Distorsiones

Llegamos a la última película que fui a ver en España y este es un claro caso de esos en los que voy al cine solo por ir, que ya viendo el poster y el título, ya me esperaba todo lo peor, siempre y además, es supuestamente la segunda parte de una película que jamás vi ni veré. Lo mejor es que éramos tres en la sala, un viernes, lo cual nos da una idea del exitazo tan grande que ha sido. Se titula El hotel de los líos y definitivamente está en la cartelera porque se estrenó el viernes de la semana pasada, que fue cuando la vi.

Unos julays compran una mielda de hotel y se lo invaden chiquillos y jinameños.

Resulta que dos pavos que tienen doctorados en tontos compran por error un hotel en una subasta y se proponen repararlo y ponerlo en servicio. Entre sus primeros clientes llega un grupo de chiquillos a una competición de genios y a la vez, unos criminales que escondieron un botín de diamantes en el hotel antes de acabar en chirona. Queda poco más que decir.

Que gandulismo que hay en el cine español, en el que todas las comedias las quieren resolver metiendo puñados de niños haciendo gilipolleces. Esta es otra más de esas pelis corales con un montón de chiquillos corriendo, gritando y resolviendo la papeleta a los adultos. Tanto José Mota, Pepe Viyuela como Paz Padilla interpretan sus papeles de cómicos, no aportan nada que no hayamos visto anteriormente, básicamente no actúan, hacen de famosos humoristas en una peli. En el tramo final de la peli, los chiquillos montan un invento que permite levitar y tenemos la mega-escena chorra con todo el mundo flotando en el hotel. La directora y guionista debe ser estúpida si cree que lo que escribió era divertido, algunas de las escenas daban vergüenza ajena. En fin, otro pallufo español para olvidar.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos o un sub-intelectual con GafaPasta, huye de cualquier cine en el que la veas en cartelera. Esto es mayormente mediocre y carne de alguna telelevisión dentro de nada.

Seguimos con las películas que fui a ver en Gran Canaria y la segunda resultó ser una comedia de la que por supuesto, jamás supe nada hasta que la vi en la cartelera, compré mi entrada y fui al cine y una vez allí descubro que la mielda de programa que tienen en el aipá ese cine, en lugar de ponerme en la película que yo quería ver, me puso en otra que comenzaba a esa misma hora, algo que al parecer sucede con frecuencia porque los empleados que venden las cotufas lo solucionaron sin dudar, con lo que se ve que están acostumbrados a estas cagadas. La película se titula Mari(dos) y seguramente seguirá en cartelera.

Dos julays descubren que se chingan a la misma guarrindonga.

Resulta que un pavo va a una estación de esquí en la que al parecer está su hembra, que está hospitalizada después de un alud. En el camino recoge a un pavo al que se le rompió el carro y cuando llegan al hospital descubren que ambos están casados con la misma hembra, que la pava tiene dos familias separadas y se los está chingando a ambos. Mientras ella permanece en coma, ellos se enfrentarán a la noticia y tendrán que convivir juntos y finalmente, hasta con los hijos de ambos matrimonios, con muchas situaciones absurdas por esta mezcla tan rara.

Tenemos en principio una comedia pero acabó resultando muy flojita y en la que tiraban demasiado de los niños para que funcione, ya que en ningún momento el guion provoca carcajadas. Se pasan de buenistas y eso se nota, que la culpa no puede ser de Paco León que ha demostrado una y otra vez que se mueve en el entorno cómico perfectamente y Ernesto Alteiro es otro actor buenísimo y sin embargo, ambos parecen huérfanos de inspiración en una historia que es más bien un telefilm, con una directora que no supo navegar las aguas y que pretende que no juzguemos ni condenemos a una pava que se ha casado dos veces, con dos tipos distintos. Eso es lo que no funciona, puedes poner a la pava en coma, pero sigue siendo culpable y para cuando la sacan del coma, como que no saben que hacer con ella y se la quieren quitar de encima rápidamente. Esto lo hacen hace diez años, cuando aún se podía decir de todo en el cine y habría sido un descojono total, pero ahora acabó ahogándose en su propia ñoñería y aburriendo al populacho.

Dudo mucho que atraiga multitudes de miembros del Clan de los Orcos al cine y ciertamente, ni un sub-intelectual con GafaPasta irá a verla. Esto seguro que lo ponen en la tele en dos lunas y ese es su entorno natural.