Al principio no le di importancia. Lo noté en alguna tarde de noviembre. En esos meses tenía clases de neerlandés los lunes, miércoles y viernes por la mañana y me quedaba todos los días trabajando hasta las 19.30, para compensar las horas de clase. A partir de las cuatro y media el edificio se comienza a quedar vacío y es bastante habitual que a partir de las seis me encuentre solo en este complejo de oficinas. Ya conté que arreglaron las luces del camino al aparcamiento de las bicicletas después de que me quejé por lo oscuro que era. Uno de esos días, no recuerdo cuando, fui al baño que está cerca de mi despacho por la tarde. En el centro del baño había un charco enorme de agua, o al menos de algo que parece agua, ya que el suelo es oscuro y no se puede saber a ciencia cierta. No le dí más importancia.
Otro día justo antes de marcharme, voy al baño y de nuevo me encuentro con el charco, similar en tamaño. Un poco mosqueante. Esto despertó mi curiosidad. Al siguiente día fui al baño a las seis de la tarde y no había nada. Volví antes de irme y allí estaba el charquito. Ya esto sí que no era normal. Comencé una investigación exhaustiva y decidí mirar el baño cada cuarto de hora al día siguiente, comenzando a las seis. El primer control dio un resultado negativo, el segundo y el tercero también, pero en el control de las siete menos cuarto ya había charco. No parecía venir de ninguno de los meódromos o de los lavamanos.
En sucesivos días repetí el experimento, centrándome en los minutos entre las seis y media y las siete menos cuarto y comprobé que pasadas las 18.35 el charco aparecía de pronto. Me pilló meando. Aproveché la visita para descargar lastre y cuando me doy la vuelta para lavarme las manos me encuentro el laguito allí. Una cosa rarísima. Se repetía todos los días. En un momento determinado no había nada y al instante siguiente teníamos un charco, siempre con la misma forma y con la misma cantidad de líquido. El misterio me intrigaba bastante pero no le di mucha importancia y seguí a lo mío.
Justo antes de las vacaciones de Navidad se lo comenté a mi jefe. El hombre se quedó callado y por su reacción deduje que pasaba algo malo, pero no me lo quiso decir. Me fui de vacaciones navideñas y al volver me encuentro que están reconstruyendo los baños de mi planta, quitando azulejos y demás y rehaciéndolos desde cero. Nadie me dijo nada y cuando pregunté por la razón no me lo quisieron explicar. Acudí a los primigenios, los que llevan en la empresa desde el principio de los tiempos y cuando les hablo del tema se ponen nerviosos y no quieren decir nada. De hecho me rehuyen cuando me ven. Hay algo que no está bien.
Como no recibo información, he de conjeturar. Creo que allí murió alguien, quizás un suicidio y que el individuo defenestrado sigue retornando al lugar de su deceso una y otra vez. Tuvo que pasar hace bastantes años, porque esos baños son antiguos y nadie recuerda o quiere recordar el evento. Hay un complot judeo-masónico en la empresa para mantener la información oculta. Los que lo saben no abren el pico. Alguna de las limpiadoras debe estar informada, porque por las mañanas a primera hora la mancha no estaba, aunque empiezo a creer que desaparecía por sí misma. El hecho de que yo lo descubriera de alguna forma disparó las alarmas. Han decidido cortar por lo sano. Ahora queda por saber si después de la reforma seguirá apareciendo la mancha. No sé que demonios están haciendo ahí dentro pero van a tardar nueve semanas en total para rehacerlo. Un solo baño. Nueve semanas de obras. Ahí dentro hay algo que no va nada bien …