Yo sigo sin entender el complicado sistema este de la pandemia podemita y truscolana en España. En los Países Bajos se han hecho varias leyes y todos tenemos claro lo que hay, sabes en qué situaciones se necesita el código QúeRre, cuándo se usan las mascarillas y cuando no, qué se puede y que no se puede hacer. Aquí, en un bar veo que piden el código QúeRre para entrar o hasta en la terraza y en el que está al lado no lo piden en ningún lugar. En un cine lo piden y en otro no, en diferentes locales de las cadenas esas de comida rápida, en uno solo se entra con el código QúeRre y en otro a un kilómetro no hace falta. En una terraza ves una cantidad ingente de mesas sin distancia ninguna entre comensales y en otras como que lo intentan pero siguen sin saber interpretar la frase de la normativa que dice que la distancia MÍNIMA entre comensales de distintos grupos es de dos metros y cuando reducen el aforo, la cantidad de mesas en el interior permanece inalterada y con todas ocupadas. El otro día paseando por la playa por la mañana miraba dentro de los restaurantes, que se estaban preparando para las actividades del día y flipaba con los interiores petados de mesas preparadas para servir clientes en un momento en el que la normativa dice que en interiores la capacidad creo que está al cincuenta por ciento. Después tenemos que el panoli ese que desgobierna a nivel nacional y que le mola más un vuelo en avión privado que una mamada, ha dicho que las mascarillas en el exterior son obligatorias pero parece que el cincuenta por ciento de la población no recibió la noticia, porque ese es más o menos el porcentaje de gente que está en la calle sin mascarilla y definitivamente, casi ninguno de esos está haciendo deporte. Mención específica para la decisión del gobierno nacional de impedir que se vendan los tests rápidos en cualquier establecimiento y obligar a que se compren en farmacias y con precios fijados por los farmaceúticos. En Holanda se venden en supermercados a precio de coste, en paquetes individuales a 2,99 y en paquetes de cinco a 12,49 y aquí los farmaceúticos dicen que hay poca oferta y sufren los precios según el día y la marea y se están enriqueciendo a costa del resto, por no hablar de las colas tercermundistas en las puertas de las farmacias.
Llevamos VEINTIÚN meses de pandemia y todavía se siguen haciendo las cosas mal.