Me imagino que lo que se macera en la cabeza de la pava que decidió hacerme tropezar en mi camino es que está muy bien jodida y mal pagada, bueno, eso y recordar a la madre que parió de unos cuantos en la oficina, porque es lo único que puede hacer. Llevamos ya unas semanas y ya ha descubierto que el jarabe de ricino, si lo tomas en vasos de cubata, puede provocar y provoca vómitos. Yo sigo las enseñanzas del gran maestro de la guerra ese, el Chún Chún y como bien decía él, si usas a tu enemigo para darle candela de la peor a tu otro enemigo, eres un chimpún del copón. Yo soy la víctima, pobrecito de mí, que estoy haciendo tal papelón que mi nombre ya suena de favorito en las listas de candidatos de un montón de academias para el mejor actor principal y de reparto y es que ya me deberían haber hecho un jashtag de eso, como JashTagPobreDeMí. Técnicamente no nos hablamos, o mejor dicho, nos saludamos en la oficina y ahí comienza y acaba el intercambio de información y el otro día, al parecer no me escuchó darle los buenos días, se lanzó un minuto más tarde como una vaca sin ordeñar contra mí y no se fijó que yo no me separo de mi poncho peruano que puedo usar para torear y el resto de la gente presente le confirmó que yo había realizado un ingente ejercicio de educación y ella acabó como una chiflada neurótica que me la tiene jurada. No me podía haber salido mejor. En paralelo, le seguí dando por el orto, gracias a que mis enemigos ahora son mis amigos del alma y se están ensañando con ella, tanto que este lunes ya comenzó las capitulaciones, ha decidido, después de cinco años de ser un ser superior, comenzar a seguir las reglas que hay para el resto de la compañía y esa derrota, le tuvo que provocar una úlcera. Lo que ella no sabía es que yo nací en la clínica de la Paloma, que seguramente recibió ese nombre tras el incidente nuclear de Palomares y es más que probable que debajo del paritorio hubiera un pedrolo radioactivo que me atrofió el gen del control de la venganza, que no lo tengo y yo no tengo planeado parar hasta que desaparezca de mi mundo o del universo, me da igual cual de los dos y resulta que mi enemigo que ahora es mi amigo, ese que dice que él no está en la empresa para hacer amigos, también tiene el mismo defecto genético y ese además tiene mucho poder y lo está usando en cantidades considerables. La enemiga mía, probablemente desconoce que ya se está discutiendo reorganizar su división, con un exterminio de por medio y a través de cuartas y quintas personas ya me han dicho que han oído que alguien sugirió que otra persona mentó que la matanza iba a ser de órdago y que en la misma, la cantidad de hembras en la empresa iba a resultar desfavorablemente alterada. Como dice Chún Chún, lo supremo en el arte de la guerra consiste en someter al enemigo sin darle batalla y en eso estamos. En paralelo, yo me lancé en los brazos de los príncipes de la empresa, los directores comerciales, los que traen los leuros a casa y en un correo a carne viva, les expliqué los tres pilares de nuestro principal proceso y les he rogado y pedido que lo mejoren, que me digan lo que hay que hacer para que sea aún más perfecto porque al principio y al final del día, yo soy su modesto servidor y mi trabajo no sirve de nada sí ellos no están satisfechos. Tres de los cuatro príncipes principales ya respondieron que el proceso no necesita grandes cambios, que los que yo sugiero, que eran unos que quería hacer pero mi antigua jefa nunca me dejó, son tan perfectos que la gente se emociona hasta las lágrimas al descubrir que con un pequeño retoque aquí, un puntito allí, todo irá aún mejor. Por supuesto la enemiga mía no sabía nada de esto, no directamente y para cuando se enteró se le cortó el reglote tanto que este mes lo que va a echar es calimocho, vamos que como su hombre meta el hocico (jocico canario) ahí, se va a coger una moña que no veas. Con la bendición de los príncipes, mañana moveré los hilos de mi vicepresidente mientras mi nuevo aliado mueve otros hilos y sé de una que va a descubrir que cuando crees que estás tocando fondo, igual te equivocas y aún te quedan unos cuantos kilómetros más de fosa abisal para descender, o como se diría en mi tierra, para bajar pa’bajo. Desde ayer, la enemiga mía ya no se sienta en su sitio, reserva una sala de reuniones y se queda en ella todo el día. Por desgracia para ella, los palos le siguen cayendo igual. Acabamos con el gran sabio guerrero Chún Chún, ganará quién sabe cuándo luchar y cuando no luchar y también decía deja que tus planes sean oscuros e impenetrables como la noche y cuando te muevas, cae como un rayo.
2 respuestas a “Palito a palito”
Si se entera de ese quilombo Telajinco, hace negocio con la empresa para uno se sus programas «culturales» televisivos 🙂
Salud
Pero con toda esa mala baba, no te consumes por dentro, majo? A mí personalmente un poco de mala hostia me rechifla, pero si tuviese que trabajar el 90% de mi tiempo vigilando mis espaldas, sinceramente,… no sería para mí.