Distorsiones

Dudé un montón antes de ir a ver Bridge to Terabithia porque el título de la película me producía una sensación de desazón. En España la han traducido como Un puente hacia Terabithia.

Las cabras siempre tiran pa’l monte y en ocasiones con ilusión y fantasía.

En base al cartel de la película y al trailer pensé que lo que iba a ver era otra cosa. Imaginaba que después de quince minutos se abriría un agujero en el tejido del espacio-tiempo o se le cambaría la peluca al Altísimo o alguna otra cosa por el estilo y la pantalla se llenaría de mariconas elfas, retardados orcos y asquerosos hobbits. Me equivoqué. En realidad no pasó nada de esto y la película tiró por un camino inesperado. Resultó ser la historia de la amistad de una niña y un niño que al salir de clase siempre van a un bosque en el que imaginan que hay otro mundo pero toda esa historia de fantasía es literalmente barrida por la fuerza y la belleza de la trama que narra la amistad entre ambos, la forma en la que van descubriendo el mundo y como se apoyan en los momentos duros. No hay muchas películas de este estilo, no abundan las historias que se fundamenten en la inocencia, en el despertar a un mundo cruel y duro, en la visión sencilla de las cosas. Tampoco estamos acostumbrados a un cine en el que no pasa gran cosa, en el que te puedes dejar llevar y recordar momentos de tu infancia, películas que vistes hace tiempo y que te marcaron para siempre.

Esta es una visión positiva del mundo, un camino hacia la esperanza, la pasión y la amistad verdadera. Alguna vez fuiste un chiquillo que creía en todas esas cosas, que no se preocupaba en demasía por su futuro y los grandes problemas que había que resolver estaban en el presente, un chiquillo que miraba arrebolado a esa profesora que para ti era lo más bello y perfecto del mundo. La niña tiene un carácter fuerte y agresivo que se complementa perfectamente con el del niño, más suave y tímido. Ambos son ninguneados en la escuela y para ellos eso supone un gran problema que no saben como resolver. En su reino, en Terabithia, son rey y reina y allí las cosas funcionan como deberían.

No estoy muy seguro de que sea una película para niños y definitivamente no es el tipo de cine que los descerebrados pueden apreciar. Regálate un viaje de vuelta a la niñez y disfruta con una gran historia.

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Estaba tan feliz y dichoso en mis vacaciones canarias y uno de los días se me ocurrió hacerme una sesión doble y como el cartel de esta película la hacía parecer de miedo, me metí en la sala sin tener ni puta idea de lo que me iba a encontrar. La película se llama Captivity y en España por algún desconocido motivo la llamaron Captivity (Cautivos).

Una chichona calientapollas se va de vacaciones a un sótano

Estas cosas solo me pasan a mí. Casi me duermo viendo la película. Era como un telefilm de Antena 3 para domingo por la tarde, el tipo de película que uno se pone a ver tumbado en el sofá y con la barriga inflada como un globo para quedarse transpuesto rápidamente y hacer una buena digestión.

No hay nada bueno que se pueda destacar. El tema está muy manido, ningún toque original en la forma en la que contaron la película, creo que desde el segundo minuto ya sabía como iba a acabar y todas las polladas en la casa en la que estaban prisioneros daban pena de lo malas que eran. Ni siquiera la escena de la follada fue como para alzar una ceja. La palabra que define esta película es mediocre y lo mejor que puedes hacer es evitarla como la peste.

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Resulta siempre un misterio lo de las fechas de los estrenos de las películas. A veces la diferencia entre países europeos es de meses y eso es lo que va a suceder con Hot Fuzz que parece que no llegará a España hasta Septiembre y tendrá el horrible título de Arma Fatal. Un momento de silencio para maldecir a esos cabrones que cambian los títulos de las películas al doblarlas a otros idiomas.

Un julay chiflado se muda al campo y asesina a medio pueblo porque no hay adsl

Esta era una de esas películas que esperaba como agua de mayo. Una comedia británica creada por uno de los equipos más solventes que hay en ese país. Trata de un policía al que destinan a un villorrio porque es demasiado bueno y pone en evidencia al resto de gandules que trabajan en la comisaría. Cuando llega a su nuevo destino descubrirá que no es oro todo lo que reluce y tendrá que mover cielo y tierra para conseguir que le crean. Hará buenas migas con un desecho de policía que vive feliz allí sin aspirar a más nada y para el que la ley es un concepto desconocido.

Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien en una película y que no me reía tan a gusto. No es la típica comedia norteamericana con guión para descerebrados que busca la risa fácil, hay un guión muy elaborado y una situación que por extrema e increíble resulta divertida. Todo un pueblo desquiciado observa al nuevo policía y desmontan todas sus teorías racionales sobre los frecuentes accidentes que suceden allí y tratan de convencerlo que son producto de casualidades absurdas. El hombre se volverá prácticamente loco con las cosas que le dicen y que para todo el mundo parecen normales.

El peso de la película recae sobre Simon Pegg, uno de esos actores británicos que son capaces de dar miedo y arrancarte una sonrisa en la misma escena. El hombre borda su papel y hace que la película sea un auténtico gustazo.

No puedo contar mucho de la historia porque la estropearía pero os sugiero que apuntéis esta para que cuando llegue dentro de unos meses no se os pase porque merece la pena. Es perfecta para una tarde con los amigos en el cine y para esos días en los que quieres ver algo ligero y bien hecho.

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