Que suerte tan grande que tenemos que cuando voy a bucear en Gran Canaria hacemos dos inmersiones, con lo que hay más vídeos para seguir disfrutando del fondo marino del agua del mar de Sardina del Norte, en el municipio de Gáldar. Esta segunda inmersión constará de tres vídeos, siendo este el primero. La música es la canción Girls Just Want To Have Fun de Cyndi Lauper y que es un clásico de toda la vida que cantan hasta los travelos suciolistas, truscolanes y podemitas con sus pollotes bien apretados por sus braguitas de niñas.
Arrancamos con un pez trompeta y un montón de corriente que movía las algas sueltas que estaban en el fondo. Después me acerco a un sargo y seguimos hacia los arenales, aunque creo que en esta inmersión no hubo angelotes. Tenemos un momento selfie y seguimos avanzando en formación. Llegando al segundo minuto pasamos entre rocas, en una especie de cañón pequeño y sigue viéndose que en la hora que estuvimos en la superficie, el mar se picó. Me acerco a un salmonete, que estaba afanado buscando comida en la arena y volvemos a entrar en otra zona de turbulencias por la que estábamos buscando anémonas que supongo que veremos en el próximo vídeo.
Hace un par de semanas, saqué mi contenedor de basura “verde”, la del jardín, para que me lo vaciaran el jueves, como corresponde y lo puse en el lugar adecuado, en el que en total había cuatro contenedores. Esto es una tarea iterativa que repetimos todas las semanas, o casi todas, que en invierno no se curra en el jardín. Ponemos los contenedores en la calle el miércoles a partir de las ocho de la tarde y al día siguiente pasan y los vacían. El jueves, laburando desde mi keli, escuché que estaban ya por la calle y un rato más tarde, fui a recoger mi contenedor vacío y el de mis vecinos y me encuentro que siguen llenos. Regresé a mi keli, seguí laburando y una hora más tarde, tenía que ir a la farmacia y en el regreso, miro y sigue lleno y otra vecina que también lo estaba recogiendo, lo dejó allí. Por la tarde era evidente que los cuatro nuestros no fueron vaciados, se les olvidó o no les salió de los mondongos hacerlo.
Mi vecino, que es terrible para estas cosas, esa misma noche se fue a la página del ayuntamiento y puso una queja formal, llamándolos suciolistos, podemitas, chavistas y truscolanes, entre otras cosas. En la página del ayuntamiento para las quejas te ponen que responden en veinticuatro horas, pero eso ya caía en el fin de semana así que la respuesta llegó el lunes, con alguien del ayuntamiento disculpándose efusivamente e informando a mi vecino que en cinco días laborables, los vaciarían, algo que suena a cachondeo porque ya era lunes y el jueves vuelven a pasar, pero su queja tuvo que tocar los güevos a algunos de los empleados de jardinería del ayuntamiento.
El martes, decidieron que era el día adecuado y apropiado para podar los árboles que hay en el parque detrás de nuestras casas y efectivamente, hicieron una poda masiva, brutal y gigantesca y después, recogieron todos los restos vegetales y los pusieron en la calle S-O-B-R-E nuestros contenedores, que quedaron enterrados entre miles y miles de kilos, quizás hasta millones, como se puede ver en la foto, en la que es imposible ver los cuatro contenedores que están escondidos ahí.
Mi vecino, sobre la marcha puso otra queja denunciando a los podemitas, suciolistos y truscolanes de jardinería, mientras los otros vecinos y el Elegido le decíamos que se lo tome con calma y no los provoque, que la gente que trabaja en la sección de jardinería del ayuntamiento no está ahí por sus grandes dotes intelectuales y que es más que probable que ninguno de ellos haya leído un libro en la vida y se sepa todas las letras y algunos de los números.
El jueves por la mañana tuvo que ir mi vecino con otros dos y rescatar los contenedores de debajo de ese bosque que jincaron encima y ponerlos en la otra acera de la calle porque los que recogen los restos estos masivos son un grupo diferente de los que recogen los contenedores y podía suceder e iba a suceder que vendrían más tarde, recogerían los miles de millones de kilos de basura verde y nos dejarían nuestros contenedores sin tocar.
Mi vecino está que se lo lleva el demonio y cada vez que oye algo, sale corriendo al parque en busca de los jardineros para leerles la cartilla de pé a pá. Lo grande que es estar jubilado y tener tiempo para esas cosas.
Todo lo lindo tiene un principio y un final y este es el vídeo con la parte final de la primera inmersión en Sardina del Norte que hice ese día. La música es la canción Resistiré del Duo Dinamico, canción que me han dicho que canta el Ancestral todo el tiempo cuando no le pongo sus vídeos de aviones, que mira que está emperretao con esos vídeos.
Comenzamos con un cangrejo araña grandísimo bajo una roca. Esos bichos me fascinan y cuando ves uno, por allí cerca hay una o varias anémonas porque ellos suelen estar en sus alrededores. Después vemos otro aún más grande, pero sin noticias de la anémona, que igual se había ido a tomar un cafelito con Virtuditas al Karreful. Después de eso vemos una anémona naranja, pero en otra roca y cerquita un tercer cangrejo araña. Por ahí había bastante corriente y se puede ver. En la arena vemos lo que en la Isleta llamábamos aguaviva, pero creo que es una anémona de tubo de Dohrn, que suena más fastuoso. Y tras eso, entrando en el segundo minuto, un maravilloso y asombroso tiburón angelote, sin enterrar y que estaba de espaldas. Este es el punto en el que salimos, al lado del muelle que vimos en el primer vídeo al comienzo, así que en la salida, nos lo topamos y bueno, el resto es historia porque estuve allí dos minutos viendo ese glorioso animal, hasta que se cansó de nosotros y se marchó, aunque mantuvimos la distancia, salvo por un panoli que prácticamente se puso encima. Era relativamente grande y se camuflaba perfectamente con las rocas y la arena. Me fui moviendo hacia adelante y lo podemos ver cuando decidió marcharse y nadaba hacia la orilla, que igual le dijeron que había una invasión de truscolanes y fue para allá a morderlos.
La gente ya muy mayor como Genín o Virtuditas igual se acuerdan de una película que se estrenó hace treinta años con el mismo título y en la que el protagonista, que era el hijo de Bruce Lee, murió en una de las escenas por un accidente y si no recuerdo mal, lo sustituyó Virtuditas y lo que hicieron fue oscurecer las imágenes mucho más para que no se notara. Yo no estoy seguro y más bien estoy muy inseguro de si llegué a ver esa película, no tengo un solo recuerdo de la susodicha, pero sí que he ido a ver la nueva versión, titulada The Crow y en España se estrena la semana que viene como El Cuervo, añadiendo una verdad como un templo papal que dice truscoluña no es nación.
Un julay se encoña de una julay y sufren tanto o más que aquellos ricos que también lloran.
Una pava que acaba en una especie de cárcel o de centro para chiflados o algo así, conoce a un pavo lleno de tatuajes y resulta que se encoñan en quince segundos. Huyen del lugar y viven la vida loca hasta que algo que hizo la pava en el pasado la alcanza y los matan a los dos, pero como el amor es tan puro como el blanco nuclear, al chamo le dan la oportunidad de regresar de la muerte y matar a los que les mataron o algo así, solo que la caga y tiene que regresar de nuevo, pero esta vez con otro contrato.
Esto es como una peli romántica pero con un pavo petado de tatuajes, pero vamos, que con tatuajes o sin ellos, dice las mismas chorradas que los del siglo 18 o así. Cuando el chamo regresa para vengar la muerte, tiene como poderes de cuervos o algo parecido, pero al principiio no los sabe usar bien porque es medio simplón. Una vez aprende, se va a la ópera y hace una escabechina de malos malísimos sin que nadie en la ópera escuche un solo tiro, que mira que estaba bien aislado el edificio. La historia es mucho menos oscura que el póster de la peli y el chamo se quita la camisa cada rato para que le veamos los tatuajes, pero en todo momento tienes la sensación que esto es cine para que las adolescentes giman como perras en celo y se rompan las uñas zambombeando en el cine. La parte mística y mágica no acaba de funcionar, ni con lo de los cuervos ni con el malo que susurra a la gente y después ellos se rechiflan o algo así. Les falta algo en el guion para tener una buena historia, se nota que apañaron mucho las cosas y en el montaje final no termina de funcionar. Entretiene, pero es más bien sosa y según sales del cine comienzas a olvidarla.
Seguro que aburrirá a los miembros del Clan de los Orcos e indignará a los sub-intelectuales con GafaPasta. Para ver en la tele.
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