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  • ¿Cómo puede ser que Piolín con ese enorme cabezón que Dios le ha dado mantenga el equilibrio?

    24 de enero de 2005

    Y como es habitual los lunes, llega la nueva pregunta de la semana. Sobre la pregunta anterior, ¿Por qué Walt Disney creó los personajes que creó? ha quedado claro que la mayoría cree que es un trauma que arrastraba desde su niñez, ya que el pobre lo que quería tener era un lindo perrito y los retorcidos de sus padres, tras hacerlo esperar cinco años, le endiñaron un hamster, animal inútil donde los haya.

    Centrándonos en la nueva pregunta, cortesía de Kike, saltamos del mundo Disney a las Looney Tunes y esta semana aclararemos uno de sus grandes enigmas: ¿Cómo puede ser que Piolín con ese enorme cabezón que Dios le ha dado mantenga el equilibrio?

    Y antes de acabar, me gustaría que sugirieran nuevas preguntas para futuras encuestas así como posibles respuestas en los comentarios para la que debería ser la encuesta de la semana que viene: ¿ Por qué Pluto que es un perro no habla y es idiota y Mickey que es un ratón habla y es intelectual?

  • Teatro del dolor

    22 de enero de 2005
    Teatro del dolor

    Miró las llamas comerse la foto. Así acababa todo. Sin embargo, quemando las fotos no obtuvo la satisfacción deseada. Un huracán barrió sus recuerdos y lo lanzó de nuevo a revivir los momentos de felicidad, los momentos que esa foto representaba. Eran otros tiempos. Todos eran felices, eran jóvenes y no se preocupaban, no eran conscientes de que mientras estaban allí, en aquella fiesta, posando para la foto, avanzaba el tiempo, que la vida es sólo una charada.

    Vivió de nuevo aquel momento, se encontró de nuevo con sus amigos, bebiendo, en una de esas fiestas de sábado a las que solía acudir y en las que siempre representaba su papel, ahora lo sabía, ese gran papel en el que como siempre estaba muy bien. Que gran actor de tragicomedia que fue siempre. Si entonces hubiera sabido lo que ahora conocía, que mal final de un gran guión podría haber evitado. Todo habría sido distinto. Ella no lo habría dejado, su amor no habría ardido igual que ahora ardía la foto. Lo peor que le puede pasar a uno es vivir el futuro. Sobre todo cuando este no es como lo habíamos soñado. Añoramos el pasado, queremos revivirlo para cambiar cosas y evitar lo inevitable. No nos damos cuenta de que por mucho que cambiemos, seguiremos tomando absurdas decisiones que nos llevarán a donde no queremos ir.

    Su corazón roto se negaba a reconocer lo inevitable. Que la función había acabado, que después de que se apaga la ovación final, sólo queda la soledad. Eso es lo único que tenía ahora. Ella se había ido, sus amigos, los mismos que juraron estar siempre con él, también se marcharon y lo dejaron, siguieron con sus vidas, sin mirar atrás. El telón había caído. Ahora sólo sentía su decepción y humillación y pensaba que no podía llegar más bajo. La vida enseña sus lecciones a palos y cuando crees que ya has tocado fondo, te muestra fosas insondables y te lanza a ellas. El mundo es un escenario donde todo empieza y acaba, y no somos más que marionetas que corren por el sin poder controlar sus vidas.

    Confiaba en que el fuego que ahora consumía sus recuerdos lo purificara, le abriera las puertas de una nueva obra, con nuevos actores. Nuevas esperanzas e ilusiones. Esta vez haría lo imposible para que todo saliera bien. No se podía permitir más errores. Estaba cansado de llegar al final de la función, de ver como todos abandonaban el teatro dejándolo atrás. Quería marcharse con ellos, ser uno más, formar parte del público. Maldijo su suerte y allí mismo, frente a las llamas, juró que no volvería a cometer errores.

    Su gran amor debía seguir ahí fuera, esperando, sin saber que sus vidas estaban destinadas a encontrarse. Tenía que seguir buscando y tenía que hacerlo mejor. Esta no era la primera vez que lo quemaba todo, aunque siempre esperaba que fuese la última. Siempre deseaba hasta las lágrimas el poder dejar este teatro del dolor en el que le había tocado vivir. Ansiaba lo que la vida siempre le había negado: ser una persona normal. Ser un gran actor no le había valido de nada, no le había traído la felicidad, ni el amor, ni todo aquello por lo que lloraba. El dinero, la fama, no sirven si al llegar la noche no hay alguien a quien amar, alguien que te espere y te de la bienvenida al entrar en el hogar.

    A lo lejos sonaban unas campanadas que anunciaban algo, algún oscuro presagio, quizás más dolor. Su sonido llegó flotando por el aire y lo despertó de su ensimismamiento. Miró la caja y entre lágrimas cogió otra foto y la echó al fuego.

    … que mal final de un mal guión
    que absurda decisión
    por eso aquí se acaba la función.

    Para leer más historias de esta serie, haced clic en este enlace.

  • National Treasure – La búsqueda

    22 de enero de 2005

    A veces hay películas de las que la gente habla con opiniones extremadamente contrapuestas. Unos la adoran y otros la odian profundamente. National Treasure, conocida en España como La Búsqueda, es una de esas películas. Algunos de mis amigos me habían comentado que era lo peor de lo peor y otros sin embargo habían salido del cine encantados. Lo mejor en estos casos es echarle huevos, ver la peli y luego opinar. Y eso hice.

    National Treasure no es más que una película de aventuras, muy al estilo de las que se hacían en los ochenta. Tenemos chavalote super-anormal que siempre está en todos los fregados, tenemos a la chica guapa y metomentodo, tenemos a los malos malísimos y los llevamos de un escenario a otro continuamente para que sufran mucho antes de llegar al final. No hay más. Y tampoco hace falta. Si os gustan las películas del estilo de Indiana Jones, entonces sabéis de lo que hablo.

    El director, un tal John Turteltaub que no había hecho nada muy conocido hasta ahora, navega por el mar de tópicos de películas de aventuras y llega a buen puerto. En su barco lleva como bandera a Nicholas Cage, que tiene la edad justa para no estar demasiado lejos de las adolescentes ni demasiado cerca de las menopaúsicas. Este hombre lleva dando el callo más de veinte años en el cine, aunque para mí su mejor papel fue en Arizona Baby, fantástica película de los hermanos Coen. Volviendo al tema, aquí no lo hace nada mal. Se pasa casi dos horas corriendo, sudando, esquivando, pensando, deduciendo y en definitiva, haciendo lo que todo héroe de este tipo de cine suele hacer. Por supuesto no está solo. Siempre tiene que haber una hembra a su lado, una hembra con la que pueda retozar y pelearse tanto como sea necesario. La susodicha es Diane Kruger, a quien los que tuvieron la mala suerte de ver esa mierda de película llamada Troya, quizás logren recordar, si consiguieron mantenerse dentro de la sala durante toda la proyección.

    En definitiva, cine de aventuras, cine de palomitas y jolgorio y cine al que se puede ir con la chocha o con los amigos, ya que es el tipo de evento insubstancial y vulgar que puede gustar a ambos grupos. Si habéis superado la edad del pavo y estáis en la fase del cine de autor, entonces quizás deberías absteneros.
    gallifante gallifante gallifante

  • Yo no estaré allí

    21 de enero de 2005

    La gran fiesta
    Hoy es el gran día. Aquellos que entran de una forma regular recordarán que a principios de Diciembre hablé de la madre de todas las fiestas, un superevento organizado por un comité fantasma creado en la empresa en la que trabajo y que casualmente se celebra hoy. Como ya conté entonces, decidí no acudir a dicho acto social. De las cerca de cuatrocientas personas que trabajamos en Hilversum, yo fui la única a la que aparentemente no le ha importado decirlo alto y claro. Los otros, mis hipócritas compañeros, han criticado hasta la saciedad pero al final muchos de ellos han ido, que ya se sabe que el perro vuelve siempre a comer de la mano del amo. Hubo un grupo que trató de zafarse, rechazando la invitación mediante correo electrónico, pero fueron debidamente convencidos y al final estarán allí.
    Después tenemos el grupo de los que dicen que van y luego inventan excusas y no aparecen. En ese grupo se encuentra mi amigo el chino. Hoy llegó a la oficina simulando un dolor de cuello y andando todo el día con la cabeza torcida. Ahora sé que el chino es un pedazo de actor y que debería estar entre las nominaciones a mejor actor principal en los Oscars de este año. El chino ha hecho un esfuerzo sublime por aparentar su enfermedad, aunque a mí no me engaña y al final ha tenido que reconocer lo obvio y evidente: que es todo cuento para tener una excusa. Como el chino, hoy los hemos tenido que han estado todo el día con bufanda, simulando resfriados, otros con jaquecas y los incapaces de actuar optaron por llamar esta mañana y declararse enfermos.
    Finalmente está la gente que desde el principio respondieron afirmativamente y hoy estaban excitadísimos ante la perspectiva de pasar seis horas con comida y bebida gratis en compañía de todo el cuadro de directivos. Sobre estos últimos no sé si sentir lástima o desprecio. Que haya gente que sienta que su vida adquiere un nuevo sentido por poder estar cerca de aquellos a los que les da pánico hablar es algo que nunca comprenderé.

    De alguna manera se ha sabido que yo no acudía, no porque yo lo haya ocultado, sino porque alguien lo ha filtrado. La noticia ha corrido por todos los departamentos. He contado más de veinte personas dejándose caer por mi despacho para preguntarme: «Vienes a la fiesta, ¿no?«. Mi paciencia es finita, así que con los últimos he sido un poco cruel. Mi jefe, que ya se graduó con honores en el master de comprender la mente de un canario en holanda, se abstuvo de abrir esa linda boca, porque sabe que sería un craso error, o lo que el populacho en la Isleta llamaba una cagada de escándalo. A todos los que vinieron y aducían al supuesto atributo de Team Building de dicho acto, les he recordado que el último viernes de cada mes se organiza un «Café» en la cantina y en este no solemos ser más de quince personas, a pesar de que hay «comida» y «bebida» gratuita, y les he remarcado el carácter de Team Building de dichos Cafés. Eso suele bastar para que salgan con el rabo entre las piernas, porque no pueden refutar el argumento. Yo jamás he faltado a uno de esos Cafés y de hecho, los que vamos somos siempre los mismos, incluyendo a mi vicepresidente, al manager general y a todos los pelotas que lo rodean. Así que todos ellos me conocen muy bien y nunca he tenido problema alguno en hablar con ellos y decirles a la cara lo que pienso de su gestión.

    Tengo que admitir que de haber ido, podría haber hecho fotos para poner contenido en la bitácora los próximos dos meses, porque ver ese despliegue de rusas, checas, polacas y ucranianas no tiene desperdicio. Toda la planta de desarrollo, es decir, todos los frikis de los desarrolladores, se han casado a base de comprar esposas por catálogo, como ya expliqué en hembras à la carte. En mi planta los frikis optaron por las camboyanas, vietnamitas, malayas y uno de ellos por esposa colombiana. O sea, un catálogo de película de terror. Sólo conozco dos desarroladores que tengan esposa holandesa y son los únicos normales que hay en ese grupo.

    La estrella de todo este evento, la que pondrá glamour y estilo, la que le dará un toque chic, la que romperá todos los moldes de escayola que le pongan por delante, será mi compañera transexual (aunque el turco y el chino prefieren que use el género masculino por no estar operado/a), que se ha pasado mes y medio buscando el vestido de noche perfecto para la que será su puesta de largo, que ha acudido ayer a la peluquería, que se ha pintado las uñas a juego con su traje, que demostrará a todos los presentes que es una top-woman y que ella, como ninguna, representa el ideal de la mujer del siglo XXI, mujer que viene equipada con un interfaz adicional que le permite metértela doblada, o sin doblar, a poco que te descuides.

    En lugar de eso, pasaré la noche de cacería con mi amigo turco por el pueblo, que con el frío las hembras andan acorraladas dentro de los locales y es más fácil atosigarlas…

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