Después de la receta del otro día, me apetece seguir poniendo las cosas que cocino habitualmente, por no mencionar lo cómodo que es hacer la foto y después escribir sobre lo fácil que es cocinar.
Hoy nos adentramos en el irresistible mundo de los calamares rellenos, una de mis recetas favoritas de todos los tiempos. Esto es algo que pasa por mi mesa con cierta asiduidad. Al principio, cuando llegué a estas tierras nórdicas, me temía que no podría cocinarlos, pero al final pude encontrar los ingredientes y ahora forman parte de mi dieta.
Lo más importante es conseguir los calamares adecuados. Olvidaros de esos enormes que ya vienen limpios. No sirven para esta comida. El calamar ha de ser pequeño. Se suelen vender en cajas con un kilo de los mismos, que hay que limpiar antes de poder cocinar. La fase de limpiado toma algo de tiempo. Hay que sacarles el contenido, cortar los tentáculos (o los rejos, como os guste más llamarlos), quitar la fina capa de piel que los cubre, limpar las aletas para aprovecharlas e ir guardando todo esto. Mi experiencia me dice que medio kilo dan para entre tres o cuatro personas y yo los sirvo acompañados de arroz blanco.
Los ingredientes: Medio kilo de calamares ya limpios (unos doce calamares pequeños), 3 huevos, 1 pimiento rojo, 400 gramos de puré de tomate, 1 cebolla, perejil, aceite, harina, azúcar y palillos de dientes.
La implementación: Como ya dije, lo primero es limpiar los calamares extrayendo todo de su interior y reservando los tentáculos y las aletas. Sofreír en una sartén con aceite la cebolla picada fina, con el pimiento y el perejil. Cuando comienza a ablandarse, añadir los rejos y las aletas del calamar y continuar la fritura a fuego suave. Al mismo tiempo que se hace la fritura se pueden hervir los huevos. Cuando está todo hecho, picar los huevos, mezclarlos con el resto y rellenar los calamares con esta mezcla, cerrándolos con un palillo de dientes. Esta parte toma algo de tiempo y sólo con práctica se hace rápido. Hay gente que usa una cuchara para ayudarse a rellenar los calamares, pero yo prefiero cogerlos con las manos e ir embutiendo el relleno poco a poco.
Una vez los tenéis rellenos, pasarlos por harina y ponerlos en una bandeja. Precalentar el horno a 180 grados. Cuando los calamares estén en la bandeja, cubrirlos con el puré de tomate, al que se le puede añadir una cucharada de azúcar para suavizarlo y también las sobras del relleno. Se pone la bandeja al horno y se deja unos treinta y cinco minutos. Se sirven acompañados de arroz blanco.
Es una receta realmente sencilla y que siempre gusta. Inicialmente la foto que adornaba esta anotación era esta:
Si quieres ver otras recetas que he cocinado puedes ir al índice de Mi pequeño libro de recetas de cocina y allí tienes la lista completa