Lo malo de las películas en las que la informática juegan algún tipo de papel principal es que por lo general se mueven en un terreno que conozco y por tanto las volatadas que se inventan un puñado de guionistas con mucha fantasía pueden llegar a desconectarme de la historia. Supongo que a médicos, abogados, bomberos o policías les sucederá lo mismo cuando ven películas que tratan esos temas. Aún así, no deja de ir a verlas ya que estimulan mi curiosidad. El último de estos experimentos mezcla los crímenes, Internet, un cuerpo de investigación super-mega especial y todo ello bien revuelto se llama Untraceable o Rastro oculto que es el nombre que ha recibido en España.
A una julay le graban el potorro y se lo ponen en el llutuve
Una agente especial del FBI super empollona y mega cualificada para buscar porno y cosillas por el estilo en Internet comienza a investigar un caso de un colega que mata gente según las visitas que recibe su página Web. Según se corre la voz las muertes se producen más y más rápidos ya que hay mucho morbo por ver sufrir y padecer. Los agentes trabajarán contra reloj para conseguirlo. Por desgracia toda su inteligencia parece servirles de bien poco porque el colega es capaz de ocultar la ubicación de su servidor y no hay manera de atraparlo.
Estas películas siempre se basan en la velocidad para contar la historia. Saben que si el ritmo decrece, te puedes replantear algunas cosillas y se va todo al traste. Aquí lo consiguen de sobra, hay mucho dinamismo y pese a las tremendas boberías informáticas que ponen, resulta muy entretenida y vamos saltando de muerte a muerte sin parar. Por momentos me recordó a las películas de la serie Saw, aunque aquí son los espectadores los que matan a la víctima y por eso siempre muere, porque nuestro morbo nos puede. No hay que pensar mucho en esta peli una vez acaba porque si no empezaréis a dudar de algunas cosas. El hilo que engancha a todas las víctimas es muy fino y se puede romper si lo tensamos así que mejor dejarlo estar. Lo cierto es que entretiene, sirve para recordarnos lo miserables que somos todos y como nos va la carroña y las muertes son espectaculares.
Anima a tus amigotes y llévatelos al cine. A esta puedes ir con los descerebrados, la piba e incluso con los de gafapasta que se las dan de intelectuales porque una vez leyeron un libro de Tolkien.