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  • Baterías, portátiles y otras sandeces

    11 de diciembre de 2005

    Mi portátil HP Compaq nc6000 tiene una batería que es una mierda. Lo arrancas y te da dos horas antes de morirse. Para solucionar el problema lo que hago es irme a los servicios de Windows y pararlos todos (al menos todos los que me permite el sistema) y después me paso por el administrador de tareas y mato procesos a diestro y siniestro. Tras un par de minutos tengo un sistema ejecutándose en menos de cien megas de memoria y una batería que me durará un poco más de tres horas y media.

    Algún amigo me dirá que tengo que optimizar mi PC (pimp my PC) pero eso no es posible cuando tu máquina está sometida a la tiranía de un dominio bastante restrictivo y en donde los administradores de red hacen y deshacen a gusto, que por algo pertenece a la empresa.

    Yo siempre pensé que esto era normal y natural y que así es la vida y a joderse tocan, pero tras llegar a mi casa el hijo pródigo, mi Apple iBook con sus seis horas de batería sin hacer prácticamente nada veo que no, que la culpa es de los que fabrican hardware y software para el imperio maligno.

    Estos días que paso en Sudáfrica separado de Internet y de mi adorado portátil lo añoro más que nunca. Una vez te acostumbras a un sistema amigable y servicial lo demás te parece una mierda.

    Volviendo a mi portátil laboral (o al ordenador de sobremesa de mi casa, que está configurado de la misma forma), yo siempre pensé que era la única persona en el universo universal que colocaba la barra de tareas de Windows en la parte superior de la pantalla, pero mi amigo Kike también lo tiene igual. Hace años que está en esa zona de la pantalla. Normalmente leo de izquierda a derecha y de arriba abajo así que desde el punto de vista de un usuario, me parece más normal el colocarla en una posición superior, sobre cualquier otra cosa que esté en la pantalla. En mi trabajo además uso un segundo monitor que está situado sobre el portátil y de esa forma la barra separa ambas zonas y está a medio camino de ambas.

    Un par de días después de que escribí esto al portátil le dio un jamacullo y quedó inservible durante los dos últimos días. Por suerte logré recuperarlo usando el maravilloso Mini PE

    Y ya que estamos de confidencias sucias, hasta ayer tenía como fondo de escritorio una foto que tomé en el interior del viejo palacio real de Praga en la que se veía la sala de justas desde un extremo con una pareja tonteando en el centro y tres viejos noveleriando en un lado. Particularmente me encanta esa foto (creo que está en el álbum de Praga que podéis encontrar en el menú lateral). Mi nuevo fondo de escritorio es un grupo de jirafas comiendo y descansando en la sabana (o lo que quiera que sea esto). ¿cuál es el fondo de escritorio de vuestros equipos?

  • Tulipan Priscila en el club de las 500

    11 de diciembre de 2005
    Tulipan Flair

    Tulipan Flair, originally uploaded by sulaco_rm.

    El tulipán Priscila ha superado las quinientas visitas en flickr y por lo tanto ha entrado en el club de las 500+. Lo celebramos volviendo a disfrutar una vez más de sus hermosos colores y recordando con añoro aquellos tiempos en los que la Gran Priscila mantenía una bitácora.

  • 4. Es un mundo lleno de zulúes

    10 de diciembre de 2005

    memorias de sudáfrica 2005

    Has llegado hasta aquí tras teletransportarte por conexiones cibernéticas y he de advertirte que como todas las cosas en esta vida, esta historia tiene un comienzo llamado Memorias de Sudáfrica. Camino al fin del mundo y si quieres seguir el orden correcto después tendrás que leer Por fin en uMhlathuze y Mi vida en uMhlathuze.

    Comencé el día tempranísimo, como suele ser habitual por estas tierras. Esta gente comienza a trabajar a las siete y acaban temprano. Lo mismo sucede con centros comerciales y demás. Es increíble. Tras uno de esos desayunos copiosos que nos prepara la dueña del lugar en el que nos hospedamos nos fuimos a visitar a otro cliente que también está teniendo problemas con nuestras aplicaciones, en este caso se trata del mismísimo ayuntamiento. Mi leyenda me precede y ya sabían de mi llegada, de mi encanto natural y de mi divina mano que todo lo cura. Me recibieron mejor que los españoles a Mr. Marshall que a este pobre le dimos una bienvenida tan folclórica y rastrera que salió por patas sin bajarse del coche.

    Me di un paseo por allí, estreché manos y calmé los ánimos. En realidad no hice nada por arreglar la cosa pero el saber que estoy aquí parece que los sosiega. Más tarde teníamos una reunión en la oficina del otro cliente y corrimos para no llegar tarde aunque al final no fue necesario. En esos momentos parecía que tendríamos que trabajar el fin de semana haciendo actualizaciones del software de las centrales telefónicas, tarea tediosa y que consume tiempo. Es algo sin mucho glamour y con momentos de alta tensión cuando no podemos recuperar alguno de los nodos remotos y la gente se pone nerviosa. En el ayuntamiento nos dieron permiso para hacerlo el domingo ya que el sábado esperaban que fuera un día problemático con mucha gente borracha, dando tiros y demás por ser primero de mes y porque el populacho a esas alturas aún tiene guita en los bolsillos. En el otro sitio queríamos hacer nuestra magia el sábado, lo cual me dejaba sin posibilidad alguna de ir de safari o similar, algo que me encabronaba bastante.

    A lo largo del día se vio que no nos concedían el permiso y nos ocupamos en preparar nuestro safari del día siguiente en Hluhluwe Imfolozi Park, una enorme reserva natural en la que se pueden ver los CINCO GRANDES, que para aquellos incultos como yo que no lo sepan son elefantes, rinocerontes, leones, leopardos y búfalos. La única que no se tomó muy bien la noticia fue mi madre cuando se lo conté por teléfono y más sabiendo que la cruz que llevo siempre al pecho está siendo reparada en Gran Canaria y no tendré protección adicional del Dios de todos los católicos.

    Nos marchamos del trabajo temprano y nos fuimos a un bar en el muelle. La temperatura era perfecta y aquello estaba lleno de chochas al sol, todas blanquísimas y tomando cervecillas sudafricanas. Ya he probado varias marcas y me quedo con Hansa. Está muy buena. Mirando hacia la bahía, con la brisa del fondo del agua del mar besando nuestras caras y un paisaje de esos que quita el aliento pasamos la tarde. Por la noche fuimos a cenar a una pizzería en ese mismo lugar ya que después de las animaladas de los días anteriores nos apetecía algo más ligero.

    Ese día nos acostamos temprano porque para ir de safari había que madrugar bastante.

    Si quieres seguir con la lectura de este relato, salta a Hluhluwe Imfolozi Park

  • 3. Mi vida en uMhlathuze

    9 de diciembre de 2005

    memorias de sudáfrica 2005

    Cruzas velozmente los océanos cibernéticos y sin saber como ni por qué te has detenido en esta modesta morada. Antes de seguir leyendo esta historia, te exhorto a que retrocedas a su comienzo, llamado Memorias de Sudáfrica. Camino al fin del mundo y después tendrás que leer Por fin en uMhlathuze.

    Me desperté por la noche, cerca de las cinco de la mañana abrasado de calor y por los gritos de un puto pájaro. Arranqué el aire acondicionado y me acosté a dormir y parece que no fue una buena idea. Me levanté y fuera ya había luz. Abrí la ventana y volví a acostarme pero los malditos pájaros no me dejaban dormir. Ellos y los mosquitos del tamaño de colibríes que entraban por la ventana, que de lo grandes que eran me daba miedo matarlos. Entre sueños y despertares llegué a la hora de levantarse, me duché y me fui a desayunar. Aún no eran las siete y todo el mundo estaba comiendo. Fue sentarme y me plantaron un plato con dos huevos revueltos, panceta, salchicha y no se que más que me dejó cambado. Aún con los sentidos amodorrados me pusieron en las manos una bolsa con mi almuerzo y me mandaron al trabajo. Me pasé el día con las chicas de la recepción, las cuales me dijeron que son zulúes. Yo ya me veía como tarzán saltando de liana en liana y dando grititos. Mi inconmensurable don de gentes hizo acto de presencia y antes de que pasara el día terminamos en un cursillo acelerado de zulú para chimpunes que voy a compartir con vosotros mis queridos y adorados lectores.

    Cuando uno anda por la selva y se encuentra con uno de estos zulúes lo primero que tiene que hacer es saludar, el típico hola que en su idioma se escribe como sawubona y se pronuncia como saubona. Si la cosa va bien el interferido os responderá con un yebo, que se pronuncia igual que se escribe. Esta gente es muy amigable y tenemos que intimar un poco así que la siguiente pregunta es un ¿cómo estás? o más concretamente unjani, palabra que podéis pronunciar como unyani. El señor al que estáis hablando, si aún no ha decidido acabar con vosotros responderá Ngiyaphila o eso que para nosotros sería como estoy bien aunque lo pronunciaríamos como guiyapiiiila. Finalmente antes de tentar más a nuestra suerte lo mejor es despedirse. El tipo que nos perdona la vida nos dirá Hamba kahle lo cual sería algo como que te vaya bonito o vaya usted con Dios y que pronunciaría como jamba kassssssshhhhle. Nosotros sonreiremos y responderemos Sala kahle o Quédese usted con Dios y cuya correcta pronunciación sería sala kasssssssshhhhle. Estas nociones deberían sernos más que suficientes para sobrevivir en estas tierras. El que los zulúes anden enseñándome la lengua ha impresionado a los blancos ya que no suele ser lo habitual. Obviamente no se han podido resistir al conocidísimo efecto sulaco.

    Entre las cosillas que me han dicho es que la principal causa de muerte en este país es el Sida y la segunda los hipopótamos. Yo pensaba que bromeaban hasta que vi uno por la carretera. Joder, esos bichos son como coches de grandes. No tenía la cámara conmigo porque no la puedo entrar en el lugar en el que trabajo. Espero poder hacer alguna foto. Además de hipopótamos en esta zona hay mucho cocodrilo, alimañas que sienten cierta predilección por nuestra carne.

    Hoy (Es primero de diciembre) se celebraba el día mundial del Sida, enfermedad de la que son portadoras el veinte por ciento de las mujeres de este país y el once por ciento de los hombres. Hay muchos avisos por todos lados indicando que se folla con condones y que la leche mejor no tragársela que indigesta. La cosa está tan mal que hay leyes que impiden a las empresas discriminar a los zeropositivos e impiden que se puedan realizar análisis durante la selección de empleados. Una vez has conseguido el puesto sueltas la bomba y a joderse. Para festejar este día en la empresa se dedicaron a poner una película a los empleados. Por cosas de la vida solo se organizaron pases para los empleados negros ya que los blancos son más inmunes a la enfermedad o eso parece. Todo muy hipócrita.

    La chica que me enseñó algo de Zulú estaba contentísima porque la habían invitado a uno de los pases de la película. Para ella era como ir al cine. Me causó tal impresión que le regalé mi bolsa de caramelos Fisherman Friends lo cual ha cimentado mi reputación entre la comunidad zulú como bienhechor y amigable.

    Alguien me explicó que en este país existen programas para promover el ascenso de los negros en las empresas y que hoy por hoy si quieres ganar un concurso público tienes que tener una empresa del tipo black empowered o con negros que apechugan. De no ser así ya puedes decirle adiós al sector público. Eso explica la división de la sociedad que estoy viendo que consta de blancos seguidos de negros educados y afines al poder y finalmente de los descastados, que son despreciados por todos y particularmente por los otros negros.

    Tras el trabajo nos fuimos a cenar a un restaurante en el muelle. Me pedí un pollo al peri-peri y me trajeron un pollo entero con lo que casi me muero comiendo toda esa carne. El bicho era como un pavo de grande. Después de comer volvimos a nuestro hotel-residencia por una carretera que está llena de carteles avisando que hay que tener cuidado con los monos, los cuales tuve ocasión de ver. Hay que cerrar las ventanas porque los bichillos como que son agresivos. De hecho, por allí no caminan ni los negros que siempre se les ve andando por todos lados.

    Una vez más querido lector se cierra un episodio y es el momento de saltar al siguiente. Para continuar con la lectura de esta aventura tendrás que saltar a Es un mundo lleno de zulúes

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