Ya ha comenzado la votación de los próximos siete días. La pregunta que hay que responder es cortesía de elputoamo, uno de los comentaristas habituales. Cómo es previsible que atraiga las iras de alguno/a que llegue aquí rebotado, por favor insultadlo a él y a mí ni me toquéis, que estoy muy sensible.
Y quien quiera aportar futuras preguntas que buscan sus respuestas, lo puede hacer en los comentarios de esta entrada o en los comentarios de la votación.
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¿Crées que a las mujeres de 30 sin un macho a su lado que las encarrile se les va la olla?
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Continúan las ofrendas
Y llegó otra ofrenda. Hoy era día de consulta y claro, se me acumula la gente en la puerta a pedir y a rogar. Y como ya se sabe que nosotros los santos funcionamos mejor cuando se lubrifica la maquinaria, pues uno de mis favorecidos me ha traído este regalo. Más chocolate. Me voy a encochinar como sigan regalándome el oro negro. Este fue un regalo de un hombre. Se puede ver claramente en la sencillez, la falta de adornos con los que realzar el efecto. Pero bueno, la intención es lo que vale y uno no debe exigir más.
Ahora ya me llaman por teléfono desde otros oficinas de nuestra empresa para que les haga apaños aquí en las oficinas centrales. Por ahora me resisto, porque esto puede disparar mi santerío hasta niveles no controlables y lo mejor es ir creciendo poco a poco. Primero controlar y dominar el terreno local y después la expansión internacional.
Y ya puestos, voy a explicar un poco lo del colega de la foto. Ese negrito que aparece es un Zwarte Piet, un pies negros. Son los asistentes de Sinterklaas, que es como se denomina a San Nicolás en estas tierras.
La tradición holandesa mantiene el 5 de Diciembre como Sinterklaas, el día que el colega trae los regalos a los niños. Como en el resto del mundo, ellos también creen que fueron los descubridores y creadores del mito. Aunque los holandeses han mostrado muchísima más inteligencia que otros y han dotado a su Sinterklaas de detalles más realistas.
En primer lugar, Sinterklaas llega a los Países Bajos unas dos semanas antes, para tener tiempo a recoger las cartas de los niños y poder visitar todas las ciudades y poblachos medianamente grande. Al contrario que los Reyes Magos en España, que por alguna extraña razón hacen cabalgatas a la misma hora el mismo día en todo el país, lo cual facilita que hasta el más tonto se entere del timo, aquí el «único» Sinterklaas se monta una gira por todo el país y nunca aparece en dos sitios a la misma hora. Esto, queridos amigos, es lo que se llama previsión y coherencia.
Además, el Sinterklaas, que no tiene un pelo de tonto, no vive en el polo norte o similares. ¡Ni que fuera gilipollas! Vamos a ver, quien quiere vivir allá arriba, pasando más frío que un tonto. Eso es para panolis y totorotas. Sinterklaas vive en ESPAÑA, concretamente en Andalucía. No viene en trineo tirado por renos voladores (algo que no se cree nadie), sino que llega con Transavia o Martinair, las aerolíneas que vuelan a Málaga desde Amsterdam. Según pasen las fiestas, se vuelve al aeropuerto y coge el avión de vuelta a ESPAÑA, en donde disfrutará los próximos once meses y medio dándose la gran vida. ¡Esto es mucho más chachi que la tradición del polo norte! Tanto la llegada como la partida aparecen en los boletines de noticias de las distintas televisiones, así como en periódicos. En ESPAÑA además, no es conocido y puede mantener una vida normal.
El Sinterklaas tiene una flota de trabajadores, los Zwarte Piet o pies negros (ver la foto). ?l es gerente y no se va a ensuciar las manos. Para eso tiene al negrerío que lo acompaña. Para que le hagan el trabajo sucio y entren en las casas a repartir los regalos. En los últimos años han habido quejas por considerar esta fiesta un poco racista, pero que coño, si esto se ha celebrado así desde siempre, que se vayan a tomar por jauer los pollardones que se quejan.
Así que espero que os haya quedado un poco más clara la cosa.
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Dádivas a San Sulaco
Si lo cuento sin más saltarán los cuatro listillos que siempre comentan por aquí acusándome de mentiroso y trolero. Así que os remito a las pruebas superiores. Mirad la foto. Miradla bien. Admiradla.Es el primer resultado de mis divinas intercesiones como San Sulaco de Hilversum. Una caja con una selección de bombones de chocolate, aunque lo que a mí me ha tocado las fibras insensibles es la figurita de Origami con la que me han adornado la pequeña tarjeta agradeciendo el favor. Ella sabe que a mí me gusta mucho el matar el rato haciendo ese tipo de animalillos de papel. Siempre ha sido un hobby que saca de quicio a mis jefes, porque me encanta practicarlo en esas odiosas e infinitas reuniones que me la traen al fresco. A ver si mis amiguitos aprenden de una vez. Tomad nota, ¿eh? Tomad buena nota. Esto si que es un idioma universal y facilmente ininteligible por un inepto como yo. A ver cuando nos retratamos y me regaláis algo que valga la pena.
El regalo me llegó esta tarde. La mismísima secretaria del Vicepresidente de nuestra división bajó a mi despacho. Mi compañero de oficina, que es más cobarde que Don Gato, salió por patas cuando la vio entrar. Por descontado supuso que me daban el finiquito hoy mismo. Estas mujeres no se mueven por nuestros niveles así como así. Además, es con diferencia la más guapa del edificio. Para los que os regodeáis con este tipo de detalles escabrosos, es de ascendencia asiática (Hong Kong) y está casada. Así que ahorraros los comentarios. Debido al secreto profesional del que disfrutamos todos los Santos, no os contaré en qué intercedí por ella, pero ayer era mi día de consulta y con mis supremos poderes le otorgué lo que quería. Por ser una chica V.I.P. trabajé un poco más de prisa de lo que suele ser habitual y desde ayer mismo vio cumplido su sueño. Hoy lo ha agradecido de esta forma.
No creo que hubieran pasado ni tres minutos desde que se marchó para que empezara la gente a venir a preguntar lo que pasaba. Mi compañero tiene una lengua más venenosa que la de Carlos Pumares, que ya es decir. Por allí se pasaron el director del departamento así como todos los gerentes. Los que no pudieron venir, llamaron. Así que para evitar disgustos a la gente, puse el regalo en un pequeño altar y envié un correo en plan BCC o copia oculta informándoles de que hoy por hoy, si hay uno con la silla segura en la empresa, ese soy yo. Y de paso indicando que a partir de ahora, las intercesiones milagrosas de San Sulaco están gravadas con la voluntad de cada demandante y espero que sea una buena voluntad o no muevo una pestaña.
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Aachen Kerstmarkt
El fin de semana pasado estuve en el mercado de Navidad de Aachen, ciudad fronteriza con los Países Bajos. Cruzábamos los dedos para que nevara, pero no hubo suerte y al final nos tuvimos que conformar con 7 grados y algo de lluvia por la tarde, pero en general estuvo muy bien.Para aquellos que nunca hayan estado en uno de estos mercados, o sea para la mayoría, se organizan por todas las ciudades alemanas y son muy populares. En ellos se pueden comprar infinidad de chucherías y regalillos que suelen tener en común el haber sido hechos a mano. O sea, nada de puestos de gitanos vendiendo juguetes made in China. Sólo cositas en las que un artesano ha invertido un tiempillo y algo de amor para después ponerlas a la venta. También quiere decir que los precios de las cosas que allí se ven suelen dar más de un susto.
Así y todo, merece la pena visitarlos. El de Aachen es uno de los que más solera tienen en este lado de Alemania. Es visitado por un millón y medio de personas en las cuatro semanas que permanece abierto. El domingo, cuando nosotros paseábamos por allí, con el mercado que se caía de la gente que había, se podían escuchar infinidad de idiomas por las calles.
En el paseo me atiborré a salchichas típicas alemanas, escasamente dos, sólo que cada una de ellas medía cincuenta centímetros. O sea, me endiñé un metro de salchicha tan alegremente. Lo acompañé y lo ayudé a bajar con Glüewein, ese vino alemán que se toma caliente y que entra sólo. Encima te lo dan en vasos de casi un cuarto de litro, con lo que al segundo tienes una alegría en el cuerpo increíble.
En uno de los puestos compré mostaza. Este es un concepto nuevo y que seguro que nunca entenderéis, pero os juro que la mostaza artesanal es una de las cosas más deliciosas que existe. Suele venir en unos potitos de barro y dura una eternidad. El anterior bote se me había acabado hace unos meses y esto es algo que no se puede comprar en supermercados y que por alguna razón no se encuentra en Holanda. Vale cara, pero es dinero bien gastado. Mi padre, que dudaba de mi palabra cuando le dije que la probara al venir a visitarme a Holanda, acabó enviciado con ella. La anterior la compré en Amberes y pagué la friolera de veinticinco euros por un bote de 400 ml. Esta vez me ha costado un poco más barata, pero el bote también es más pequeño.
Además de comprar mostaza y atiborrarme a salchicha y vino caliente, disfrutamos visitando iglesias y recorriendo las atestadas calles del mercado navideño. Si vivís por estas tierras o tenéis la oportunidad, visitad uno de esos mercados y no os arrepentiréis.