El cine norteamericano es extremadamente competitivo y penaliza a las grandes actrices después de que han superado los treinta y cinco años. Con los actores da igual, pueden parecer lagartos arrugados y siguen ofreciéndoles papeles de jóvenes galanes que se pulen a la chabala quinceañera pero ellas cruzan la línea marcada y desaparecen calladamente de las salas y solo las volvemos a ver de cuando en cuando. Es muy injusto porque una actriz es algo más que un chasis. Entre los pequeños milagros que suceden de cuando en cuando, tenemos Away from Her, una película que en España se ha llamado Lejos de ella y que si aún no habéis visto, estáis tardando en ir al cine.
A un julay le crecen los cuernos
Una mujer a la que han diagnosticado Alzeimer decide entrar en una clínica para esta última etapa de su vida. Su marido no está muy conforme, pero consiente y se tendrá que acostumbrar a esta nueva vida sin ella. Durante el primer mes de su estancia en el hospital no le permiten visitarla y cuando lo hace descubre que ella lo ha olvidado y reemplazado por otro enfermo. El hombre hará de tripas corazón y seguirá acudiendo día tras día y observará como su mujer se va apagando lentamente sin que él pueda hacer nada.
Pese a ser un drama, es una poderosa historia de amor, de fidelidad, de cariño por alguien con quien has compartido los mejores años de tu vida y a quien te niegas a dejar ir. Hay una gran elegancia en la forma en la que nos presentan a los protagonistas y en como averiguamos el problema de ella así como sus intenciones. No hay llantos, no hay gritos y pataleo, solo la aceptación del ciclo de la vida y la forma en la que ella afronta su destino. Por supuesto el papel lo hace una exquisita Julie Christie
que nos pone al borde de las lágrimas en más de una ocasión y en otros momentos es Olympia Dukakis la que nos da lecciones. Entre ambas vivimos ambos lados de la historia, el de los enfermos y el de sus familiares y descendemos juntos por esa escalera que no conduce al paraíso.
No es una película facilona porque no cuenta una de esas historias tontas con las que nos bombardean habitualmente.Es de ese cine que consigue conmovernos y con el que nos identificamos. Elige muy bien a las personas que vayan contigo al cine porque saldréis en silencio y sin muchas ganas de hablar.
