Si lo cuento sin más saltarán los cuatro listillos que siempre comentan por aquí acusándome de mentiroso y trolero. Así que os remito a las pruebas superiores. Mirad la foto. Miradla bien. Admiradla.
Es el primer resultado de mis divinas intercesiones como San Sulaco de Hilversum. Una caja con una selección de bombones de chocolate, aunque lo que a mí me ha tocado las fibras insensibles es la figurita de Origami con la que me han adornado la pequeña tarjeta agradeciendo el favor. Ella sabe que a mí me gusta mucho el matar el rato haciendo ese tipo de animalillos de papel. Siempre ha sido un hobby que saca de quicio a mis jefes, porque me encanta practicarlo en esas odiosas e infinitas reuniones que me la traen al fresco. A ver si mis amiguitos aprenden de una vez. Tomad nota, ¿eh? Tomad buena nota. Esto si que es un idioma universal y facilmente ininteligible por un inepto como yo. A ver cuando nos retratamos y me regaláis algo que valga la pena.
El regalo me llegó esta tarde. La mismísima secretaria del Vicepresidente de nuestra división bajó a mi despacho. Mi compañero de oficina, que es más cobarde que Don Gato, salió por patas cuando la vio entrar. Por descontado supuso que me daban el finiquito hoy mismo. Estas mujeres no se mueven por nuestros niveles así como así. Además, es con diferencia la más guapa del edificio. Para los que os regodeáis con este tipo de detalles escabrosos, es de ascendencia asiática (Hong Kong) y está casada. Así que ahorraros los comentarios. Debido al secreto profesional del que disfrutamos todos los Santos, no os contaré en qué intercedí por ella, pero ayer era mi día de consulta y con mis supremos poderes le otorgué lo que quería. Por ser una chica V.I.P. trabajé un poco más de prisa de lo que suele ser habitual y desde ayer mismo vio cumplido su sueño. Hoy lo ha agradecido de esta forma.
No creo que hubieran pasado ni tres minutos desde que se marchó para que empezara la gente a venir a preguntar lo que pasaba. Mi compañero tiene una lengua más venenosa que la de Carlos Pumares, que ya es decir. Por allí se pasaron el director del departamento así como todos los gerentes. Los que no pudieron venir, llamaron. Así que para evitar disgustos a la gente, puse el regalo en un pequeño altar y envié un correo en plan BCC o copia oculta informándoles de que hoy por hoy, si hay uno con la silla segura en la empresa, ese soy yo. Y de paso indicando que a partir de ahora, las intercesiones milagrosas de San Sulaco están gravadas con la voluntad de cada demandante y espero que sea una buena voluntad o no muevo una pestaña.
4 respuestas a “Dádivas a San Sulaco”
Acojonantes estos holandeses!! De haber sido aquí muy posiblemente hubieras obtenido unas pues muchas gracias y hala, hasta mañana. Esto no es lo chungo, pues parece lo justo (y mínimo) lo realmente triste es que si San Sulaco no hubiera intercedido con éxito seguro que abundaban los comentarios tipo seguro que ese hijolagrán ha paso totalmente de mí. Pero arrieros somos
Coincido contigo en que el chocolate está bien, pero lo mejor, la tarjeta. Una de las cosas que más me chocó en mis primeras incursiones a tierras bárbaras fue la existencia de tiendas dedicadas casi exclusivamente al género tarjeTIL. Ahora, si además está hecha a mano (como parece)… QUEREMOS FOTO DE LA SECRE!! ¡LaMásMo ha muerto, larga vida a la Secre del Vice!! 🙂
Ni de coña pongo una foto de la mujer esa. ¡Es secreto de profesión!
no seas quien tu ya sabes y traete par de ellos, por cierto mira a ver si le echas un vistazo a la tienda de los cartuchos de n64 y ves algo
quieres una xbox chipeada con hd de 120 y 50dvds ya copiados?
por cierto, enviame ahora mismo un correo y cuentame la historia entera, que algo ahi huele raro 😉