de la Cité y es un punto de visita obligatoria para cualquiera que vaya a la ciudad. El interior lo veremos mañana. Todos hemos visto alguna vez imágenes de sus gárgolas y películas en las que alguna parte de la acción transcurre en sus alrededores, por no hablar de Quasimodo, ese julay que vivía en su interior y que dicen que si le pasabas un billete de lotería por cierta parte, te tocaba seguro.
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Primer día. Visitando las torres Petronas
El relato de este viaje comenzó en Camino a Kuala Lumpur y Tienes un índice con todos los capítulos en Viaje a Malasia del 2009: Índice con toda la historia.
Después de refrescarme en la piscina no me apetecía hacer mucho pero como las torres gemelas Petronas están a cinco minutos andando del hotel y desde la piscina las veía tan imponentes, decidí ir a hacerles fotos de noche. Me duché, me vestí, me cubrí del producto ese radioactivo que me protege de los mosquitos pero me mata envenenándome lentamente y bajé a la recepción a preguntar por el camino. Me lo explicaron y no parecía demasiado complicado. Salí por la parte trasera del hotel, crucé la calle, avancé unos doscientos metros por otra, volví a cruzar y después de andar un poco más estaba en la entrada del Suria KLCC, un enorme centro comercial entre las dos torres. Hice fotos desde ambos lados y cuando me aburrí eché un vistazo a las tiendas aunque la verdad que los precios no tienen gran diferencia con los que se pueden encontrar en los Países Bajos, al menos en las tiendas oficiales. El sitio estaba abarrotado de turistas y locales y en aquel sitio puedes encontrar desde un Zara o Mango hasta un Tiffany’s o una tienda de Gucci.
Cuando me aburrí del paseo busqué algún antro para comer entre los múltiples restaurantes disponibles. Vi uno lleno de locales que ofrecía comida malaya de la que no tenía ni idea así que decidí probar. Aunque había un montón de gente esperando, el colega que asignaba mesa los ninguneó totalmente y me pasó y me ubicó en un sitio cerca de la cocina. Me dieron la carta y elegí una especie de menú con tres cosas de las que nunca había oído hablar y para beber pedí una lata de Coca Cola por aquello de mi aprensión al agua local, adquirida después de las historias de diarreas que me han contado todos mis amigos. Pasé del vaso con hielo y al poco me trajeron la comida. Cerca de mí habían dos tíos comiendo, con pinta de terroristas musulmanes y los cabroncillos hicieron un simpa. En un momento determinado, uno se levantó y fue como hacia el baño mientras el otro salía en dirección contraria diez segundos más tarde y usaron distintas puertas para marcharse. Para cuando los empleados se dieron cuenta ya era muy tarde y el que estaba de encargado les gritó todo lo que quiso y más.
Por mi posición yo veía lo que hacían los camareros y alucinaba en colores con la higiene. Uno de ellos, cuando servía postres, cogía las cucharas mojadas de una bandeja de cubiertos y con los dedos pulgar e índice las secaba al pasar la cuchara entre ellos. Después la ponía en el plato y salía tan contento. Otro usaba el dedo para limpiar las latas aunque se le pasó una y se la devolvieron por sucia, así que le pasó el susodicho y la volvió a mandar a la mesa. Las bebidas que no eran de lata se aguaban por sistema y les añadían algún tipo de sirope para darles más sabor.
Repetí una de las cosas que me pusieron y después me pedí un postre a boleo que resultó ser una especie de arroz con leche y algo más que no terminó de convencerme.
Después de comer busqué la salida para volver a mi hotel peor con el cansancio y que ahora era de noche andaba un poco despistado así que pregunté a una de las chicas de información y esta me aconsejó que fuera en taxi porque la zona es muy insegura. El taxista me metió una clavada equivalente a cuatro euros por un viaje que debería haber sido más corto pero que él para justificar la pasta me dio un rodeo del copón. Al parecer lo de los taxis que se niegan a usar el cacharro para medir el trayecto y prefieren parasitar turistas es uno de los problemas de por aquí. Tampoco creo que nos importe demasiado, con lo que valen los viajes no hay más problemas.
Al llegar al hotel, pensaba que tendría problemas en dormirme por la diferencia horaria pero caí muerto y me dormí prácticamente al instante. Supongo que el cansancio del viaje me pasó factura. Así pasaron mis primeras nueve horas en Malasia.
Puedes seguir con la historia en Segundo día. Kuala Lumpur – 1